A lo largo de las tres temporadas que hasta el día de hoy componen la serie, Mad Men ha logrado situarse en el mapa gracias a una serie de guiones sutiles, inteligentes, repleto de grandes diálogos y con personajes muy trabajados cuya piedra angular es el Don Draper al que Jon Hamm ha sabido amoldarse a la perfección. Es una serie sencilla, de 13 intensos capítulos por temporada que habla sobre varias cosas: temas como las ventas, la publicidad, el matrimonio, las pequeñas rencillas entre los empleados o la política en los años de Kennedy. Probablemente también se le haya acusado de ser una serie machista pero ni mucho menos, sino que el machismo es otro de los temas que trata la serie para contarnos con ello la incursión de una mujer, Peggy, en un "mundo de hombres" allá por los años 60, donde las cosas no estaban fáciles para ellas y donde el mejor trabajo que podían tener en una empresa de este tipo es el de ser la secretaria. Dicha incursión está descrita con personalidad, sin rebajamientos ni vulgaridades, con la chica mostrando en todo momento su carácter y su ambición, sabiendo comportarse como un hombre cuando la ocasión lo requiere o dando el toque femenino, que esa empresa no tenía antes, cuando es necesario vender un producto cuyos máximos consumidores son mujeres.
Por lo general, se ha visto una serie muy conjuntada durante sus 39 capítulos. Quizá algún pequeño detalle no me gustó durante su primera temporada pero creo que ha sido resuelto con mucho talento durante las siguientes dos temporadas. La inclusión de temas como la homosexualidad de uno de los empleados o la venta de la empresa, que concluye con ese tremendo final de la tercera temporada con los miembros fuertes del reparto despidiéndose de la empresa y montando su propio negocio en un pequeño apartamento además de con Don Draper divorciándose, ha sido tremendo, una muestra de que la serie no está muerta y aún va a tener mucho que ofrecer durante, al menos, una temporada más. Y es que aparte de saber incluir varios temas a la perfección, una de las virtudes de la serie son sus personajes. Todos tienen algo que aportar, momentos en los que se encuentran dubitativos, en el que tienen que tomar decisiones difíciles. Y por suerte eso no solo se reduce a los personajes de Don y Peggy, sino que también Betty, la mujer de Don, Pete, un joven con una ambición desmesurada cuya máxima meta es ir ascendiendo en la empresa e ir pasando por encima de los demás incluso si es su propio jefe, o Roger, uno de los mandamases de la empresa, buen amigo de Don y amante de las secretarias de la empresa y de las mujeres jovenes.
Las pequeñas disputas entre miembros de la empresa siempre ha sido un aliciente al igual que esa pequeña rebelde que es la mencionada Betty, la sufrida esposa de Don y aburrida ama de casa, viviendo siempre una y otra vez infidelidades de su marido y capaz de hacer lo que sea pese a su inocente y angelical rostro. Por no hablar del misterioso pasado de Don, que nos muestra a un hombre que en determinados momentos va a ser capaz de hacer lo que sea necesario para salir adelante, solo por garantizar su seguridad y que la gente sepa de él lo menos posible.
Es muy recomendable verla en versión original aunque bueno, probablemente, después del gran éxito de la serie en la televisión española con ese gran trato que le ha dado Cuatro a las tantas de la noche, la gran mayoría de gente ya ve la serie así. Y lo peor de todo es que es comprensible que la pongan a esas horas porque es una serie que en horario de máxima audiencia hubiera sido un auténtico fracaso.
lunes, 26 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
Alicia en el país de las maravillas (2010)
No soy un gran fan del cine que ha dirigido Tim Burton durante toda su carrera como cineasta lo que no significa que no reconozca que tiene talento. Y desafortunadamente esta nueva versión que ha realizado de Alicia en el país de las maravillas me parece en todo momento fallida e indigna de un director, que aún pareciéndome algo sobrevalorado, es un tipo que ha conseguido llegar hasta donde ha llegado a base de crear universos personales y personajes de lo más extravagantes que iban a tono con la historia que querían contar. Ahí están la inconfundible Eduardo Manostijeras o las películas que más me gustan de las que ha dirigido que son Ed Wood y Mars attacks! a las que se suma Vincent, cortometraje que dirigió en sus comienzos y donde se muestra que como mejor me entra Burton es a pequeñas dosis.
En su última película, el universo que Burton crea para introducir al personaje de la adolescente Alicia en su segunda aventura en el país de las maravillas es de todo menos personal por mucho que quieran comparar esa rebeldía de la protagonista principal con un rasgo característico del cine del propio director y pese a contar con varios personajes que más que extravagantes, son idiotas perdidos que tienen momentos de muchísima vergüenza ajena. En ningún momento percibo el estilo burtoniano que dice tener más allá de algunos detalles visuales. Tan solo algún secundario da la talla como Helena Bonham Carter como la Reina Roja y el gato de Cheshire con la voz de Stephen Fry, insuficiente para un producto de este calibre. A ratos también la Reina Roja se me hace pesada con el tema de las cabezas, pero cuando se pone en plan caprichosa sobre quien se ha comido sus pasteles es cuando la película funciona un poquito. No se puede decir lo mismo de un pesado Johnny Depp, un Crispin Glover algo perdido y una Mia Wasikowska anodina, muy alejada de esa chica inquietante y morbosa que interpretó tan bien en In treatment.
Hay algunas películas en las que Tim Burton ha tenido guiones muy justitos y ha tirado de sus características habituales como director para intentar solventar esas historias, pero jamás se había notado tanto que tenía tan pocas cosas que decir como en la película que nos ocupa. Ni la locura de los personajes, ni el universo visual son capaces de sostener una película que se cae por si sola entre escenas que no aportan nada, uno se acaba cansando de tanto cambio de tamaño de Alicia, y entre un final que nunca parece acabar con una batalla bastante aburrida. Puede que visualmente sea esplendorosa, pero el 3D no aporta nada e incluso las gafas te acaban agotando la vista y las notas en todo momento, es lo que sucede cuando una película es concebida en 2D y por la moda actual acaban pasando los efectos a 3D. Eso es algo que en Avatar solo pasaba al principio, luego te acostumbrabas pero era una película realizada desde el principio en 3D. Espero que no se convierta en una costumbre lo de pasar de 2D a 3D y si se hace una película en 3D es porque desde el principio se tenía esa intención.
En su última película, el universo que Burton crea para introducir al personaje de la adolescente Alicia en su segunda aventura en el país de las maravillas es de todo menos personal por mucho que quieran comparar esa rebeldía de la protagonista principal con un rasgo característico del cine del propio director y pese a contar con varios personajes que más que extravagantes, son idiotas perdidos que tienen momentos de muchísima vergüenza ajena. En ningún momento percibo el estilo burtoniano que dice tener más allá de algunos detalles visuales. Tan solo algún secundario da la talla como Helena Bonham Carter como la Reina Roja y el gato de Cheshire con la voz de Stephen Fry, insuficiente para un producto de este calibre. A ratos también la Reina Roja se me hace pesada con el tema de las cabezas, pero cuando se pone en plan caprichosa sobre quien se ha comido sus pasteles es cuando la película funciona un poquito. No se puede decir lo mismo de un pesado Johnny Depp, un Crispin Glover algo perdido y una Mia Wasikowska anodina, muy alejada de esa chica inquietante y morbosa que interpretó tan bien en In treatment.
Hay algunas películas en las que Tim Burton ha tenido guiones muy justitos y ha tirado de sus características habituales como director para intentar solventar esas historias, pero jamás se había notado tanto que tenía tan pocas cosas que decir como en la película que nos ocupa. Ni la locura de los personajes, ni el universo visual son capaces de sostener una película que se cae por si sola entre escenas que no aportan nada, uno se acaba cansando de tanto cambio de tamaño de Alicia, y entre un final que nunca parece acabar con una batalla bastante aburrida. Puede que visualmente sea esplendorosa, pero el 3D no aporta nada e incluso las gafas te acaban agotando la vista y las notas en todo momento, es lo que sucede cuando una película es concebida en 2D y por la moda actual acaban pasando los efectos a 3D. Eso es algo que en Avatar solo pasaba al principio, luego te acostumbrabas pero era una película realizada desde el principio en 3D. Espero que no se convierta en una costumbre lo de pasar de 2D a 3D y si se hace una película en 3D es porque desde el principio se tenía esa intención.
domingo, 11 de abril de 2010
Mi vecino Totoro
Ver Mi vecino Totoro en el cine resulta un placer. Y es que la película dirigida por Hayao Miyazaki, uno de los maestros del cine de animación y del cine en general, me parece una de las obras cumbres de la animación. No solo me parece una de las mejores películas de Miyazaki (nada tiene que envidiar a El viaje de Chihiro) y una de las mejores películas del género, sino que también es una de mis películas favoritas. Y es que con Mi vecino Totoro Miyazaki demuestra que haciendo un cine que destaca por su sencillez y que parece no tener un gran argumento, se pueden hablar de muchas cosas y hacerlo con un talento narrativo increíble, con mucho temple a la hora de poner personajes de lo más estrambóticos. Todo eso hace que su película sea un placer para todos los sentidos. Y no es la primera vez que Miyazaki hace esto con una película suya pero quizá con Mi vecino Totoro sea con la que más se perciba esa muestra de talento inusual, de como sacar tanto con tan poco, con una historia sencilla de dos niñas que pasan sus horas en el bosque. La película es un cuento precioso con el que soñar, con el que cerrar los ojos y dar lugar a la imaginación, a ese poderoso mundo que creamos dentro de nuestra mente.
No solo la historia de las niñas en el bosque con todos los personajes que se encuentran como Totoro o el genial Gatobús es muy buena, sino todo lo relativo a la madre de las niñas y como está tratado resulta natural y tremendamente conmovedor. En todo momento hace un retrato sensible de ese tema, que no sensiblero. El encanto con el que el director japonés envuelve toda la trama y a todo los personajes, lo humanos que resultan, la tristeza y también la alegría que rodean a las dos niñas hacen que ver Mi vecino Totoro sea una experiencia increíble. Tanto para los más pequeños como para los más grandes. Y esta película me acompañará toda mi vida por lo que ha significado para mí. Por eso, verla por fin en pantalla grande, ha sido de lo más emocionante. Una experiencia que jamás olvidaré.
No solo la historia de las niñas en el bosque con todos los personajes que se encuentran como Totoro o el genial Gatobús es muy buena, sino todo lo relativo a la madre de las niñas y como está tratado resulta natural y tremendamente conmovedor. En todo momento hace un retrato sensible de ese tema, que no sensiblero. El encanto con el que el director japonés envuelve toda la trama y a todo los personajes, lo humanos que resultan, la tristeza y también la alegría que rodean a las dos niñas hacen que ver Mi vecino Totoro sea una experiencia increíble. Tanto para los más pequeños como para los más grandes. Y esta película me acompañará toda mi vida por lo que ha significado para mí. Por eso, verla por fin en pantalla grande, ha sido de lo más emocionante. Una experiencia que jamás olvidaré.
lunes, 5 de abril de 2010
Moon, El huevo de la serpiente y Furia de titanes (1981)
Moon:
Tras triunfar en el último festival de Sitges el director de Moon, Duncan Jones, también conocido por ser el hijo de David Bowie, ha puesto su nombre en el mundillo cinematográfico y ya mucha gente quiere ver el que será su próximo proyecto. Y es que con Moon, Duncan Jones vuelve al género de la ciencia-ficción de una manera más clásica y sosegada. Lamentablemente, pese a las buenas intenciones, no todo es bueno en su película, pero tampoco todo es malo. La trama avanza yendo de más a menos, después de unos inicios prometedores, todo se acaba convirtiendo en un batiburrillo argumental que ni produce tensión, ni emociona ni nada pese a que Duncan Jones lo intenta. Pero como no es tonto, sustenta mucha parte de su película al actor principal y, por fortuna, escogió al adecuado, el minusvalorado y siempre grande Sam Rockwell capaz de pasar del drama a la comedia en un segundo sin pestañear. Es cuando Duncan Jones muestra la relación del personaje de Rockwell con su clon y con el ordenador cuando Moon mejor funciona y más engancha, cuando la trama parece sugerir algo antes de irse al traste, cuando se intenta dar entidad y algo de profundidad al personaje de Sam, que acaba pareciendo más un pegote argumental para intentar aportar sentimentalismo que otra cosa. Al final nos encontramos ante una película que resulta interesante pero también ante una película que podría haber dado mucho más de sí.
El huevo de la serpiente:
El huevo de la serpiente es un Bergman raro, que en muchos momentos no parece dirigida por él, que comienza como una película de época que no parece ceñirse a las características habituales del cine que dirigió Ingmar durante toda su carrera. En un principio sorprende porque ya de inicio, Bergman se desprende de ese ritmo más pausado que solía manejar en sus películas, de hecho a medida que avanza la farragosa trama, le va imprimiendo más. Y de una tacada, Bergman convierte una película algo aburrida, sencilla y sin interés, con una historia entre los personajes de David Carradine y Liv Ullmann que en ningún momento emociona ni sugiere, en un producto caótico, irregular, fallido pero interesante, bastante excesivo en varios momentos, con escenas que parecen que están de más (el encuentro de Carradine con las prostitutas y el negro) pero que te va atrapando, que te descoloca y que van haciendo que la película de pronto vaya cogiendo mucho interés hasta su muy interesante y bien realizado final. Es cuando parece aceptar su condición de película no bergmaniana -aunque con momentos Bergman- y acaba asumiendo que su película es fallida y no solo no se avergüenza de ello sino que lo potencia a través de las situaciones, cuando El huevo de la serpiente comienza a funcionar, comienza a sugerirte. De Bergman siempre hay que esperar más, pero me basta con que haya sabido reconducir una película que no estaba ofreciendo nada para acabar ofreciendo algo interesante apoyado en una trama que funciona mucho mejor cuando trata el tema de los experimentos que cuando cuenta la historia entre David Carradine y Liv Ullmann.
Furia de titanes (1981):
Ahora de moda recién estrenado la versión modernizada que se puede ver también en 3D, a la película original dirigida por Desmond Davis le pesan los años como una losa. Pero precisamente son esos efectos especiales pasados de moda, completamente cutres vistos hoy en día, lo que confieren a la primera versión de Furia de titanes cierto encanto. La obra te lleva en todo momento a tu infancia, a cuando uno creció viendo ese tipo de películas en la que los protagonistas para lograr su fin final tenían que pasar antes un montón de "pruebas" para lograrlo. Y aquí Perseo para derrotar al Kraken que va a matar a la mujer que ama, ofrecida como sacrificio, tiene que vivir unas cuantas aventuras para conseguir lo que necesita para poder derrotarlo. Furia de titanes es una historia de venganzas muy bien tratada, con personajes que derrochan carisma, con varios momentos que no solo tienen encanto sino también fuerza. Las secuencias en el Olimpo son antológicos, esas luchas de egos están retratadas de gran manera. Sobre la versión que acaban de realizar dudo mucho que vaya a verla, al menos en un periodo cercano y en el cine, pero dudo mucho que ofrezca algo más salvo esos efectos especiales que han potenciado y que harán de la versión un producto espectacular pero vacío.
Tras triunfar en el último festival de Sitges el director de Moon, Duncan Jones, también conocido por ser el hijo de David Bowie, ha puesto su nombre en el mundillo cinematográfico y ya mucha gente quiere ver el que será su próximo proyecto. Y es que con Moon, Duncan Jones vuelve al género de la ciencia-ficción de una manera más clásica y sosegada. Lamentablemente, pese a las buenas intenciones, no todo es bueno en su película, pero tampoco todo es malo. La trama avanza yendo de más a menos, después de unos inicios prometedores, todo se acaba convirtiendo en un batiburrillo argumental que ni produce tensión, ni emociona ni nada pese a que Duncan Jones lo intenta. Pero como no es tonto, sustenta mucha parte de su película al actor principal y, por fortuna, escogió al adecuado, el minusvalorado y siempre grande Sam Rockwell capaz de pasar del drama a la comedia en un segundo sin pestañear. Es cuando Duncan Jones muestra la relación del personaje de Rockwell con su clon y con el ordenador cuando Moon mejor funciona y más engancha, cuando la trama parece sugerir algo antes de irse al traste, cuando se intenta dar entidad y algo de profundidad al personaje de Sam, que acaba pareciendo más un pegote argumental para intentar aportar sentimentalismo que otra cosa. Al final nos encontramos ante una película que resulta interesante pero también ante una película que podría haber dado mucho más de sí.
El huevo de la serpiente:
El huevo de la serpiente es un Bergman raro, que en muchos momentos no parece dirigida por él, que comienza como una película de época que no parece ceñirse a las características habituales del cine que dirigió Ingmar durante toda su carrera. En un principio sorprende porque ya de inicio, Bergman se desprende de ese ritmo más pausado que solía manejar en sus películas, de hecho a medida que avanza la farragosa trama, le va imprimiendo más. Y de una tacada, Bergman convierte una película algo aburrida, sencilla y sin interés, con una historia entre los personajes de David Carradine y Liv Ullmann que en ningún momento emociona ni sugiere, en un producto caótico, irregular, fallido pero interesante, bastante excesivo en varios momentos, con escenas que parecen que están de más (el encuentro de Carradine con las prostitutas y el negro) pero que te va atrapando, que te descoloca y que van haciendo que la película de pronto vaya cogiendo mucho interés hasta su muy interesante y bien realizado final. Es cuando parece aceptar su condición de película no bergmaniana -aunque con momentos Bergman- y acaba asumiendo que su película es fallida y no solo no se avergüenza de ello sino que lo potencia a través de las situaciones, cuando El huevo de la serpiente comienza a funcionar, comienza a sugerirte. De Bergman siempre hay que esperar más, pero me basta con que haya sabido reconducir una película que no estaba ofreciendo nada para acabar ofreciendo algo interesante apoyado en una trama que funciona mucho mejor cuando trata el tema de los experimentos que cuando cuenta la historia entre David Carradine y Liv Ullmann.
Furia de titanes (1981):
Ahora de moda recién estrenado la versión modernizada que se puede ver también en 3D, a la película original dirigida por Desmond Davis le pesan los años como una losa. Pero precisamente son esos efectos especiales pasados de moda, completamente cutres vistos hoy en día, lo que confieren a la primera versión de Furia de titanes cierto encanto. La obra te lleva en todo momento a tu infancia, a cuando uno creció viendo ese tipo de películas en la que los protagonistas para lograr su fin final tenían que pasar antes un montón de "pruebas" para lograrlo. Y aquí Perseo para derrotar al Kraken que va a matar a la mujer que ama, ofrecida como sacrificio, tiene que vivir unas cuantas aventuras para conseguir lo que necesita para poder derrotarlo. Furia de titanes es una historia de venganzas muy bien tratada, con personajes que derrochan carisma, con varios momentos que no solo tienen encanto sino también fuerza. Las secuencias en el Olimpo son antológicos, esas luchas de egos están retratadas de gran manera. Sobre la versión que acaban de realizar dudo mucho que vaya a verla, al menos en un periodo cercano y en el cine, pero dudo mucho que ofrezca algo más salvo esos efectos especiales que han potenciado y que harán de la versión un producto espectacular pero vacío.
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