The dark knight es una película de la que se habló ampliamente en su momento, que fue todo un hype en el que se juntó todo. En primer lugar, una enorme promoción que ilusionó a la gente que esperaba la película; en segundo lugar, nos encontramos de la noche a la mañana con el fallecimiento de Heath Ledger y todo lo que su muerte se generó, su interpretación póstuma -aunque después hizo, sin que el actor llegara a terminarla, aquella película con Gilliam- se elevó al Olimpo, hoy en día visto como uno de los mejores villanos de la historia. La película tampoco fue un estreno mundial, sino que antes de llegar a España se estrenó en Estados Unidos y tuvimos que esperar unas semanas para poder verla mientras que el público americano la ponía como una de las mejores películas de los últimos tiempos, estando en multitud de tops.
Habiendo pasado ya 4 años de su estreno y encontrándonos ahora ante el estreno de The dark knight Rises, la película que completará la trilogía, se debería hablar de The dark knight como una gran película, lo mejor que ha dirigido Nolan en su carrera -aunque Insomnia es una película que me gusta mucho, y hay días que incluso la prefiero, una película con una gran atmósfera-, que no es una obra maestra pero que sí es una película muy disfrutable. Pero con varios fallos importantes que imposibilitan que sea esa película tan grande que nunca fue y nunca será. Por suerte, a diferencia de otras películas del director, aquí las virtudes son tan poderosas que se acaban adueñando de la película y que haces que olvides sus deslices y el ego del director por hacer algo tan intenso y dramático, donde intenta abarcar demasiado, termine por fastidiarte la película.
Desde la primera escena, Nolan quiere dejarte claro quién es el auténtico protagonista de la película y quien va a ser quien mueva todos los hilos de la trama. En una escena de un atraco a un banco -cuya resolución puede estar algo cogida con pinzas- donde la planificación del director funciona en todo momento, desde el comienzo de la escena hasta el momento de la presentación en pantalla del Joker. Tras esa escena, una cosa va a quedar clara: que, salvo un par de escenas, cuando el Joker no aparece en pantalla la película baja el listón y el nivel de intensidad, por mucho que quiera imprimirle Nolan, es inferior. Ledger es en esta película un ciclón, una fuerza de la naturaleza apoyado porque deciden mostrar al Joker más sanguinario, no al simple bufón. A mí, que no me gusta la interpretación que hizo Jack Nicholson del personaje, encontrarme con este personaje en una película como ésta es una bendición.
Sin embargo sí que creo que el director inglés intenta abarcar demasiado metiendo a Harvey Dent también, más conocido como Dos Caras. En un principio le funciona la cosa, incluso su transformación, pasando a la oscuridad tras ser apodado El caballero blanco de Gotham, motivada sobre todo por el Joker es coherente. Pero cuando Ledger desaparece de la pantalla y tenemos que ver el lado oscuro del personaje interpretado por Aaron Eckhart todo se precipita, es como si Nolan quisiera hacer una nueva película con Dent de villano justiciero pero tan solo de media hora. Y Nolan va a toda hostia a la hora de tratar la venganza del antiguo fiscal del distrito contra todos los que le han hecho que haya acabado así y que haya perdido a la mujer que ama. Una venganza, sobre todo, contra Gordon y su familia.
Es una película trágica -al fin y al cabo, Bruce Wayne pierde a la mujer que ama- pero también plantea un par de dilemas morales que el director parece no querer llevar a su final quizá por la condición de blockbuster de la película. Muere muchísima gente en la película -escalofriantes los momentos con el Joker grabándose delante de su víctima- pero llega un punto de la película en que Nolan parece no querer matar a más gente inocente, que estos tienen que salvarse sea como sea. Estoy hablando del hecho que el Joker detone, previo aviso, eso sí, un hospital vacío, o la situación de los dos barcos. A mí me parece bien que el preso tire el mecanismo para activar el otro barco como que el ciudadano inocente finalmente no tenga agallas de matar a los del barco contrario pero creo que la conclusión fundamental era que después de eso, el Joker explotara los dos barcos. No sé como se habría resuelto todo después de eso, quizá es problema de plantear esa situación para que luego Batman nos meta el discurso de la bondad de la gente. Gente que no dudará en echársele encima cuando las cosas no vayan tan bien o cuando no lo necesiten, como bien le recuerda el Joker.
Sea como sea, una gran adaptación con Nolan cogiendo el cómic -sobre todo los que hicieron los artistas más reconocidos: los de Frank Miller y el de Alan Moore- y ofreciendo un blockbuster adulto, oscuro y entretenido. Se le perdonan todos los excesos y la grandilocuencia a Nolan o que el Bruce Wayne de Christian Bale sea de lo que menos me interese de la película -después que Batman Begins se centrara exclusivamente en él, en su trauma por la muerte de sus padres hasta llegar a convertirse en lo que es-, incluso que desperdicie de semejante manera a una actriz que me gusta como Maggie Gyllenhaal, que aquí está desastrosa. Pero me quedo con su villano, con un par de mafiosos -Eric Roberts está bastante bien- y con un par de escenas tan bien filmadas como resueltas. Batman Begins fue un juego de niños, pese a su primera hora de película, comparada con The dark knight. Ya veremos como le va a Nolan con la tercera metiendo a dos personajes tan representativos como Bane y, sobre todo, Selina -Catwoman-. Espero que trabaje este personaje bien y más sabiendo que los personajes femeninos se le atragantan al director -al menos desde que dirigió Batman Begins, en sus primeras películas no tanto pues pienso que tenemos a la mejor Swank en Insomnia mientras que Carrie Anne Moss tenía su punto en Memento-.
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