domingo, 17 de abril de 2011

Enredados



Después de muchos años sin demasiadas noticias de Disney salvando alguna que otra película como la estimulante Lilo & Stitch, hace unos años tuve noticias de ellos por partida doble: la primera fue por la compra de Pixar y conseguir la compañía puntera en esto de la animación (con permiso de la casi siempre impresionante Ghibli) y después ya por una película que realizaron: Tiana y el sapo, típica adaptación de la princesa y el sapo donde le daban un pequeño vuelco a la historia para adaptarla para el público moderno de hoy en día. Tampoco estaba nada mal Bolt, aunque iba de más a menos. Creo que con Enredados vuelven a dar en la diana y aunque quizá la compañía no vaya a resucitar con esa película, sí han conseguido un producto tan agradable de ver y con un par de destellos de muy buen cine. Quizá no esté a la altura de algunas películas que dirigió la compañía con anterioridad pero el resultado final no es para nada desdeñable, y la película creo que puede ser disfrutada por público de todas las edades, mezclando la parte más dramática con la cómica sumando los típicos números musicales que siempre han sido como una marca de identidad de la compañía de Walt Disney.




Enredados, como adaptación de un cuento clásico, comienza haciendo una rápida introducción para situarte pronto en la historia de la princesa secuestrada por una mujer. Esa mujer cuida de ella siempre con la precaución de no ser pillada por los auténticos padres de la princesa. Secuestrada siendo una niña recién nacida, ella cree que es su madre. Ella no le deja salir del castillo por lo que allí queda retenida junto a un par de animalejos que le hacen compañía (y supongo que nada más que eso). Pronto también, vemos al contraste de su personaje: el del tipo sinvergüenza, que dedica su vida a robar para ganarse su dinerillo y eternamente perseguido por gente que quiere o arrestarle o darle para el pelo. Sus caminos, por cosas del destino, se acaban cruzando y después de un par de enfrentamientos favorables a ella, él acaba accediendo a llevarla al sitio de donde salen unas luces el día de su cumpleaños. El camino no va a ser fácil porque los dos son perseguidos por un sádico caballo con cuentas pendientes con él y por la madre de ella, siempre dispuesta a cualquier cosa para que su "hija" no sepa la verdad de todo lo que pasó. En esta parte, la acción se dinamiza y la película gana en ritmo, pasando más cosas, siendo estás más vibrantes y ganando respecto a la correcta primera parte. Los números musicales se integran bien y no llegan a hacerse pesados. De hecho, hay un par que están bastante bien. Quizá también se le pueden achacar ciertos momentos intermedios que se pueden llegar a hacer algo pesados pero es poquita cosa y no tiene gran importancia.




Lo importante al final es observar como la animación es, en la actualidad, uno de los géneros que goza con mayor salud y de donde salen algunas de las películas más apreciables de los últimos años. No sé si es porque muchas veces tienen su público asegurado (los niños acompañados de sus padres) y eso les da a sus responsables cierto margen de maniobra para poder trabajar con más calma. Sea como sea, es un hecho que varias de las películas de animación están mucho mejor tratadas, dirigidas y son más intensas que las otras. Siempre hay excepciones, claro, pero normalmente te tienes que ir a los directores de siempre, a aquellos que tienen cierto renombre y que con el paso de los años han demostrado que son muy buenos. Pero es dentro de este género y, también, dentro de algunas series de televisión donde más oportunidades están dando a directores nuevos, menos conocidos, pero con el talento suficiente como para poder triunfar. El problema que tienen es que lejos de esas series o esas películas, las oportunidades no les llegan. Y sí llegan es para productos de encargo u/o olvidables. Ahí está la última película del muy competente Allen Coulter, producto mediocre realizado para el lucimiento de su adolescente estrella.


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