Película dirigida por el muy interesante James Gray que ya en su debut como cineasta, la muy interesante Little Odessa, mostraba una madurez poco habitual en un director de su edad, que estaba comenzando en el mundillo pero parecía llevar años. The Yards, su segunda película, nos vuelve a mostrar algunos temas muy habituales en las películas que dirige: el crimen y la familia. La película gira en torno a un chaval, Leo, interpretado por Mark Wahlberg, que acaba de salir de la cárcel y vuelve a casa junto a su madre (Ellen Burstyn). Tras eso busca una forma de ganarse la vida sin meterse en lios y contacta con su tío (James Caan) que le ofrece un trabajo legal que rechaza por lo que buscará ganarse la vida en los negocios sucios de éste introduciéndose con la ayuda de su mejor amigo (Joaquin Phoenix) que sale con su prima (Charlize Theron) que antaño tuvo relaciones incestuosas con Leo.
Con el habitual pulso de James Gray y su gran sobriedad a la hora de forzar el hilo narrativo llevándolo a donde le interesa, nos ofrece escenas de muchísima intensidad: aquella en el hospital donde Leo debe matar al policia que le atacó en las vías del tren, el momento en que intentan matarlo, tras huir, colándose en su casa o el último encuentro entre los personajes de Joaquin Phoenix y Charlize Theron que acaba con ella muerta. Todas son escenas que destacan en la película por su notable intensidad pero están dirigidas con mucho tacto por Gray. Apoyado en unas notables interpretaciones con un buen Mark Wahlberg que lleva bien el peso de la trama pese a todas sus limitaciones y unos secundarios increíbles, especialmente un Joaquin Phoenix colosal. La película cuenta con unos personajes bien construidos y desarrollados, el tono oscuro que adopta la película, incluso en las escenas a plena luz del día, ayuda a mostrar la crudeza de la película y contando con ese final triste en el que el personaje de Wahlberg acaba traicionando todo en lo que creía, delatando a varias personas, entre ellas su tío, y convirtiéndose en aquello que siempre había rechazado ser: un traidor. No quiero ni pensar como acabaría su personaje si la película continuara. Y encima con la mujer a la que quiere muerta. Muy grises acaban las cosas para su personaje en otro de esos finales enormes y que se pueden malinterpretar como finales felices de James Gray, como el de la grandiosa Two lovers.
James Gray se siente a gusto con el material que tiene, es el tipo de historia donde mejor se acomoda y se nota. Lástima que los Weinstein acabaran metiendo tijera a la película por no ser el típico producto yanki que funciona bien en taquilla. Volvería a tratar temas similares en la también interesante La noche es nuestra, la película que, probablemente, más se desinfla del director a medida que avanza pero que cuenta con un reparto espectacular y con escenas de mucha garra. En sus futuros proyectos espero que siga con ese toque personal que tiene para crear thrillers fascinantes y que siga tocando los mismos temas para ofrecernos películas diferentes e interesantes. James Gray es uno de los directores más interesantes en la actualidad. Lástima que no tenga la fama de otros pero bien que la merece.
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