Unos cuantos años después de su debut como director con "Love Actually", el aclamado guionista Richard Curtis vuelve a ponerse tras la cámara con "The boat that rocked", titulo traducido como "Radio encubierta", en el que el director acaba confundiendo complicidad con vulgaridad, regalando al espectador, en todo momento, un tipo de humor extremadamente infantil y con algunas habituales dosis de romance en el cine de Curtis que bajan aún más el nivel de esta película.
Pese a contar con un gran grupo de actores formado por varios actores británicos muy conocidos al que se le suma uno de los mejores actores americanos actuales, Philip Seymour Hoffman, ninguno de ellos consigue adecuarse al personaje que interpreta, los noto incómodos soltando esas frases sin ningún tipo de ingenio o gracia que el director y guionista les pone en la boca, no llegan a ofrecernos nada de nada. Tan solo alguna salida del gordo de "Boogie Nights" y un par de destellos de Nick Frost pueden elevar un poco esto, pero ni Kenneth Branagh, Bill Nighy, o dos de los tres actores de "The IT Crowd" logran que yo llegue a pasar un gran rato.
Aparte de eso, otra de las poquitas cosas destacables es la banda sonora donde temas de The Who o The Kinks entre otros logran amenizar un poco una película con un tono que no le pega y que falla en lo que se presupone que Richard Curtis maneja mejor: el guión. Una verdadera lástima porque con el tema que trata podría haber dado para una película, cuanto menos, interesante, pero que es desaprovechada por los excesos de un Richard Curtis que a la hora de dirigir no se le ve tan acomodado como a la hora de escribir. Aunque en "Radio encubierta" se equivoque en ambas facetas.
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