Brave ya está siendo
considerada como una de las películas menores de Pixar. Dejando de lado la saga
Cars, normalmente son Bichos y Toy Story 2 las películas
consideradas menores de la compañía. Es decir, dos películas muy disfrutables.
Por lo que se relajen y realicen una película con un calado emocional menor,
potenciando el número de gags y demás cosas no termina por molestarme. Tampoco
el hecho que la compañía se acerque con esta película a los clásicos de Disney
porque mientras se acercan a ellos también se están acercando a ese clásico
moderno llamado Hayao Miyazaki -director muy valorado que debería serlo aún
más-. Bebe de ambos y Brave se enriquece.
Brave nos cuenta la
historia de la princesa Mérida y de cómo quiere ser libre y hacer lo que ella
quiera. El problema es que al ser princesa debe cumplir ciertos requisitos y su
madre se los quiere imponer a la fuerza aunque su hija no quiera. Sobre todo un
matrimonio de conveniencia. Y la relación madre-hija termina por ser el eje
sobre el que gira toda la película, la que lo termina dinamitando todo. Y es
que los personajes masculinos están más para aligerar la trama y hacerla más
llevadera pero son ellas las que llevan el peso total del argumento.
En ese sentido, como ya he
mencionado nos encontramos con varios ecos del cine de Miyazaki, que es uno de
los directores que más, durante toda su filmografía, ha reivindicado el papel
de las mujeres en sus películas. Incluso en películas que no estaban
protagonizadas por ellas, como es el caso de Porco Rosso con esas
ancianas y esa niña que ayudan a Porco con su avioneta. Pero no son los únicos
ecos a Miyazaki. Algo de la fantasía habitual del director como esos fuegos que
se deben seguir, una hija que tiene que volver a convertir a su madre, después
de convertirla en oso, en la que era -El viaje de Chihiro, donde los
padres eran convertidos en cerdos- y la naturaleza, esos bosques que cobran
gran importancia. Por supuesto también los hay a Disney, ya sea en forma de
algunas canciones o en algunos personajes secundarios.
Brenda Chapman, que fue despedida
a mitad de rodaje, es el auténtica alma de la película. Se siente que en la
película hay mucho de personal, de las propias experiencias de la guionista con
su hija. O al menos eso es lo que ella menciona. Y quizá no tenga el calado
emocional de las anteriores películas de la compañía pero creo que en esa
relación madre-hija algunos podrán emocionarse o sentirse identificados. No con
tanta fuerza como el famoso discurso final de Ratatouille o esos
juguetes abandonados que desean volver a casa en Toy Story 3, pero sí el
calado de unos lazos familiares que de alguna manera han sido rotos y que entre
las dos mujeres deben volver a coser.
A nivel técnico nos volvemos a
encontrar con el excelente trabajo de los animadores de Pixar. Todo está a un
nivel tan alto que es una gozada ver a cada personaje moverse, cada gesto, cada
pequeño detalle. Todo resulta fluido y Pixar se deleita con algunas secuencias
e imágenes, sobre todo en esos bosques por los que Mérida pasea. Y también saca
provecho de esa peculiar casa de la bruja y sus hechizos. Gracias a dios, para
Pixar lo visual no es lo más importante pero nunca han descuidado este aspecto
en sus películas y no hay más que ver sus películas para comprobarlo. Desde la
primera hasta la última.
El resultado final es que Brave
me ha gustado bastante. Y que más que una película menor, la veo como una obra
que aunque no esté a la altura de sus grandes películas, es una gozada.
Respecto a su supuesto feminismo, la cosa no va a más que algún pequeño detalle
y puede disfrutarse por todos los espectadores. También creo que aunque tengan
gags quizá más infantiles también hay ciertos detalles que consiguen que sea
una película disfrutable para el público de cualquier edad.
Junto a la película nos pusieron
dos cortos. Uno de Tadeo Jones sobre una mano del que no voy a hablar
mientras que el otro es La luna, para muchos una nueva joya de unos
pocos minutos de la compañía. Yo debo reconocer que aunque me parezca digno y
bueno, no llegó a entusiasmarme. Tiene las características de la compañía, una
animación a un nivel sobresaliente y la fuerza de la nostalgia para intentar
lograr un corto hermoso. Pero no terminó de llegarme del todo. Aunque me
entretuvo.
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