miércoles, 5 de enero de 2011
Outrage (spoilers)
El director japonés Takeshi Kitano, uno de los directores más reputados de su país y que internacionalmente goza de mucha fama, vuelve a la carga y al género con el que se hizo conocido con Outrage. Y es que tras la fascinante Zatoichi, Kitano, cansado de hacer lo mismo, realizó una trilogía sobre el arte, donde deconstruía su figura, formada por Takeshis', Glory to the filmmaker y Achilles and the Tortoise. Kitano es uno de los pocos directores en la actualidad que me resultan fascinantes. Y es una pena que sus películas no se suelan estrenar en España y solo una de sus películas menores como Glory to the filmmaker la haya podido ver en el cine. Pero su obra completa es muy interesante, quizá no haya dirigido ninguna obra maestra, pero está poblada de películas muy buenas y otras tantas muy interesantes que merecen la pena ver. Siempre haciendo gala de su estilo pausado, con escenas muy bellas, algunas salvajes o violentas (no en todas sus películas) y un humor muy negro y, en ocasiones, muy surrealista heredado de Takeshi´s Castle (Humor amarillo), programa que el propio Kitano creó.
En Outrage, Kitano teje una de sus historias más sencillas pero no por ello menos interesantes. Los personajes de la película tienen fuerza y las situaciones en las que se ven envueltos enganchan. A veces por ese humor del que hace gala el director, como las escenas con el policía que conoce al personaje de Kitano, o a veces por su brutalidad a la hora de mostrar la violencia, donde Kitano se muestra bastante creativo a la hora de desarrollar algunas escenas, como ese momento donde un personaje se tiene que cortar un dedo. Kitano siempre se ha sentido muy a gusto con esa mezcla y esa habilidad no la ha perdido pese a que llevaba ya un tiempo sin dirigir películas de yakuzas. La historia se va complicando, entran en juego traiciones varias, un americano al que callan a base de tenerlo acojonado y un Kitano en plan sádico que no va a tolerar a nadie que le toree aunque sea un superior suyo. Todo con una puesta en escena tremenda, excelentemente filmado por el japonés, sin renunciar a su estilo y consiguiendo imágenes muy crudas y divertidas.
Quizá Outrage salga perdiendo si se compara con otras películas del mismo género del propio Kitano. No importa porque sigue siendo una película muy recomendable de ver. Y prefiero ver a este Kitano que al de otras películas como Dolls, considerada por muchos su obra maestra y una de las películas que menos me interesan suyas. Quizá no refleje como Sonatine esa calma del yakuza en tiempos violentos, pero Takeshi Kitano va por otro lado y por intenciones quizá la película se parezca más a su debut americano, Brother. Aunque a mí me parece mucho más interesante la historia que cuenta en Outrage y como lo hace, sin querer menospreciar la muy interesante película citada. Y según parece, Kitano no ha tardado en hacer público que quiere hacer una secuela de Outrage, lo cual es una noticia muy buena para los que amamos al director japonés y que seguro que, pese a ser una segunda parte, regresa con su frescura habitual dispuesto a hacer otra buena película.
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