Desde que en 1979 Ridley Scott dirigiera una de sus primeras películas, basada en La línea de sombra de Joseph Conrad y el que es, probablemente, el mejor trabajo de toda su filmografía, la saga Alien ha contado con muchos fans, con varias continuaciones (más un par de cruces con el Predator que tantos apuros hizo pasar al bueno de Arnold) dirigidas por James Cameron, David Fincher y Jean-Pierre Jeunet respectivamente, tres directores con mucho prestigio (aunque Fincher dirigió la tercera antes de conseguir el prestigio que le dio Se7en y Jeunet antes de Amélie aunque sus dos anteriores trabajos - Delicatessen y La ciudad de los niños perdidos- le habían puesto en el mapa). Los cuatro directores supieron meter su visión y sus estilos personales dentro de las películas, darles continuidad, que no se parecieran una a otras aún manteniendo las características principales de la saga.
En la primera Ridley Scott, repartía minutos entre todos los personajes, Sigourney se mantenía en la sombra en su inicio hasta que a medida que avanzaba la película se convertía en la protagonista principal junto al "pequeño invitado" y acababa siendo la única superviviente del Nostromo (junto al gato). También es la que mejor ha mezclado ciencia-ficción con terror psicológico y la que mejor ha tratado a sus personajes, pues sin hacer un retrato psicológico de cada uno si que se ahonda en la personalidad de cada uno con mucho acierto.
En la segunda, James Cameron continuó donde acabó la primera pero prevaleciendo esta vez la acción. En su comienzo en el hospital con Sigourney y el gato parece que va a seguir la senda de la primera, pero cuando Ripley se encuentra por primera vez con el cuerpo de marines, rumbo al planeta donde encontraron al primer alien que ahora se encuentra habitado, por lo que éstos se pueden reproducir saliendo del estómago de los humanos, sabes que pronto va a tirar por otra dirección. Además aparecía la Reina Madre que puede reproducirlos y ya había varios aliens campando a sus anchas. También cabía destacar ese instinto maternal de Ripley con la niña que se encuentran allí.
La tercera, con David Fincher al mando, es una vuelta a la primera, esta vez ambientada en una cárcel. Es la única de la saga en la que Sigourney está rodeado de hombres, ya que es la única actriz de la película (tan solo una aparición de la niña de pocos segundos al inicio que no va a más) y en la que se muestra la atracción entre Ripley y el alien debido a que ella lleva dentro una Reina Madre e incluso se llega a mostrar el deseo sexual de la teniente con el médico de la cárcel. Aunque resulta vibrante y el comienzo está muy bien, cuando comienzan la caza del alien, con esas largas persecuciones intentando jugar con el bicho sin mucho éxito, no termina de convencerme, así como la última aparición de otro modelo de Bishop, con esa constante habitual de toda la saga de que la compañía quiere a un alien al menos para experimentar. También es cierto que aunque la película es correcta, aquel fue un rodaje excesivamente complicado y en el que se deshechó mucho del material que David Fincher había rodado, por lo que la película quedó mutilada, lo que rebajó la calidad final de la película. Hay algún director´s cut, pero la película completa tal como la quería el director, con una duración superior a las 3 horas, no llegó a salir y se resintió la trama, que tenía algunos agujeros por eso.
En la cuarta, Jeunet añade algo que no tenían las anteriores: dosis de frikismo y personajes muy extravagantes. También es la más violenta y empiezan a entrar en juego cosas como los clones o la mezcla entre humanos y aliens. Pero es la que más se sale, a mi juicio incluso por encima de la de James Cameron, del género del terror para hacer una mezcla entre ciencia-ficción y acción y es la menos arriesgada. En esta cuarta parte, unos científicos logran lo que La Compañía intentó conseguir durante varios años: tener -aparentemente- atrapada a una Reina Madre y a los aliens que va reproduciendo ésta. Consiguen uno clonando a Ripley y a su vez al pequeño bicho que lleva dentro. Luego termina saliendo el bicho que aparece en la última imagen de esta entrada, que ve en Ripley a su auténtica madre. Puede parecer la película más imbécil de la saga, pero realmente el exceso de Jeunet le va bien a la saga, quizá no llegue a la calidad de las anteriores pero sí que la rejuvenece y realiza una película muy entretenida aunque en varios tramos se eche en falta algo más.
A lo largo de la saga, hemos visto a Ellen Ripley combatiendo eternamente contra los aliens, hemos visto como han pasado los años (entre película y película pasan un porrón de años pero como ella está crionizada no los nota), hemos visto su instinto maternal en la segunda y en la cuarta y hemos visto sus braguitas entre otras cosas. También su relación con los robots que salen en cada película, otra constante de la saga.
En la actualidad están preparando la precuela con Ridley Scott asumiendo de nuevo la dirección. Ridley, actualmente, está a años luz de cuando dirigió la primera entrega o Blade Runner pero habrá que confiar en él. Tampoco ayuda que parece que va a ser la primera película en la que no tengamos a Ripley. Quizá haga un cameo como mucho. Ya veremos como se le da.
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