Reconozco ser fan del director de Poseidón, Wolfgang Petersen. Es un tipo que tiene sus películas malas -Air Force One es entrañablemente estúpida-, pero a su vez tiene varias películas muy recomendables. El alemán que se dio a conocer con El submarino y con la adaptación de La historia interminable
-aunque tiene alguna película anterior que algunas personas me han
recomendado- ha hecho una trayectoria en Estados Unidos bastante decente
a base de realizar películas de acción y/o aventuras.
La gran diferencia de Poseidón
si la hubiera dirigido otro director es que hubiera sido una película en
que se hubiera notado que había mucha pasta detrás. Con Petersen
comandando la aventura, lo que uno percibe es que hay mucha pasta detrás
y un tipo con un par de pelotas más grandes que dos balones de fútbol.
Vamos, que es un tío que ya que hace su trabajo, lo hace bien. Sin haber
visto la adaptación anterior, pese a estar protagonizada por el siempre
genial Gene Hackman, pocas comparaciones puedo hacer entre una y otra.
Simplemente puedo sentarme y disfrutar de esta nueva versión que es un
enorme espectáculo que sería obligatorio ver en pantalla grande.
Porque en su momento la vi en el cine y
me gustó y con el paso del tiempo, al volverla a ver, compruebo que no
ha perdido ningún valor. La acción se sitúa en el enorme transatlántico
en donde se está celebrando la última noche del año, con concierto de
Fergie y todo. Pronto lo que es una noche de fiesta se convierte en una
enorme tragedia al llegar una ola de un buen puñado de metros de altura.
Y aquí es donde la mano de Petersen se empieza a notar. Mientras otros
directores simplemente se dejarían llevar por el exceso metiendo efectos
especiales y dando vueltas sobre lo mismo una y otra vez -y no señalo
con esto a Michael Bay-, Petersen, sin descuidar el nivel visual de la
película, que es prodigioso, tiene bastante de artesano.
En ningún momento deja que los efectos
devoren la película. Y, cuando los utiliza, lo hace con un sentido del
ritmo y del espectáculo sencillamente prodigioso. Esa calma tensa,
rodando la llegada de la enorme ola al Poseidón es un claro ejemplo de
esto. Te mantiene en tensión y deja unos segundos para que te agarres a
la butaca hasta que la ola llegue a su destino. Y hay más ejemplos de
esto a lo largo de la película. La escena del ascensor, otras escenas en
las que tienen que pasar de un sitio a otro o esos largos buceos
buscando una salida son ejemplos de que, además de ante un gran
espectáculo, estamos ante una película que te mantiene en tensión
durante su metraje.
Desde luego no es una película, ni mucho
menos, perfecta. Y se le pueden achacar varias cosas. Algunas
situaciones pueden estar cogidas por pinzas -como que el niño, de
repente, acabe atrapado en una especie de jaula y con el nivel del agua
subiendo, sin saber ni como ha acabado ahí- y los personajes están muy
estereotipados, pero uno le acaba perdonando todo eso. Sobre todo porque
los actores están perfectos en su papel. Quizá alguno un tanto
irritante como Kevin Dillon -hermano de Matt Dillon y que se sirvió de
su experiencia de hermanísimo para la serie Entourage- en el
típico papel de graciosete y algo chulo que tiene pinta desde el primer
momento en que lo vemos, por su comportamiento, que no va a durar mucho
por allí.
Quizá también puede resultar algo
repetitiva, pero teniendo en cuenta que tipo de película es y que la
“misión” de los personajes es ir subiendo de piso en piso por el barco
hasta encontrar una salida y luchar contra las adversidades que van
surgiendo es algo natural. Por suerte, Wolfgang Petersen no estira la
trama -y no vuelvo a señalar a Michael Bay y sus más de 2 horas de
duración en cada película- y no deja que la película se termine por
hacer pesada.
Al final, disfruto durante la hora y media de casi todo lo que vemos en Poseidón.
De su escalofriante nivel visual con todo el apartado técnico siendo de
un nivel sobresaliente, de la tensión que maneja el director, de unos
personajes que salvo alguna excepción no son irritantes y de unos
actores que se amoldan a la perfección a estos personajes. Y, siendo
este un género muy maltratado que tuvo su punto fuerte con algunas
películas de los 70 como El coloso en llamas, Aeropuerto o la misma versión anterior de Poseidón, me parece que esta nueva versión sobresale, tampoco es complicado, lo sé, entre todo lo que se ha realizado desde entonces.
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