sábado, 29 de enero de 2011

Hereafter (Más allá de la vida)



Irregular película de Clint Eastwood, que ha sido recibida con opiniones encontradas, y que, en mi opinión, es la mejor película que ha dirigido el realizador desde Million Dollar Baby. El cine que ha hecho entre esas dos películas me parece mucho más irregular, repleto de altibajos que la misma Hereafter. De hecho, llegaba un tanto cabreado con Clint Eastwood por haber puesto de manera tan evidente en los últimos años el piloto automático y aunque algunas de sus películas entre ese periodo sean interesantes, están por debajo de lo que se espera de una persona de su talento. Hereafter no es ninguna maravilla pero creo que, pese a algunos excesos que tiene la cinta, me ha gustado. Tiene las constantes del cine de Clint Eastwood y el director las utiliza de manera excepcional, utilizando esos encuadres, esa elegancia a la hora de filmar que ha hecho que Clint Eastwood sea considerado uno de los mejores directores en la actualidad - para muchos, el mejor- y el último director clásico vivo. No estoy de acuerdo con ninguna de las dos cosas pero sí en que es un director muy bueno y que aún puede ofrecer alguna que otra película grande. Y desde luego el gran fiasco de los últimos años del cine de Eastwood me pareció su anterior película, Invictus, y creo que con Hereafter se levanta con fuerza del bache.




Hereafter sigue la historia de tres personajes: la de una periodista francesa que intenta seguir adelante que tras un tsunami acaba quedando en una fina línea entre la vida y la muerte, la de un chico pequeño que acaba de perder a su hermano gemelo y se va a vivir con una nueva familia y la de un parapsicólogo que es capaz de entablar contacto con los muertos. Creo que las tres historias tienen sus altos y sus bajos, pareciéndome la del parapsicólogo la más interesante y la de la periodista francesa la parte menos interesante. Aún así, esa historia tiene una de las mejores escenas de la película que no es otra que la inicial. No es solo que esté terriblemente bien filmado el tsunami, es que es muy realista, en un momento dado parece incluso que te va a pillar a ti ahí dentro, Eastwood maneja la tensión de manera sobresaliente. La otra escena que más me gusta de la película es cuando Matt Damon y Bryce Dallas Howard, en clase de cocina, hablan de su respectivas vidas mientras uno de ellos tiene los ojos tapados y se están dando la comida que tienen en la mesa para intentar, por el sabor que tienen, adivinar cual es. La elegancia que se maneja en ese momento es sublime. Y creo que el resto de la película está filmado de igual manera, hasta llegar a ese poco apasionante final que, aún así, me parece bastante lógico. Pese a eso, considero que ese final rebaja la calidad de la película y es un tanto descafeinado.




No niego, eso sí, sus defectos. La música es uno de ellos. Y no porque sea mala, que no lo es. Es porque acompaña a varias escenas intentando influenciar al espectador, ejerce de manipulación para señalar varios momentos e intentar emocionar con ella cuando muchas veces no es necesario, o se debería utilizar de otra manera. Es una pena porque enturbia varios momentos. El otro defecto es que creo que el personaje de la periodista francesa es demasiado caprichoso en determinados momentos, que muchas veces Peter Morgan, guionista, no sabe donde tirar con ella. Acaba encontrando el rumbo pero se tambalea durante mucho metraje con un comportamiento algo contradictorio. Pese a eso, Hereafter me parece una película muy disfrutable, con un gran Matt Damon, una correcta y guapísima Cécile de France y con el chico pequeño que también está bien, con una puesta en escena tremenda que te ayuda a conectar con ella aunque la citada música intente sacarte, utilizando la temática sobrenatural de manera notable, sin abusar de ella. Y con la siempre especial presencia de Bryce Dallas Howard, que aparece muy poco pero lo hace para subir la calidad de la película.


martes, 18 de enero de 2011

The Way Back (Camino a la libertad) - Spoilers




Peter Weir es uno de los directores más interesantes en la actualidad. Master and Commander es una película muy buena, absolutamente fascinante y, además, es una de mis películas favoritas de la década pasada. Pero ya habían pasado varios años desde que la dirigió y Weir ha tardado un tiempo para su último proyecto. Quizá The Way Back no sea la mejor película que ha realizado el director australiano, tampoco la peor, aunque sí es una obra por debajo de sus mejores películas y, quizá, también está por debajo de las expectativas que había creado en torno a ella. Pero no por ello es mala, ni mucho menos, todo lo contrario. Pero enumeraría antes varias películas que The Way Back dirigidas por el mismo Weir que me gustan más: Picnic en Hanging Rock, La última ola, la interesante Gallipoli, Único testigo, La costa de los mosquitos, El show de Truman y la anteriormente citada Master and Commander. Pese a todo, creo que The Way Back será una película que con el tiempo, y con futuras revisiones, vaya ganando y que vaya dejando fuera esa sensación agridulce que me he dejado. Y diferente a lo que el cine de aventuras hoy en día nos ofrece.





La película comienza fuerte. Una primera escena en la que vemos al protagonista interrogado y como su mujer le acaba delatando después de haber sido torturada. Peter Weir ya muestra con los elementos justos lo poco que le hace falta para hacer escenas desgarradoras y muy intensas. Pronto nos sumerge dentro del campo de concentración y de algunos personajes que hay dentro de él. Weir lo maneja todo de manera notable, incluyendo los tópicos, para hacer de esta parte una de las mejores de la película y presentar, de manera muy acertada, a los personajes que iremos viendo a lo largo de la película. Una vez fuera del campo de concentración, hay que reconocer que la película se puede hacer agotadora. Yo creo que Peter Weir mantiene muy alto el listón hasta que desaparece el personaje de Colin Farrell. Consigue que vayan chocando los personajes por sus maneras de hacer las cosas, consigue complicidad entre otros, aporta la bravuconería del violento personaje de Valka (Colin Farrell), la experiencia del personaje del Sr. Smith (Ed Harris), la determinación y función de liderazgo de Janusz (Jim Sturgess) más las aportaciones del resto del grupo. Se siente la dureza de ese tramo, ese frío que sienten, esa falta de hambre y de sed, esa dureza de tener que caminar durante meses sin saber si el siguiente paso te acabará llevando a ser libre. También introduce bien al personaje de Irena (Saoirse Ronan) y ese vínculo padre-hija que se va creando poco a poco entre ella y el personaje de Ed Harris, que en un principio no está seguro de su presencia en el grupo. Los mejores momentos de la película es cuando conocemos a los personajes, cuando nos cuentan algo de su pasado. Creo que Weir podría haber aprovechado más estos momentos, sin tener que llenar la trama de ellos, pues no es su intención. Tras desaparecer el personaje de Farrell, The Way Back me parece más irregular, especialmente esa andadura por el desierto y su tramo final que parece precipitado. Toda esa tranquilidad con la que había narrado la película desaparece y da lugar a que la película parezca acelerada y a que ha sido cortada en la sala de montaje para ajustarla a una "duración estándar". Pero dentro de la irregularidad auna escenas de gran belleza y los personajes siguen evolucionando y madurando. Aunque sea a cuentagotas. Pero el espectador sigue sintiendo esa falta de hambre y, especialmente en este tramo, de sed y el frío esta vez se cambia por calor debido al fuerte sol.





Cabe destacar el nivel técnico de la película, magnífico, especialmente a nivel visual que es sencillamente impresionante, donde destaca esa meticulosidad de Peter Weir para que cada escena sea bella. La fotografía es prodigiosa. Cada paisaje que vemos es un regalo para los ojos. Puede gustar más o menos, pero cada plano tiene sentido, cada escena. A nivel actoral, se nota lo limitado de Jim Sturgess, protagonista principal, pero se entrega y no acaba desentonando. Destaca especialmente Colin Farrell, que hace suyas las escenas en las que aparece con una facilidad pasmosa. Saoirse Ronan y Ed Harris también están muy bien así como los secundarios. Una pena que Mark Strong aparezca tan poco y se le liquide así de la trama puesto que el suyo es uno de los personajes más interesantes.
Puede hacerse aburrida, aunque no considere que lo sea, pero aún así es una película muy interesante. Despoblada de cualquier tipo de efectismo, es una película dura, realista y lírica. También irregular. Lo único que le pido a Peter Weir es que no tarde tantos años para la siguiente.



sábado, 15 de enero de 2011

También la lluvia (spoilers)



También la lluvia es la película que este año representa a España de cara a los oscars y viene filmada por la competente Icíar Bollaín. De la filmografía anterior de la directora he visto Te doy mis ojos y Mataharis, que me parecieron dos películas muy interesantes y con escenas dignas de recordar. Sin embargo, También la lluvia no me ha entusiasmado tanto y la considero por debajo de las dos películas citadas. No es una mala película pero quizá esperaba algo más de ella, que en muchos momentos la veo deslavazada, hipócrita e incomprensible en su trato hacia algunos de los personajes entre ellos los principales. También la lluvia tiene buenos detalles, momentos en los que Bollaín muestra cosas sin ser maniquea. Pero probablemente su labor, desde el principio, se vea empañada por el guión escrito por Paul Laverty, guionista habitual de las últimas películas de Ken Loach, que está muy alejado de sus buenos tiempos y cuyas últimas películas se sienten mucho más falsas e hipócritas que la película que nos ocupa.




Desde su inicio con esa gran cola para hacer un casting entre la gente boliviana, con el productor pidiendo que elija a unos cuantos para hacerlo y el director eligiendo con lo que se lía una buena y este último se compromete a ver a todos, no me creo la película más allá de escenas aisladas. Ese principio donde nos van presentando a los personajes no me interesa y tan solo el personaje del hombre boliviano experto en armar broncas mantiene el listón. Tampoco me gusta la presentación de varios de los actores de la película que están filmando ni del conflicto que se vive en la ciudad. Sin embargo, mantiene la compostura por como están rodadas las escenas de la película de Cristóbal Colón que están filmando, que están muy bien llevadas y realizadas por Bollaín. Los personajes evolucionan pero algunos están mejor mostrados que otros. Creo que la película mejora cuando el productor cambia de parecer y decide ayudar a la madre a buscar a su hija, mostrando una humanidad que anteriormente solo se había atisbado pero no se había dejado ver. No me creo absolutamente nada la del director ni la del actor, uno se había mostrado ligeramente preocupado por el problema que allí acontece y el otro se había preocupado por beberse hasta el agua de los floreros. Sin embargo, todos esos cambios no son bien mostrados en el guión y algunos de ellos, como el del productor y el del actor, se benefician principalmente por el trabajo de sus actores.





Y es que Luis Tosar está perfecto en su papel y lo eleva haciendo creíble lo falso. Por la intensidad que le pone o por su mirada es capaz de hacernos creer que pese a parecer que no tiene escrúpulos en un principio, es un tío que se acaba preocupando por esa niña. También Karra Elejalde cumple, pese a la exageración de su papel en un principio, a medida se va haciendo más humano y es gracias a él, porque su personaje en el guión es un tanto desastroso. Sin embargo, Gael García Bernal no puede librarse del desastre y se siente perdido desde el principio, sin saber llevar esa evolución y viéndose superado por las circunstancias. Los secundarios hacen su trabajo, desde el indigena, hasta el resto de actores de la película que filman como Raúl Arévalo, el siempre infravalorado Vicente Romero, que aparece en una escena, o Cassandra Ciangherotti, la guapa chica que firma el documental. Cabe destacar la banda sonora de Alberto Iglesias, aunque muchas veces tengo la sensación de que con esa música intenta destacar por encima de la película siendo algo grandilocuente. Aún así, la película al final me acaba dejando la sensación de que había material para muchísimo más y para hacerlo mucho mejor. No es una mala película pero a una directora que hasta el momento me había convencido le pido más de lo que ofrece en También la lluvia.


sábado, 8 de enero de 2011

El discurso del rey (spoilers)



Habiendo visto solo The Damned United de Tom Hooper, director de El discurso del rey, película en la que se alejaba de monarcas, presidentes y demás políticos que el director había tratado en algunas de sus anteriores películas para adentrarse en una época gris del exitoso entrenador de fútbol Brian Clough, no sabía a que atenerme con esta película. Tenía las excelentes referencias que iban llegando desde Estados Unidos además de su conocido reparto, un grupo de actores que justifican el visionado de cualquier película. El discurso del rey es una buena película pero no excelente, es entretenida pero no emociona. Tiene momentos de gran cine pero también algunos tiempos muertos en los que la película se tambalea un poco. Pero el buen hacer de Tom Hooper, que tiene maneras, tras la cámara hace que la película no caiga beneficiándose con su puesta en escena y con los personajes principales y los actores que los interpretan.




Lo primero que cabe mencionar es la recreación de la época que realiza el director y que luce estupenda desde la primera escena en la que el rey se dirige a todo el pueblo y muestra, en pantalla, por primera vez su tartamudeo. Resulta destacable por la elegancia con la que muestra el director inglés todo. Muy cuidado el vestuario, la fotografía, la banda sonora y otros elementos como los diálogos para conseguirlo. También tiene, pese a ser una película que en muchas partes se desarrolla a la luz del día, un tono grisáceo que se adecua bien a los tiempos que corrían, con Hitler ya por Alemania ganándose a su pueblo antes de que estalle la II Guerra Mundial. Pronto el director nos sumergirá en esa historia de tiras y aflojas entre el rey y su logopeda, al que el rey asiste por petición de su mujer y como entre ambos se va formando un vínculo especial. En estos momentos es cuando la película mejor funciona, cuando ambos personajes están juntos. Sin embargo, se atraganta cuando el monarca está junto a su padre, pidiéndole que se esfuerce en mejorar su tartamudeo para que así pueda sucederlo, y con su hermano, el cual mantiene una relación con una mujer mayor que le pisotea. Por fortuna, la película supera todo ese tramo y Tom Hooper vuelve a tomar las riendas con corrección hasta el final. Todo este tramo resulta creíble y agradable. Pero no me impresiona ni me conmueve, ni siquiera ese bonito discurso final que acaba diciendo el rey sin tartamudear.




El discurso del rey se beneficia del gran trabajo que hacen sus actores, especialmente se encuentran inspirados su trío principal. Colin Firth, lleva de manera excelente el tartamudeo y es capaz de componer su personaje más allá de solo eso, está muy bien, Geoffrey Rush está a su nivel y le da bien la réplica, mostrando que es uno de los secundarios más grandes y carismáticos que hay hoy en día, y Helena Bonham Carter tampoco desentona como la comprensiva y cariñosa esposa del personaje de Colin Firth. Los secundarios están bien, pese a algún personaje que está demasiado caricaturizado (especialmente los que forman parte de la familia del rey). Pero ellos cumplen con el material que tienen entre las manos. Quizá El discurso del rey también se vea afectada de que no sea un género ni trate algunos de los temas que más me apasionan, pero aún así la considero una digna película. Pero no maravillosa.


miércoles, 5 de enero de 2011

Outrage (spoilers)



El director japonés Takeshi Kitano, uno de los directores más reputados de su país y que internacionalmente goza de mucha fama, vuelve a la carga y al género con el que se hizo conocido con Outrage. Y es que tras la fascinante Zatoichi, Kitano, cansado de hacer lo mismo, realizó una trilogía sobre el arte, donde deconstruía su figura, formada por Takeshis', Glory to the filmmaker y Achilles and the Tortoise. Kitano es uno de los pocos directores en la actualidad que me resultan fascinantes. Y es una pena que sus películas no se suelan estrenar en España y solo una de sus películas menores como Glory to the filmmaker la haya podido ver en el cine. Pero su obra completa es muy interesante, quizá no haya dirigido ninguna obra maestra, pero está poblada de películas muy buenas y otras tantas muy interesantes que merecen la pena ver. Siempre haciendo gala de su estilo pausado, con escenas muy bellas, algunas salvajes o violentas (no en todas sus películas) y un humor muy negro y, en ocasiones, muy surrealista heredado de Takeshi´s Castle (Humor amarillo), programa que el propio Kitano creó.




En Outrage, Kitano teje una de sus historias más sencillas pero no por ello menos interesantes. Los personajes de la película tienen fuerza y las situaciones en las que se ven envueltos enganchan. A veces por ese humor del que hace gala el director, como las escenas con el policía que conoce al personaje de Kitano, o a veces por su brutalidad a la hora de mostrar la violencia, donde Kitano se muestra bastante creativo a la hora de desarrollar algunas escenas, como ese momento donde un personaje se tiene que cortar un dedo. Kitano siempre se ha sentido muy a gusto con esa mezcla y esa habilidad no la ha perdido pese a que llevaba ya un tiempo sin dirigir películas de yakuzas. La historia se va complicando, entran en juego traiciones varias, un americano al que callan a base de tenerlo acojonado y un Kitano en plan sádico que no va a tolerar a nadie que le toree aunque sea un superior suyo. Todo con una puesta en escena tremenda, excelentemente filmado por el japonés, sin renunciar a su estilo y consiguiendo imágenes muy crudas y divertidas.




Quizá Outrage salga perdiendo si se compara con otras películas del mismo género del propio Kitano. No importa porque sigue siendo una película muy recomendable de ver. Y prefiero ver a este Kitano que al de otras películas como Dolls, considerada por muchos su obra maestra y una de las películas que menos me interesan suyas. Quizá no refleje como Sonatine esa calma del yakuza en tiempos violentos, pero Takeshi Kitano va por otro lado y por intenciones quizá la película se parezca más a su debut americano, Brother. Aunque a mí me parece mucho más interesante la historia que cuenta en Outrage y como lo hace, sin querer menospreciar la muy interesante película citada. Y según parece, Kitano no ha tardado en hacer público que quiere hacer una secuela de Outrage, lo cual es una noticia muy buena para los que amamos al director japonés y que seguro que, pese a ser una segunda parte, regresa con su frescura habitual dispuesto a hacer otra buena película.


domingo, 2 de enero de 2011

Somewhere (spoilers)



Unos años después de Lost in translation y de hacer su particular adaptación sobre Maria Antonieta, Sofia Coppola regresa a la dirección. El cine de Sofia siempre ha sido muy personal, y desde sus inicios ha tenido tantos fans como detractores. Desde su debut como guionista en el horrendo fragmento dirigido por su padre, Francis Ford Coppola, para Historias de Nueva York donde Coppola padre se veía superado con pasmosa facilidad por Martin Scorsese y Woody Allen solo por colaborar con su hija en un fragmento caprichoso, hasta su intervención, también con su padre, como actriz en El padrino III donde su personaje y su interpretación dejaban mucho que desear. Pero varios años después de esa interpretación, decidió dar el salto como directora y acertó. Su personal Las vírgenes suicidas fue un acierto y a partir de aquella película, Sofia iría puliendo sus limitaciones. Deslumbró con la impresionante y bella Lost in translation y se permitió un capricho como Maria Antonieta, película arriesgada e imperfecta con unas cuantas cosas muy buenas aunque no me termina de convencer. Con Somewhere regresa a la senda de Lost in translation, aunque es el regreso de una Sofia, si cabe, mucho más sosegada que aquella.




En Somewhere, la directora nos presenta retazos de la vida de un actor con éxito pero desgraciado en su vida personal, en la que ni todas las mujeres del mundo son capaces de hacer que se sienta mejor y que solo su hija Cleo es capaz de ofrecerle algo de luz cuando tiene que estar con ella. Desde su principio hasta su final, Sofia nos ofrece varias escenas por separado, que crean un conjunto solemne, precioso y triste en el que su personaje se acaba viendo ahogado. Y Somewhere está dirigida de manera brillante, con ecos a otras películas independientes como The Brown Bunny de Vincent Gallo, donde Sofia se toma su tiempo para cada escena, para cada palabra, para cada silencio, para cada acción. Puede que Somewhere no cuente demasiado pero no le hace falta. Nos sumerge en la vida de un actor ya vacía desde el principio, y que por mucho que lo intente, no va a ser capaz de llenar ni dando vueltas con su coche, ni en compañía de otras mujeres, ni publicitando sus películas y finalmente, ni siquiera, estando al lado de su hija aunque se esfuercen por intentar comprenderse mutuamente y, en algunos momentos, parece que él va a ser feliz con su compañía. El momento en que se despiden padre e hija, con el helicóptero en marcha y con él diciendo que lo siente por no haber estado ahí aunque sabe que su hija, por el ruido, no puede escuchar lo que dice, termina por hundir en la miseria al personaje principal que no encuentra compasión en ninguna parte.





Además de la gran dirección de Sofia Coppola, Somewhere se ve beneficiada por la actuación de sus dos intérpretes principales. Tanto Stephen Dorff, un actor minusvalorado y siempre utilizado en productos de acción menores con personajes algo macarras, como Elle Fanning, actriz de muchísimo futuro que no tiene nada que envidiar a su hermana Dakota, están impresionantes y tienen mucha química entre ellos. La relación entre ambos es muy tierna y te crees esos momentos entre padre e hija que pasan durante la película. Hay mucho de personal en la película, probablemente de la propia relación de Sofia Coppola con su padre, en esos viajes que hizo mientras él dirigía o promocionaba sus películas, lo que hace que el tono que utiliza la directora en algunas escenas que comparten padre e hija, sean aún más personales y sensibles, potenciando todo esto siempre con la música que utiliza, que siempre es muy importante en sus películas. Y con tan solo eso, su peculiar estilo y sus tics personales, Sofia realiza, casi sin esforzarse, otra película fascinante. Diría que no es una película recomendable para los detractores de Lost in translation, que me parece un poco superior a Somewhere, pero creo que Sofia Coppola merece al menos que se le dé una oportunidad.