miércoles, 31 de agosto de 2011
El castor (spoilers)
Tras ver El castor me da mucha pena tener que darle la razón a la gran mayoría de críticos que han comentado algo sobre la película. Y El castor es una película en la que se ha hablado mucho de lo que hace Mel Gibson lejos del cine. Quizá el australiano sea muchas cosas pero desde luego no es tonto y ha evitado el ridículo de manera notable con un papel que se prestaba a ello. Pero ni el tono de la película, ni el guión, ni la dirección de Jodie Foster acompañan al esfuerzo que realiza el actor en su interpretación. Tópica película con el sello de telefilm familiar, donde ese excentricismo del personaje no termina por encontrar su contraste, porque alguien termine por rechazarlo. Bueno, me equivoco, el hijo mayor sí lo hace pero está tan desaprovechado el tema que terminé por olvidarme. Y es una pena que la historia paralela que protagoniza, que a priori, podría tener cierto interés, se acabe volviendo una idiotez que no aporta nada a la trama. Me hubiera gustado que se aprovechara más el tema del hijo que no quiere parecerse en nada a su padre, que vive bajo las apariencias pero pronto le introducen una historia romántica con una chica con un trauma que además de pesada, no resulta emocionante ni suscita nada. Y es la única historia, sin Mel Gibson y su castor, que posee la película. El castor aparece por primera vez cuando Mel intenta suicidarse -aparece antes en el cubo de basura cuando lo recoge pero aún no ha empezado a cobrar vida. La escena bordea el ridículo pero Mel se las apaña para que resulte creíble.
Y a partir de ese momento básicamente es eso. Escenas que bordean el ridículo y si no lo son es porque Gibson las salva. La cantidad de recursos que maneja, cambiando de registro a cada segundo, interpretando a dos personajes en uno bien diferenciados, deja ver como se ha dejado la piel. En el papel del castor, es seguro, hace reflotar su empresa -quizá algo exagerado todo este tema pero se puede llegar a aceptar- y reconquista a su mujer y a su hijo pequeño. Como él mismo es incapaz de levantarse la moral, le cuesta articular palabras y vive en una profunda depresión. Una escena muy intensa es la del restaurante, cuando Mel está a punto de hundirse cuesta abajo y sin frenos y no tiene otra que sacar al castor. Gibson le da la emoción que el guión no tiene por sí mismo. Porque el tono de melodrama que la película adquiere acaba perdiéndose en un horrible, sensiblero y cómodo final. Y tampoco aprovecha Foster ni el guionista la parte en la que quiere hacer una sátira, con el personaje pasándose por televisiones para contar su historia. La película parece querer ser valiente cuando deciden enfrentar a Mel Gibson ante el propio castor. En ese momento en que Mel se corta la mano y se libera de su influencia la película adquiere una crudeza que acaba sucumbiendo al sentimentalismo más barato. Es una pena que no tenga más momentos de esta índole o que el final no sea más cínico.
El castor es una película que aún así se ve fácil. Es entretenidilla pero olvídable. Gibson juega en ella muy bien con la voz. El resto de actores secundarios no es que estén mal, es que poseen personajes vacíos y faltos de interés. Desde los hijos, pasando por el insustancial personaje de la misma Jodie Foster hasta llegar a una Jennifer Lawrence muy perdida pero que deslumbra por su belleza. Guión y dirección previsibles, muy blandas y sin fuerza. Las anteriores películas de Jodie Foster no es que fueran gran cosa, pero en determinados momentos poseían intensidad, más que la que tiene El castor. El pequeño Tate, que tampoco es que me apasione, era un melodrama mejor dirigido. Y A casa por vacaciones, la que más me gusta, era una comedia con dosis de drama, que resultaba divertida y estaba bien interpretada. El castor quizá sea su peor película. Y no es horrible pero es una película en la que no ha tenido el valor de dejarse llevar por la locura de su personaje principal. Algo que sí ha hecho Mel Gibson, para mí sobrevalorado director pero infravalorado actor, evitando así que toda la gente que le tiene ganas pudieran hundirle.
viernes, 26 de agosto de 2011
Bridesmaids (La boda de mi mejor amiga) - Spoilers
La última película de la factoría Apatow dirigida por Paul Feig, experto en televisión y uno de los responsables de la soberbia Freaks and Geeks, le da la oportunidad a Kristen Wiig de lucirse tanto como guionista como actriz. Hasta el momento solo podía dar rienda suelta a su talento en Saturday Night Live mientras que en las películas siempre la hemos visto en roles secundarios. Pero ya en Paul tuvo más minutos para aprovecharlos al lado de la pareja británica y del extraterrestre, y se convertía con una facilidad pasmosa en lo más divertido de la película con su tuerta católica, y ahora en Bridesmaids hace una película que gira alrededor suya. Y es una película muy divertida que cuenta con acierto la historia de una chica, que se convierte en la dama de honor de su mejor amiga, junto a otras chicas, pero cuya vida va de mal en peor y parece que el agujero en el que se está metiendo nunca tiene fondo cayendo cada vez más bajo. Mientras tiene a un hombre que la trata como a un objeto (Jon Hamm) y una pija con la que rivaliza por su amiga (Rose Byrne), ella intenta conservar sin ningún tipo de éxito la poca dignidad que le queda tras ver como su negocio se hundió, los tipos con los que comparte piso la ningunean y cotillean entre sus cosas (actores de la serie Little Britain) o tiene que conseguir un trabajo que odia enchufada por su madre.
Se ha dicho que Bridesmaids es la versión femenina de las películas de la factoría Apatow. Lo cierto es que tras verla me sigue pareciendo una película más de esta compañía solo que cambiando los roles. En este caso son ellas las que tienen el peso de la película y es un hombre el que hace el típico papel de florero (Chris O'Dowd, protagonista de The IT Crowd, serie cuyas dos primeras temporadas eran magníficas pero la tercera algo prescindible). Se le puede achacar algunas cosillas como su duración, aunque en ningún momento se me ha hecho pesada puesto que Kristen Wiig sabe convertir cualquier gag, por muy flojo que este sea, en algo gracioso, o que no se saque más provecho de algunos personajes como esas dos damas de honor que tienen su rollo lésbico en el avión. Pero a su favor tiene personajes muy atractivos. La pelea de gatas entre Wiig y Byrne está muy bien, aprovechando cualquier cosa para darse un golpe bajo bajo una sonrisa falsa y demostrando en la escena de los micrófonos su talento, porque ambas mantienen el pulso sin hacerse pesadas por lo alargado de la escena. La cuñada de la novia tiene sus escenas, creía que podría ser una personaje demasiado cargante, pero Paul Feig sabe administrar bien sus apariciones, y esa cuesta abajo en la que entra Wiig también está muy bien llevada. A mitad parece que la previsibilidad empieza a apoderarse de la trama, y aunque así sea, esto no importa demasiado puesto y la película no termina por resentirse. Pero te regala la escena del avión que se destaca entre todas las demás aunque tenga otras también muy buenas.
Las agradecidas apariciones del personaje de Jon Hamm, en plan salido total, en tres escenas muy divertidas que comparte con Kristen Wiig poniéndose a su altura terminan por redondear la película. Quizá la amiga interpretada por Maya Rudolph sea un personaje cargante y den ganas de estrangularla, pero por suerte siempre está a la sombra de la protagonista aunque una de las bases de la película sea la amistad entre ellas. Kristen Wiig es una de las mejores actrices que he visto humillarse en pantalla. Algo así como lo hace Ricky Gervais en The office o en la genial Extras pero sin llegar a los límites de la estupidez de este y siempre intentando ofrecer una salida al personaje, de intentar que sea capaz de ponerse en pie. Y Bridesmaids acaba convirtiéndose en una de las comedias más interesantes de la actualidad y en una de las más interesantes dentro de la compañía Apatow aunque herede de ésta tanto sus cosas buenas como sus defectos. Y no dejarse llevar demasiado por como se ha vendido la película. No es la típica comedia romántica de Julia Roberts pese al título que le han encasquetado en español para hacerla más reconocible e intentar captar a cierto público al cine ofreciéndoles algo que la película no es. Es una comedia para todo el mundo con la que se disfruta durante dos horas.
sábado, 20 de agosto de 2011
Super 8 (spoilers)
Se ha hablado mucho de esta película especialmente de la unión entre J.J. Abrams como director y Steven Spielberg como productor, que si la película es un homenaje del primero al cine del segundo y que si cuenta con numerosos guiños en el guión a películas de los años 80. Y todo eso es cierto. No sé hasta que punto ha metido mano Spielberg o si ha permanecido en un segundo plano pero con Super 8, Abrams se confirma como un director a tener en cuenta más allá de la televisión tras debutar con la entretenida Mision Imposible III y continuar con la última versión de Star Trek. Siempre me ha gustado el cine que saca mi vena más nostálgica, la que me devuelve al cine de los 80, que quizá no fue una gran década pero sí que nos dejó algunas películas muy entretenidas y a las que muchos les tenemos cariño por haber crecido con ellas. Por eso, anteriormente a Super 8, también disfruté con otra película que consiguió lo mismo que fue Miedos 3D dirigida por el gran Joe Dante, un director que hizo varias películas apasionantes en los 80 y también alguna recomendable posteriormente, aunque la propuesta era diferente a la película de J.J. Abrams.
Hay varias cosas que destacar en Super 8 y es que la película está dirigida con muchísimo gusto por Abrams. En primer lugar cabe destacar la ambientación que se sitúa, como no, entre finales de los años 70 o principios de los años 80 en un pequeño pueblecito en el que va a suceder un suceso extraño. Esas calles, esas casas, ese ambiente que posee está muy conseguido. También es muy destacable el dibujo de los personajes de los chiquillos, muy superiores al de los poco interesantes personajes adultos, y por suerte son los protagonistas. En ese chaval que acaba de perder a su madre, ese chico gordo que dirige la película, el chico aficionado a los petardos, el otro chico que es el protagonista de la película y la chica por la que suspiran los dos primeros hay algo especial. Están creíbles juntos y forman una pandilla entrañable haciendo recordarnos la infancia. Además está muy bien llevado el acercamiento entre el protagonista y la chica. Mientras tanto, Abrams lleva con pulso y sin precipitarse la trama de ciencia-ficción con el monstruo y todo el asunto con los militares. Quizá la película entra en terrenos más obvios y sensibleros como puede ser la relación entre padres e hijos (del protagonista con su padre y de la chica con el suyo) pero dentro de lo que cabe, Abrams lo maneja con habilidad.
Sí hay dos cosas que me han gustado algo menos. En primer lugar es la parte final, que sin ser mala, si la considero inferior al resto por precipitada, en ese momento en que los chicos vuelven al pueblo a rescatar a la chica. La escena en el camión de los militares está bien hecha pero todo acaba finalizando en un desenlace menor con el extraterrestre volviendo a su hogar como si de E.T. se tratará (aunque al contrario que este, él vuelve después de cargarse a unos cuantos humanos). Aunque el detalle del chico finalmente soltando el colgante de su madre está muy bien. Pero se nota que Spielberg maneja mejor estos temas que Abrams. Lo otro que me resulta muy cargante es la música de Michael Giacchino, compositor al que cada vez voy cogiendo más manía pese a que con Pixar ha colaborado cumpliendo muy bien en otras ocasiones. Aquí Giacchino, más que acompañar, muchas veces quiere hacerse notar demasiado resultando inadecuada su música la gran mayoría de veces. Una lástima. Pero son dos defectos que no empañan el resultado de una película muy disfrutable. Todos los actores están bien destacando entre todos ese prodigio de naturalidad que es Elle Fanning. También es recomendable quedarse a los créditos finales y ver esa película que ruedan los chicos. Es bastante divertida.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Imparable
Después de ver Imparable en DVD, lamento no haberla visto en el cine. Y es que Imparable es una película de lo más recomendable. Y me sorprende porque no es que sea yo el mayor fan del hermanísimo, el muchas veces demasiado acelerado Tony Scott, director de la película. En su carrera, él ha realizado algunas película que resultan entretenidas como es el caso de Revenge, El último boy-scout, Amor a quemarropa, Marea Roja o Enemigo público pero en los últimos tiempos suele dirigir videoclips con movimientos de cámara mareantes que, como espectador, terminan por agotarme y desesperarme. Especialmente en su trilogía donde el director ha potenciado todo esto hasta el extremo. El fuego de la venganza es un ejemplo de ello aunque, probablemente, sea Domino la película donde predomina todo su estilo hasta límites insoportables. Es por eso, que aunque tengan algunos tics, se agradece que haya frenado su estilo en sus dos últimas películas, que haya tirado por una dirección más convencional en Asalto al tren Pelham 1, 2, 3 e Imparable. La primera es un entretenimiento justito, la película no es ni mucho menos mala, aunque creo que, salvo un par de escenas bastante conseguidas gracias a un entregado Travolta, estaba dirigida con cierta desgana y es algo que no noto en Imparable.
En cuanto Tony Scott te sumerge en la trama, ves que predomina, ante todo, la sencillez. Y se le agradece. Y Scott teje una película como algunas apreciables que se hicieron hace unas décadas como El tren del infierno, entretenida película con Jon Voight y Eric Roberts y que contaba con una historia de Akira Kurosawa. No voy a negar que pueda tener sus momentos videocliperos, pero Scott opta por una dirección más convencional y por potenciar sobre todo la tensión que va implícita por todo lo que la película nos está contando. El espectador hay momentos en los que puede llegar a sentir la velocidad del tren. También se apoya en la relación entre los dos trabajadores, uno veterano y otro novato (Denzel Washington y Chris Pine), que se acaban de conocer. Entre ellos hay enfrentamientos que acaba derivando finalmente en cierta complicidad cuando tienen que enfrentarse juntos al peligroso tren que anda suelto. Quizá algún gestito habitual en las interpretaciones de Denzel Washington resultan molestos pero se le perdona. La película tiene escenas espectaculares como la de Chris Pine entre los dos trenes, una secuencia que pese a que tendrá bastantes efectos, no esconde cierta artesanía que le hace ganar en todos los sentidos. Visualmente está muy bien y no palidece ante otras películas que abusan de efectos. Imparable los tiene pero los administra perfectamente.
También trata bien la trama entre los operadores que están fuera de peligro pero tienen que parar el tren como es el personaje de Rosario Dawson. Y Tony Scott maneja la tensión con ese personaje enfrentándola con sus jefazos por la forma en que se puede parar el tren, el lugar, las sustancias que transporta, etc. Sea como sea, lo que vi esperando un ligero entretenimiento se acabó convirtiendo en una sorpresa y en lo mejor que he visto de Tony Scott junto a la película que hizo con Kevin Costner y El ansia. Y siendo un director que tantas veces me ha divivido puedo decir que con ella supera todo lo que ha dirigido en los últimos años y también todo lo que ha hecho su hermano en los últimos 20 años -Ridley Scott, al que seguramente le debe doler mucho que le mencionen cada dos por tres que está de capa caída y que ya ha pasado mucho tiempo desde Los duelistas, Alien y Blade Runner pero se lo tiene merecido-. Y sí, tampoco sirve para que deje de tenerle algo de manía a Denzel Washington como actor, de hecho algún gesto suyo me resulta de lo más molesto de Imparable aunque él cumple a la perfección, pero al menos tengo con ella una sensación parecida a la que tuve con la también estimable Plan oculto de Spike Lee. Y Chris Pine podría ser un actor competente dentro del género. Tiene presencia y en Imparable lo demuestra pero tiene pinta que su carrera va a derivar en proyectos de una calidad muy dudosa.
sábado, 13 de agosto de 2011
El origen del planeta de los simios (Spoilers)
Resulta sorprendente como se ha hecho un hueco esta precuela de El planeta de los simios. En todo momento catalogada como película innecesaria, con la competencia directa de la película del Capitán América ha sido capaz de superar todos los obstáculos hasta el punto de superar a su competidora tanto a nivel de crítica como de espectadores y de olvidar que estamos ante una nueva versión de un clásico de la ciencia ficción. Desde la sobredimensionada pero interesante película de Charlton Heston, pasando por la multitud de secuelas hasta llegar al denostado remake que realizó Tim Burton en la década pasada, la saga ha ido en una constante cuesta abajo, que no hacen más que recordar lo que hizo buena a la primera película y que no han sido capaces de igualar desde entonces. Esta precuela a mí tampoco me ha entusiasmado pero reconozco que está dirigida con cierto pulso por Rupert Wyatt. Pero cada vez las productoras apuestan más por los reinicios de las sagas contando todo desde su comienzo y realizándolos sin sentido del humor, con bastante seriedad y potenciando el componente más oscuro y más realista, intentando dejar de lado lo inverosímil de las propuestas, a la trama.
La película nos introduce en la trama de un científico que investiga con simios para encontrar una cura del Alzheimer. Pero en esa investigación hay mucho de personal puesto que su padre sufre la enfermedad. Tras un grave incidente con una simia, que todos creen que es por la sustancia que están utilizando pero es porque estaba intentando proteger a su simio recién nacido sin que nadie se hubiera dado cuenta que estaba preñada, el personaje de James Franco se lleva al simio, Caesar, a su casa y allí lo cuida como a un hijo. Bajo esta premisa, se desarrolla El origen del planeta de los simios y además de como los simios llegan a tener inteligencia, en la película también cobra bastante importancia el maltrato a los animales, en esa institución que dirige el personaje de Brian Cox con el maldito Draco Mallfoy pegando a los monos, o la experimentación con los animales. Es una película que se sustenta en tres relaciones: la de Will con su padre y como pasa el primero de experimentar con animales a hacerlo con él intentando conseguir una sustancia más agresiva que acabe definitivamente con su Alzheimer; la de Will con Caesar y como el segundo encuentra un hogar y una familia y los defiende, como el incidente con el vecino por la enfermedad del padre, hasta que llega a ser recluido y ve como le dan de cara; y, por último, la que se da en el centro entre los simios. En un principio, Caesar entra como el simio distinto, el inteligente que incluso va vestido pero poco a poco se va convirtiendo en el líder y como tiene inteligencia, es capaz de burlar toda la seguridad. La que más me interesa es esta última, que cobra muchísima importancia en la última parte de la película, viendo las dos anteriores relaciones más prescindibles aunque la película muchas veces se sustente en algunas de esas dos.
También entre medias está lo del contagio de uno de los empleados de la empresa y como éste se lo termina pasando al vecino y piloto que acabará derivando en un contagio global por todo el mundo y en la extinción de los humanos. Pero esto último solo se llega a intuir, pero si se realiza una secuela no me extrañaría que esto fuera parte de la trama. Respecto a la película, es entretenida y está bien hecha pero nada más. Casi todos los personajes humanos son tópicos y algunos tienen más minutos de los que deberían. James Franco cumple, Freida Pinto tiene un personaje insustancial y solo hace de florero, John Lithgow y Brian Cox están desaprovechados y otros como Tom Felton o David Oyelowo (el jefe de James Franco) tampoco tienen mucho que aportar Los simios están mucho mejor, aunque quizá se está exagerando demasiado con el Caesar de Andy Serkis. Sí que es cierto que dejé de lado los prejuicios que tenía en un principio respecto a que fuera una película innecesaria. Pero también me hubiera gustado que se hubiera dejado un poco atrás el componente más realista y le dieran más cabida al componente fantástico (al fin y al cabo es una historia de unos monos que terminan hablando y gobernando el planeta). Pero está lejos del despropósito que en un principio parecía que iba a ser.
domingo, 7 de agosto de 2011
Capitán América: El primer vengador (spoilers)
Película que mucha gente llevaba esperando durante mucho tiempo y que en un principio creí que solo querían dirigirla como presentación del personaje para después realizar The Avengers con todos unidos sin preocuparse mucho del resultado final. Y es evidente que algo de lo dicho hay pero también que visto el resultado final, es bastante mejor que lo que muchos esperábamos. No es una gran película, pero sí es una película entretenida y hecha con cierto gusto. Y no las tenía todas conmigo puesto que el proyecto se lo entregaron a Joe Johnston, director que se mueve bien dentro de un cine más familiar, más infantil (Jumanji, Cariño, he encogido a los niños) y que cuando le han dado proyectos más comerciales y/o adultos ha fallado estrepitosamente (Jurassic Park III, Océanos de fuego, El hombre lobo). Por suerte, ha encontrado el equilibro perfecto con la adaptación del Capitán América. Y siendo un superhéroe con el que muchos hemos crecido y al que hemos visto en multitud de cómics, es un alivio. Porque Joe Johnston encuentra el equilibrio perfecto aunque la película esté repleta de escenas ya vistas en anteriores adaptaciones de superhéroes.
Lo primero que cabe destacar de la película es su ambientación durante la Segunda Guerra Mundial. En el vestuario, en el diseño de producción que se nota en el diseño de los vehículos, de las calles que vemos, Johnston consigue una muy interesante recreación de los años 40. También ayuda ese toque de thriller de espías que adquiere la película durante buena parte. La película contiene buenos minutos cuando el superhéroe empieza a venderse como el símbolo estadounidense de la guerra para cazar adeptos a ésta. Quizá Capitán América no sea perfecta, y tiene algunos tramos más irregulares. Pero aún así, por sus personajes (buenas aportaciones de secundarios), por un par de escenas muy intensas y bien realizadas como la del asalto al tren o el rescate de los soldados, consiguen que te quedes antes con lo que tiene de bueno que con sus defectos. Que se le podría achacar algunas cosas como que existiera más química entre la pareja principal, que tuviera un final menos precipitado y más satisfactorio pues toda la parte desarrollada en la nave y el fin del villano acaba resultando algo decepcionante. Pero la historia es sencilla y eficaz, los tópicos del cine bélico también están bien llevados por parte de Johnston y el director no abusa de los efectos especiales ni los convierte en los auténticos protagonistas.
Quizá también hubiera ayudado que Chris Evans, que se esfuerza bastante por sacar su personaje adelante, fuera mejor actor. No es que lo haga mal, cumple con su papel, pero se nota que es bastante limitado. Y que hubiera congeniado mucho mejor con Hayley Atwell, que está muy guapa cuando se pone de mal humor, pero a la que también se le notan sus limitaciones. Mucho mejor, sobre todo, un breve pero carismático Stanley Tucci como el doctor alemán que convierte al chico endeble en el superhéroe con el experimento y Toby Jones, acompañante de lujo del villano, en sus respectivos papeles. El villano de turno, Cráneo Rojo que está interpretado por Hugo Weaving, acertado. Así como la aportación de Tommy Lee Jones, de Dominic Cooper como Howard Stark (padre de Tony Stark, más conocido como IronMan) y del grupo que forma el Capitán América para que les acompañen en sus aventuras. Viendo como ha salido últimamente una adaptación muy esperada de un superhéroe fascinante y casi siempre infravalorado como Green lantern o lo que acabo perpetrando Kenneth Branagh en Thor, Capitán América cumple con nota. Y por el final tenemos la obligada escena del superhéroe con Nick Fury y tras los créditos un pequeño avance de Los Vengadores. Ya veremos que tal sale.
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