La quinta temporada de "Lost" me ha parecido tan decepcionante como aburrida, sin dar importancia a los personajes, convirtiendo a todos ellos en marionetas. Esto podría ser bueno si los hechos que vemos en la pantalla fueran impactantes, pero no, han desaprovechado una idea genial solo porque los guionistas se creen los más inteligentes del mundo cuando ni mucho menos lo son, se han alejado ya tanto del camino iniciado que ahora, que es cuando tienen que empezar a resolver todas las incógnitas es cuando no están a la altura, demostrando que lo difícil es intentar explicar los misterios y no abrirlos y dejarlos en el aire sin más y "Lost" cuando ha ido revelando algunos secretos en esta quinta temporada es cuando ha mostrado su peor cara y cuando se ha demostrado que no había tanto talento como se presumía en ella y que "Lost" no puede pasar más allá que de un mero entretenimiento, que es lo que es la serie, ni más ni menos. Bajo su envoltorio no hay absolutamente más. Y del desastre de la quinta temporada ya no se puede poner de excusa la huelga de guionistas, que es aún peor. No saben tratar las relaciones entre personajes, especialmente si hay romance de por medio, y la única que habían tratado con dignidad que es la de Locke y la de Ben, en esta quinta temporada es un auténtico desastre que solo busca la sorpresa. El tema de los viajes en el tiempo está tratado con bastante torpeza y precipitación y cuando se establecen dos tiempos paralelos, el de Dharma en el pasado deja mucho que desear. El tema de los tipos que tienen que volver a la isla tampoco es que esté tratado con buena mano, quizá porque esperaba que les costara bastante más, y tan solo se ha visto un par de destellos. Pero todo eso ha acabado desembocando en un final ridículo que convierte todo el misterio de la isla a una simple lucha entre dos "dioses". Mucho tiene que cambiar en la sexta temporada para levantar el vuelo, pero resumir mucho del misterio de la isla a solo eso, resulta muy decepcionante. Yo creo que ya he tenido bastante con la quinta como para aguantar la última.
En cuanto a películas vistas, el otro día volví a ver a ese Oskar Schindler que Spielberg ofreció por los años 90 y que significó para el director, después de desearlo con todas sus ganas, el ganar al fin su ansiado oscar. Y cuando ves "La lista de Schindler" ves que en todo momento como el director de "Tiburón" lo busca constantemente. Cuando se intercambió el proyecto con Scorsese (Scorsese iba a dirigirla y Spielberg iba a hacer "El cabo del miedo", Martin aceptó el cambio porque quería meterse de lleno con la adaptación de "La edad de la inocencia"), Spielberg ya sabía lo que iba a ofrecer a su público, es decir, una película dura, no exenta de esa sensiblería que Spielberg maneja en muchas ocasiones, y de manipular una y otra vez al espectador, de mostrarnos cuan cabrones eran los nazis a cada rato (la mejor escena con estos es cuando a Fiennes se le encasquillan las pistolas, muy grande) y sacando de vez en cuando a unos cuantos niños para intentar sugerir algo que muchas veces no consigue. La buena factura técnica, ambientación e interpretaciones de sus actores juegan a su favor, la película de Spielberg es una buena película pero un tanto sobrevalorada.
Respecto a "La pianista" de Haneke, me encontré con una película que busca descaradamente la provocación y el morbo. Esto no es nada nuevo siendo una película de Michael Haneke, alguien que busca ese tipo de sentimientos hacía el espectador, y ciertamente "La pianista" es una película que provoca todo tipo de cosas al espectador, es una obra desgarradora y contundente. Las sensaciones que desprenden esos personajes tan intensamente interpretados por Isabelle Huppert y Benoît Magimel y la relación entre sus personajes es inteligente, macabra, fantástica.
Con "Los pájaros" nos encontramos ante una de las películas más inteligentes de Alfred Hitchcock. En ella, el director no da ningún tipo de respuesta al espectador porque no es necesario darla de ningún tipo, podría haberse inventado algún final estúpido en el que nos explicara porque atacan, pero dejarla con ese final denota mucho talento en el director inglés, algo que hoy en día no se podría hacer en la industria (y ya veremos con el remake que están preparando, si es una fotocopia o si intenta alejarse un poco de la original). No es necesario saber porque atacan, simplemente hay que sentarse y disfrutar, turbarse ante los ataques de los pájaros e imaginar que algo similar sucediera en la realidad, Hitchcock juega con nuestros nervios de esa manera, haciendo al espectador participe de la película.
"La clase" es tan realista que da miedo. Me recuerda a un aula de verdad, al comportamiento pasivo de los alumnos y al profesor perdiendo los nervios cada dos por tres con estos. Un claro ejemplo de que hoy en día es un suplicio ser profesor, los hay que pueden ser muy "cabrones" pero ni la mitad que más de la mitad de los alumnos que hoy en día se tienen en una clase. Una película de las que hay que ver. También me identifico bastante con ese actor fracasado que vemos en la coreana "Turning Gate" de Hong Sang Soo, con sus viajes y con las chicas que se va encontrando por el camino. Es una mezcla de drama y comedia muy triste pero preciosa, pausada, romántica, donde el director sabe sacar todo el patetismo de sus personajes, sabe meter el contenido sexual que la película posee con acierto, donde te puedes imaginar que te puedes tomar un tiempo para ti y vivirlo de manera semejante a como lo vive su protagonista.
Y para finalizar, "Los mundos de Coraline" devuelve al fin al primer plano a Henry Selick. Después de ser pisoteado por el ego descomunal de Tim Burton y verse relegado a segundo plano tras dirigir "Pesadilla antes de navidad", en la que si la película hubiera sido mala todos los palos se los hubiera llevado Selick, pero como fue buena todos los halagos fueron para Tim, el director se hundió poco, y ha sido muchos años después cuando al fin ha demostrado que tenía mucho talento que plasmar en pantalla.
La historia de Coraline es un cuento muy cruel, con una historia sencilla pero efectiva, donde el director sabe tratar la animación y crear un mundo fantástico muy atractivo, con efectivas dosis de humor, música y terror. Trabaja de manera adecuada al personaje y la animación está muy bien, el 3D no es un pretexto para hacer la película, no recurre a él todo el rato ni depende de él, Selick lo integra a la historia que nos cuenta. Películas de animación que nos recuerden a aquellos cuentos oscuros que leíamos de niños es lo que nos hace hoy en día. Y más cuando se hacen tan bien como esta adaptación de la novela "Coraline" de Gaiman.
En cuanto a películas vistas, el otro día volví a ver a ese Oskar Schindler que Spielberg ofreció por los años 90 y que significó para el director, después de desearlo con todas sus ganas, el ganar al fin su ansiado oscar. Y cuando ves "La lista de Schindler" ves que en todo momento como el director de "Tiburón" lo busca constantemente. Cuando se intercambió el proyecto con Scorsese (Scorsese iba a dirigirla y Spielberg iba a hacer "El cabo del miedo", Martin aceptó el cambio porque quería meterse de lleno con la adaptación de "La edad de la inocencia"), Spielberg ya sabía lo que iba a ofrecer a su público, es decir, una película dura, no exenta de esa sensiblería que Spielberg maneja en muchas ocasiones, y de manipular una y otra vez al espectador, de mostrarnos cuan cabrones eran los nazis a cada rato (la mejor escena con estos es cuando a Fiennes se le encasquillan las pistolas, muy grande) y sacando de vez en cuando a unos cuantos niños para intentar sugerir algo que muchas veces no consigue. La buena factura técnica, ambientación e interpretaciones de sus actores juegan a su favor, la película de Spielberg es una buena película pero un tanto sobrevalorada.
Respecto a "La pianista" de Haneke, me encontré con una película que busca descaradamente la provocación y el morbo. Esto no es nada nuevo siendo una película de Michael Haneke, alguien que busca ese tipo de sentimientos hacía el espectador, y ciertamente "La pianista" es una película que provoca todo tipo de cosas al espectador, es una obra desgarradora y contundente. Las sensaciones que desprenden esos personajes tan intensamente interpretados por Isabelle Huppert y Benoît Magimel y la relación entre sus personajes es inteligente, macabra, fantástica.
Con "Los pájaros" nos encontramos ante una de las películas más inteligentes de Alfred Hitchcock. En ella, el director no da ningún tipo de respuesta al espectador porque no es necesario darla de ningún tipo, podría haberse inventado algún final estúpido en el que nos explicara porque atacan, pero dejarla con ese final denota mucho talento en el director inglés, algo que hoy en día no se podría hacer en la industria (y ya veremos con el remake que están preparando, si es una fotocopia o si intenta alejarse un poco de la original). No es necesario saber porque atacan, simplemente hay que sentarse y disfrutar, turbarse ante los ataques de los pájaros e imaginar que algo similar sucediera en la realidad, Hitchcock juega con nuestros nervios de esa manera, haciendo al espectador participe de la película.
"La clase" es tan realista que da miedo. Me recuerda a un aula de verdad, al comportamiento pasivo de los alumnos y al profesor perdiendo los nervios cada dos por tres con estos. Un claro ejemplo de que hoy en día es un suplicio ser profesor, los hay que pueden ser muy "cabrones" pero ni la mitad que más de la mitad de los alumnos que hoy en día se tienen en una clase. Una película de las que hay que ver. También me identifico bastante con ese actor fracasado que vemos en la coreana "Turning Gate" de Hong Sang Soo, con sus viajes y con las chicas que se va encontrando por el camino. Es una mezcla de drama y comedia muy triste pero preciosa, pausada, romántica, donde el director sabe sacar todo el patetismo de sus personajes, sabe meter el contenido sexual que la película posee con acierto, donde te puedes imaginar que te puedes tomar un tiempo para ti y vivirlo de manera semejante a como lo vive su protagonista.
Y para finalizar, "Los mundos de Coraline" devuelve al fin al primer plano a Henry Selick. Después de ser pisoteado por el ego descomunal de Tim Burton y verse relegado a segundo plano tras dirigir "Pesadilla antes de navidad", en la que si la película hubiera sido mala todos los palos se los hubiera llevado Selick, pero como fue buena todos los halagos fueron para Tim, el director se hundió poco, y ha sido muchos años después cuando al fin ha demostrado que tenía mucho talento que plasmar en pantalla.
La historia de Coraline es un cuento muy cruel, con una historia sencilla pero efectiva, donde el director sabe tratar la animación y crear un mundo fantástico muy atractivo, con efectivas dosis de humor, música y terror. Trabaja de manera adecuada al personaje y la animación está muy bien, el 3D no es un pretexto para hacer la película, no recurre a él todo el rato ni depende de él, Selick lo integra a la historia que nos cuenta. Películas de animación que nos recuerden a aquellos cuentos oscuros que leíamos de niños es lo que nos hace hoy en día. Y más cuando se hacen tan bien como esta adaptación de la novela "Coraline" de Gaiman.
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