Vinyan es una película atípica -dentro de lo típico de su argumento- en la cual una pareja (especialmente ella) se niega a creer que su hijo ha desaparecido o ha muerto durante el tsunami y harán cualquier cosa por encontrarlo. Vinyan es una película que está bien dirigida, cuyo ritmo lento se adecua convenientemente a la historia, pero cuyo principio y desarrollo de la historia que se tiene entre las manos no terminan por atrapar al espectador, por suscitar algún tipo de interés, por adentrarse de manera correcta en los sentimientos de unos padres que no pueden olvidar la desaparición de su hijo, por no aprovechar más sabiamente el ambiente extraño y malsano del lugar en el que se encuentran y por no darle la adecuada tensión sexual a los personajes del marido y de la amiga francesa que allí se encuentra.
Está bien pero no parece ir más allá y no contiene ninguna escena que tenga gran fuerza, sí algo de mal rollo por lo que pueda pasar pero no da un pasito más adelante y es por eso que, Vinyan, cuando realmente convence y cuando coge fuerza y agarra al espectador es en su demoledor e impactante final, en como el director da una vuelta de tuerca y decide suscitarle al espectador de todo, donde nos encontramos con esa Emmanuelle Béart de vuelta de todo y todos esos niños haciendo de las suyas y mostrando la impotencia del personaje de Rufus Sewell ante todos ellos y su destino final. El final eleva a Vinyan, convierte a una película correcta aunque algo fría y decepcionante, en una película interesante, aunque da la impresión de que podría haber sido más y que si se hubiera aprovechado el resto del metraje como el director belga lo hace en ese final, nos encontraríamos ante una obra maestra o, como mínimo, una película notable.
También debo recomendar El manuscrito encontrado en Zaragoza. Una película difícil, de tres horas de duración, que pese a que sepas que te puedes encontrar con algo muy complejo puede llegar a angustiarte, contiene elementos surrealistas y puede resultar aburrida si no se conecta con ella, pero a mí me ha maravillado, me ha encantado y me parece una obra maestra.
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