Lars Von Trier, el tipo que inventó el mote de "puto enano" para llamar a Roman Polanski, vuelve a la carga, y lo hace con "Antichrist", su obra más explicita, misógina, desequilibrada y, por ende, la más fascinante de todas. Decía Carlos Boyero que "Antichrist" era como para pegarle una ostia a Von Trier. Y tenía razón. Pero no porque la película sea una gilipollez, sino porque durante todo el metraje es Lars el que le está metiendo unas contundentes ostias al espectador y muchas veces a uno le dan ganas de devolvérselas. Tras terminar la película, me he quedado prendado de "Antichrist", de lo que cuenta y de como lo cuenta, de las naturalezas, una en forma de paisajes, en este caso del bosque de Edén y de animales que puede ser un peligro para cualquiera, y la otra que es la humana, aún más peligrosa si cabe, donde maldad, odio, desequilibrio, y los tres mendigos (tristeza, dolor, desesperanza) se juntan y son capaces de lo peor.
Como dice el zorro, el caos reina, pero especialmente en la naturaleza humana, en el personaje de Gainsbourg, que parece entrar en una enorme depresión tras la muerte de su hijo, pero que a medida que avanza la película, te das cuenta que en su último viaje a Edén ya estaba, en cierta manera, desequilibrada. Rechazado su trabajo por su marido, que tacha su tesis sobre mujeres maltratadas de simplista, poniéndole los zapatos al revés a su hijo y oyendo llantos extraños se establece un enfrentamiento entre ambas naturalezas. A medida que avanza la película, y con ello la terapia que el personaje de Willem Dafoe hace con su mujer, el espectador y el personaje de Dafoe se dan cuenta a la vez que el verdadero peligro que acecha al personaje de Charlotte es ella misma. Y que al mezclarla, al forzarla a "fundirse" con la otra naturaleza, la desequilibra aún más, la enloquece, la lleva a cometer unos actos salvajes para sobrevivir al estar en la iglesia de Satanás, que no solo la marca interiormente allí. Esto le hace cometer auténticas salvajadas y no solo en ese ambiente, sino que también te das cuenta que ella veía a su hijo mientras caía por la ventana, que pudo haberlo impedido si hubiera querido con ir a por él antes de caerse.
"Antichrist" está formada por cuatro capítulos, que ya he citado anteriormente (Tristeza, Dolor, Desesperanza y Los tres mendigos, que son los tres juntos), un prólogo y un epílogo, y está filmada con gran elegancia, con unos planos muy detallados, con unas imágenes realmente bellas, donde, al igual que Willem intentaba con su mujer y la naturaleza, todo se funde con una naturalidad increíble: música, fotografía, los dos actores incluso, para formar un todo exquisito, elegante, con mucha fuerza. La terapia de Willem resulta fascinante, los capítulos en que él la trata resultan intensos, te crees la ansiedad de la actriz, esa ansiedad por querer sacar todo lo que lleva dentro.
Se la puede criticar por muchas cosas. Es lógico. No es una película fácil de ver, y como he citado al principio, es un tanto misógina, algo que se descubrirá a medida que se va avanzando. Pero para mí es lo mejor que ha dirigido Lars Von Trier, que por fin ha hecho una película que ha ido muy por el terreno personal, se ha dejado de jugar con los diferentes apartados técnicos para querer hacer algo nuevo, algo que puede darle buenos resultados como en "Dogville" o convertir algo con buena pinta en insoportable como en "El jefe de todo esto". Las ganas de transgredir al público, de provocarle multitud de sensaciones, no con las escenas explicitas, sino con la historia que cuenta, con todo lo que puede salir de dentro de una persona, hacen de "Antichrist" una experiencia al menos recomendable. Aunque luego la película no te guste. Porque pese a todo lo que digo, la última creación de Lars es una imbecilidad. Una bendita, maravillosa e increíble imbecilidad.
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