Mucho y muy bien se está hablando sobre "Celda 211", cuarta película del director Daniel Monzón, que le ha valido muchos elogios y que está siendo considerada como la mejor película dirigida en España en muchísimo tiempo. No sé si lo es, pero desde luego es una película más que interesante y probablemente de lo mejor estrenado este año. La única toma de contacto que tenía con el cine de Monzón fue su anterior película, "La caja Kovak" obra que, si bien no me pareció nada desdeñable, su frialdad y la aparente desgana de algunos actores te acababa sacando no en pocos momentos. Por suerte en "Celda 211" todo está muy cuidado, empezando por dirección y actuaciones que están a gran nivel.
Ya desde principio nos encontramos con una película sin sutilezas, que va a ir al grano. No le hace falta ser sutil porque el mundillo que retrata no lo es. Y aunque ya hemos visto muchas películas de cárceles y con motines, Daniel Monzón intenta apañarselas para no caer en el tópico fácil y para no aburrir en ningún momento. Nos sumerge bien pronto en el motín y le imprime un ritmo bastante elevado, sin dar tiempo a la tregua, y a eso hay que sumarle una puesta en escena bastante conseguida, con un montaje muy bueno. Monzón no deja nada en el aire, se encarga de tratarlo todo y dando credibilidad a un hecho tan increíble como que un funcionario que va a trabajar allí se quede atrapado con los presos y se tenga que hacer pasar por uno de ellos. Ni siquiera lo empaña el hecho de no ser ni siquiera su primer día de trabajo sino el anterior para ir viendo como está todo. Sí que puede hacerlo un poco el hecho de tener a la mujer embarazada fuera, pero bueno, uno lo acaba soportando. Todo eso podría haber endulzado el tono de la película y en algún momento lo hace pero Monzón es muy listo. La crudeza que vive dentro el chico, solo puede ser tratada con la misma crudeza fuera y salvo los flashbacks innecesarios en los que muestran juntos a la pareja, el resto, aunque sea poco, sigue esa tónica. Por suerte, al final el mencionado ritmo como en intensidad "Celda 211" ofrece mucho, te atrapa y no te suelta, vives agarrado en la butaca todos los hechos, lo que puede llegar a hacer el personaje de Resines, los negociadores para intentar solventar la situación y todo el tema de los presos dentro, de ver hasta donde son capaces de llegar si a Malamadre o a alguno de sus hombres se les toca mucho la moral.
A todo esto le sumas unos actores en estado de gracia entre los que caben destacar a un Luis Tosar, que maneja el tono de voz de su personaje con una maestría que ya quisieran muchos y que da miedo, te hace reír, resulta complice, y a Antonio Resines, que cuando se pone, es capaz de ser un actor que borda sus persojanes. El papel de guardia cabrón, pese a que pueda estar muy visto, resulta solvente y creíble en manos de Resines. Se le puede criticar negativamente algún personaje secundario (especialmente de algunos guardias) o la evolución del personaje principal que, pese a todo, está justificada. Y el guión del propio director y de Jorge Guerricaechevarría lo narra todo con nervio, utiliza bien el tema del terrorismo que hay dentro y que podría perjudicar a la obra. En definitiva, "Celda 211" es una obligada visita al cine.
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