viernes, 8 de enero de 2010

Up in the air / The Lovely Bones

Quizá Jason Reitman sea un enchufado que ha tenido mucha suerte. Pero negar que el hijo de Ivan Reitman tiene talento me parece excesivo. No todos los enchufados han logrado llegar a su posición, con tan solo tres películas ha conseguido dar tres productos que recuerdan al cine clásico, puede que sin tanta calidad como las grandes películas de aquella época pero sí tres películas dignas. Gracias por fumar era irónica, acelerada, graciosa. Juno estaba bien cuando se adentraba en la relación entre Ellen Page y Jason Bateman. Tenía cosas muy buenas pero también otras cosas que desentonaban. Los principales males de Juno estaban heredados por los tics del guión de esa señorita que se cree la nueva Alan Ball, Diablo Cody, que siempre quiere hacerse notar cuando escribe. Además, las dos películas de Reitman tenían al actor y a la actriz perfecta en el papel protagonista y Up in the air no es una excepción.




Con Up in the air, Reitman muestra una gran madurez respecto a sus dos películas anteriores. Y no es una película que huya de los tópicos, sino que los acepta como un recurso más para desarrollar y profundizar en sus personajes especialmente en el de George Clooney. Quizá su mayor virtud sea encontrar el equilibrio entre drama y una sutil comedia, donde predomina lo primero. También es posible que durante algún rato a mitad de metraje, la película dé algunas vueltas y no sepa por donde tirar, pero se acaba solucionando y Reitman acaba volviendo a lo que sabe, a narrar admirablemente bien con lo que tiene. Todo esto apoyado con el tremendo trabajo de sus actores con un George Clooney perfecto, unas encantadoras Anna Kendrick y Vera Farmiga, acompañados con las bien retratadas reacciones de los tipos a los que van despidiendo.
Soledad, amor, trabajo se mezclan con mucho talento para contar la historia de un hombre aparentemente triunfador, que es contratado por empresas para ir despidiendo a la gente, pero sin nadie a su lado en los momentos más duros, solo con pequeñas vías de escape entre viaje y viaje. Con esa filosofía de vida le ha ido bien, pero se irá al garete cuando su empresa decida dar una pequeña vuelta a la manera que tienen de trabajar tras una idea del personaje de Kendrick, con lo que alborotan su vida teniendo que hacerse cargo de la muchacha para enseñarle el oficio y luego teniendo que fijar su residencia en una ciudad concreta, y no en los hoteles de varias ciudades. Todo eso junto a que ha conocido a otra mujer que es igual que él con la que empieza a tener algo más que una simple relación sexual. Con todo eso, Reitman ha realizado su película más serena, quizá puedan estar vistas esas cosas que hacen pensar a Clooney, que le hacen evolucionar, cambiar el pensamiento y su filosofía de vida pero aún así resulta un placer verla.




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Respecto a The Lovely Bones, debo decir que la adaptación que ha realizado Peter Jackson me parece muy fallida. No como adaptación -no he leído la novela- sino como película. El retorno a sus orígenes queriendo alejarse un poco del agotador trabajo de El señor de los anillos y King Kong resulta decepcionante y es una pena porque el comienzo de The Lovely Bones, sin llegar a ser gran cosa, no está del todo mal hasta a la escena cumbre -lo mejor de la película- que comparten Stanley Tucci, jugando de manera excelente con su voz, y Saoirse Ronan. Después de eso, la película se convierte en un despropósito que no sabe mezclar el mundo fantasioso en el que se ve atrapada la pequeña con la gran tragedia en el mundo real de su familia por la pérdida, hiriendo de muerte con eso a casi todos los personajes que componen la película.




La película comienza a dar vueltas, los momentos en esa especie de purgatorio son postales, tan bonitos como huecos, muy bochornosos en la forma de ser ejecutados, mientras que con la parte de la investigación Jackson no saber donde ir. Mark Wahlberg coge peso en la trama y pese a que hay que reconocer que hace un gran esfuerzo, el personaje que interpreta resulta mediocre y su desesperación está torpemente tratada. Tampoco Peter Jackson sabe que hacer con sus otros personajes intentando dar, sin acierto, un componente cómico con Susan Sarandon mientras que lo de Rachel Weisz o lo del chico enamorado del personaje de Saoirse es sencillamente bochornoso. Todo eso hasta desembocar en uno de los peores finales que he tenido oportunidad de ver en mucho tiempo. No solo es mediocre y empalagoso sino que demencial, torpe y, finalmente, muy cobarde. Probablemente y sin ser, precisamente, fan del cine que lleva haciendo desde El señor de los anillos, la peor película que ha dirigido en su carrera. Si tengo que librar algo, me quedo con los esfuerzos de Mark Wahlberg y Rose McIver pese a todo con lo que tienen que lidiar, con algunos momentos, como la escena que he citado anteriormente, de Stanley Tucci, aunque su interpretación a ratos me parezca forzada, y con la presencia de Michael Imperioli. Muy insuficiente pues todos se ven perjudicados por los personajes que interpretan.


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