Pese a ser dos películas diferentes, protagonizadas por personajes distintos, un camello que dejó las drogas hace unos años y un relaciones públicas agotado, las dos películas, la primera dirigida por el gran guionista Paul Schrader y la segunda por Daniel Algrant, tienen una cosa en común: una ciudad de New York demacrada, oscura, violenta y con multitud de drogas sobrevolándola. No es la primera vez que se retrata esta ciudad tan querida por el mundo del cine: Scorsese, Woody Allen o Coppola entre otros lo han hecho (éstos incluso se unieron para un proyecto dividido en tres fragmentos con New York como gran protagonista) y Paul Schrader fue una de las principales bazas en las películas de Scorsese que han retratado la violencia de la ciudad como en la ya memorable "Taxi Driver" o la más reciente "Bringing out the dead" ("Al límite"), suerte de secuela de la primera, con Nicolas Cage conduciendo ambulancias y la ciudad y la muerte como principales protagonistas.
"Posibilidad de escape" está protagonizada por Willem Dafoe, que antes de esta película ya fue protagonista de uno de los guiones de Schrader escritos para Scorsese, "La última tentación de Cristo", y que después, ha colaborado con frecuencia en las películas del director aunque lamentablemente siempre en personajes secundarios (con Nick Nolte de protagonista no se le echa más en falta en "Aflicción" pero en alguna otra sí). Así pues, Paul Schrader nos sumerge en esta espiral de drogas y violencia, con tacto, abriendo el tarro de las esencias de dicha ciudad, con un toque de romanticismo, con una atmósfera más que buena acompañada de una correcta banda sonora. Pronto nos mete de lleno en las dudas del personaje principal, antiguo adicto a las drogas que consiguió dejar de consumir pero no de traficar, en sus deseos por dejar una profesión en la que puede acabar mal, en recuperar a la mujer a la que perdió hace varios años por culpa de estar más pendiente de meterse cualquier cosa por la nariz. Y la dirección adecuada de Schrader consigue que la película te atrape, que se pase en un momento, que desees que el personaje de Dafoe pueda salir de todo eso. A lo que acompaña un buen equipo de secundarios que ayudan a hacer creíbles sus personajes y a no ser meros esbozos del guión. Al final, Schrader le da un final razonable a su película, y un poquito de luz a Willem Dafoe para que pueda salir de su profesión. No es un final feliz, pero el personaje no se puede quejar de como acaba. A mitad de película, la antigua novia de Willem se "suicida" o eso parece tras la muerte de un ser querido, y Willem, que antes del suceso la había visto con unos hombres con los que es poco recomendable estar, se empieza a poner nervioso, habla con un policía y se venga. Al final mata a tres tíos. Susan Sarandon acaba el negocio de las drogas, y parece firme a esperar a Willem. Y Schrader le da un buen futuro a su personaje con una condena muchísimo más corta de la que realmente merece.
"Relaciones confidenciales" es una película irregular pero con cierto atractivo. Bien es cierto que tiene lagunas, que ningún personaje secundario te acaba importando demasiado, y que es el recital de un Al Pacino, quien tuvo una pendiente por esos años con ésta cinta y con aquel remake, "Insomnio" (la mejor película de Nolan con diferencia y por ello la peor considerada, pero esto ya es otra cosa), antes de la cuesta abajo, lo que muchas veces mantiene en un buen nivel a la película. Pero aún así, no hay que quitarle méritos que la película, en este caso, tiene.
Y esos méritos vienen de cuando la película juega con la memoria del personaje principal, con su estado de salud, con el cansancio que le ha sometido una vida en la que, pese a ser de lo mejorcito en su profesión, le ha ido consumiendo y quemando poco a poco y, para rematar la faena, ha acabado metiendo las narices donde no le han llamado. Quizá las relaciones entre algunos personajes no estén bien tratadas, pero el retrato de ese personaje y de esa ciudad llena de depredadores, que van a la par, son atractivos. En una película como esta, tan inteligente, guionista y director deciden no darle un atisbo de luz al personaje de Pacino, pese a que todo parece indicarlo con un futuro al lado de Kim Basinger. Terminan por decidir que es mejor devolverlo a la cruda realidad. Al final, un "pequeño" apuñalamiento y decide irse a morir como dios manda: quedándose tumbado en un cómodo sillón hasta desangrarse, despidiéndose de un mundo que nunca fue generoso con él, que siempre le dio la espalda.
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