Hay poco que decir sobre la Blancanieves
y la leyenda del cazador. En comparación con la otra adaptación del cuento
de los hermanos Grimm realizada también este año, ésta es mucho más oscura, adulta y
seria -eso no significa que sea mejor- ya que Mirror, Mirror daba más
rienda suelta al humor, regalando momentos tanto simpáticos como otros que daban
algo de vergüenza ajena. Creo que lo que más se ajusta a Blancanieves y la
leyenda del cazador es que es una película regular, no tiene nada bueno ni que la haga especial
pero tampoco nada que sea excesivamente malo. Pero eso es un problema pues vi
la película con cierta indiferencia y no logré emocionarme ni siquiera
entretenerme con lo que veía.
La película supone el debut como
director de largometrajes de Rupert Sanders, que ha contado con un presupuesto
cómodo y con algunas de las actrices más conocidas en la actualidad, lo que
siempre supone algo positivo de cara a la taquilla. Más bien su trabajo parece
un refrito de muchas cosas con las que ya ha sido comparada su película. A mí
más bien me parece que lleva al mundo del cuento ese estilo que ha ido
cultivando Ridley Scott en sus películas épicas -Gladiator, El reino de los
cielos, Robin Hood-. Y si las películas de Scott no me hacen especial
gracia, la de este director debutante menos aún.
Después del prólogo para
contarnos de manera breve la infancia de Blancanieves y como su malvada madrastra
logra apoderarse del reino, pronto nos sumergen en la historia de la primera
siendo presa en la torre y la segunda intentando mantenerse joven para siempre.
Pero, claro, la primera logra escaparse y la segunda deberá encontrarla para
conservar su poder y que Blancanieves no acabe con su maligno reino. Y ahí tendremos al cazador por medio, primero intentando
apresar a la princesa pero más tarde ayudándola.
Un par de paisajes aprovechados,
muchos personajes de los que no se saca demasiado provecho -entre ellos los
7 enanitos, en esta cinta 8 en concreto-, una épica de baratillo y no demasiado emocionante terminan por casi
rematar a una película. Lo que realmente la termina de rematar es que en una película
titulada Blancanieves y la leyenda del cazador, lo menos interesante sean
justamente los personajes de Blancanieves y el cazador. Y siendo los
protagonistas de la película, esta se resiente por esto. Ni los personajes son
aprovechables y ni mucho menos los actores, una apagada Kristen Stewart, muy lejos
de sus interesantes inicios, y un Chris Hemsworth poco acertado.
Quizá los personajes malvados
sean lo más interesante de la película. Y son los actores como Charlize Theron
los que más pueden lucirse al tener las escenas más interesantes. Pero más allá
de eso, tampoco es que la actriz haga nada demasiado especial. Igual que los
otros. Entre los actores, quizá lo más curioso sea el ver a actores conocidos
interpretando a los enanitos -Ian McShane, Toby Jones, Ray Winstone o Bob Hoskins entre otros-. Y es una pena porque casi todos están
desaprovechados. Como la película en general, que podría haber sido un producto
muy entretenido y bien hecho. Aquí solo queda un par de apartados técnicos bien
cuidados, un par de paisajes destacables y poco más. Pero Rupert Sanders y su
guionista nunca son capaces de aprovechar la historia que todos conocemos ya
demasiado bien para darle la vuelta o para aprovechar su componente fantástico.