martes, 31 de enero de 2012

J. Edgar (spoilers)

Me ha gustado la última película de Clint Eastwood. Incluso diría que J. Edgar es su mejor película en varios años. Y es una película con sus defectos, muy imperfecta. Pero Clint Eastwood ha cogido esta historia real y ha hecho una película muy disfrutable. Después de las decepcionantes Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima, de las disfrutables pero menores Gran Torino y El intercambio, de esa película tan floja que es Invictus y de la a ratos brillante, a ratos algo estúpida Más allá de la vida, J. Edgar supone un aire fresco para el director. Y no está haciendo nada nuevo con ella, pero el tono que elige Clint Eastwood para realizar la película es el adecuado.

J. Edgar es una película sobre J. Edgar Hoover, no sobre el FBI, ni las investigaciones que tenían. Por supuesto que algo de eso hay y se centran principalmente en un caso -el secuestro de un niño- que no tiene porque ser necesariamente el más importante en la carrera del personaje. Y Clint Eastwood en ningún momento está juzgando al personaje principal. Simplemente lo presenta con sus luces y sus sombras. Y su principal sombra, por encima de una madre que marca su sexualidad y su comportamiento, es él mismo. Porque hablamos de un tipo con mucho ego, incapaz de admitir que alguien le deje en la sombra -el caso de Purvis con lo de Dillinger como gran ejemplo de todo-. Pero también tenemos a un tipo que quiso revolucionar y modernizar la agencia, ya fuera para bien o para mal, y que luchó por eso.

Y Clint Eastwood divide esta gran historia en tres relaciones determinantes para el protagonista. Con su secretaria, con la que intenta ligar en un principio, que se acaba convirtiendo en una de las pocas personas en las que confía, una persona que permanece a su lado el resto de su vida y que hará lo que sea necesario para que lo que Edgar ha hecho perdure y no se pierda cuando él no esté. Más determinantes son las otras dos relaciones. Quizá su madre no aparezca en muchas escenas pero resulta clave. En primer lugar, porque descubrimos que el personaje habla así de rápido porque su madre se lo exige. Y si Edgar no tiene ninguna relación es porque ella lo cohíbe hasta el punto de hacerle ver que está mal que mantenga una relación con otro hombre cuando comienza a ver ciertos indicios entre él y su amigo.

En último lugar, la más importante es la relación entre Edgar y Thompson. Como pueden vivir su amor casi sin tocarse. Con un Edgar reprimiéndose todo lo que puede por miedo. Y con un amor que nunca se consumirá a pesar que permanezcan unidos toda su vida y sabiendo lo que sienten uno por el otro. Es clave aquí que Leonardo DiCaprio y Armie Hammer tengan buena química para poder hacer esta relación aún más creíble. Se les puede achacar el dichoso maquillaje, tan exagerado -sobre todo en Armie Hammer- que no se puede evitar pensar que es un tanto risible. Si se logra superar esto, es un punto a favor para poder disfrutar de la película en la parte en que muestran a ambos personajes ya ancianos.

Por lo demás, nos encontramos con ese tono melancólico habitual de Clint Eastwood. La lejanía para retratar al personaje le viene bien para que sea el espectador el que decida si ponerse de lado de Edgar o en su contra pero nunca porque la película te lo marque. La ambientación es excelente en todos los aspectos, desde vestuario, fotografía y demás para darnos un buen retrato de los años 30 -y también de décadas posteriores-. Las interpretaciones son buenas y tan solo esa música habitual que acompaña a las películas de Eastwood puede acabar chirriando un poco.

Y al final no sabes si sentir lástima por el personaje o no sentirla. Porque, al fin y al cabo, toda esa gran historia que ha contado a varios agentes no son más que una sarta de mentiras. Podría sentirla porque esas mentiras quizá son fruto de la edad, de un tipo que está cansado, al que los años le están pasando factura y que, quizá, es un tipo que se ha engañado tanto a sí mismo que se lo ha acabado creyendo pero también podrías no sentirla porque, al fin y al cabo, todo lo que manipula de la historia es para ponerlo a su favor, para mostrar que él hizo grandes hazañas cuando no fue así y que solo estaba ahí para la fotografía de rigor. Sea como sea, la respuesta de Clint Eastwood sería la misma, su decisión es que seas tú quien tome la decisión de si empatizas o no con el personaje, él solo se encarga de mostrarlo sin posicionarte. Sin medias tintas ni manipulación. Y tampoco sin importarle demasiado si la historia está basada en hechos reales o no o si obvia detalles importantes del personaje. Él se limita a contar su historia.

sábado, 28 de enero de 2012

The Artist (spoilers)

He intentado dejar de lado todo lo que ha generado The Artist. Es decir, todo lo referente a premios y elogios que se está llevando para intentar verla con perspectiva, sin dejarme llevar. Creo que, hasta cierto punto, lo he conseguido e intentaré que la crítica vaya por el mismo camino. Dirigida por el francés Michel Hazanavicius, es la primera película suya que he tenido oportunidad de ver y el resultado final ha sido una película correcta, pero nada más. Y es que mientras veo The Artist siempre tengo la sensación de estar encontrándome ante una película entretenida y simpática pero que más allá de eso, tampoco tiene mucho más donde rasgar.

Y todo esto acaba derivando en que mientras estás viendo la película, pasas un buen rato -no voy a decir un gran rato porque estaría mintiendo- pero que tras su visionado, realmente no vea más en ella. De hecho, no he pensado demasiado en ella tras su visionado y sí en otras películas que he estado viendo estos días, la he dejado de lado porque no me ha dejado ese poso a gran cine. Intento ver que hay en The Artist más allá del simple homenaje, del mimetismo de un cine que hoy en día es casi inexistente como es el cine mudo y en blanco y negro y no encuentro mucho más.

Por decirlo de manera más clara, si The Artist comenzara una moda de películas similares -que no creo que ocurra pero todo podría ser-, no la vería como la película más destacable, sino como una más -y bastante superable-, que destacaría más por ser la pionera que por ser la mejor. Ahí es donde está por debajo de otras pioneras como La matanza de Texas, Pulp Fiction o, también, Scream, que son de lo mejorcito de sus respectivos géneros y siendo las consideradas pioneras no fueron superadas después. Claro que con The Artist estoy hablando de conjeturas, porque no ha iniciado nada ni tiene pinta de hacerlo, solo lo ponía como ejemplo.

Creo que los momentos en que la base de la historia -el paso del mudo al sonoro- se manifiesta en un par de escenas -una a mitad de metraje, la otra al final del mismo- son lo mejor de la película y un par de momentos en que la película se siente libre y respira por sí misma antes de volver a ser presa de su propia fórmula. También considero que al estar anclada demasiado en el homenaje, nos encontramos ante una película excesivamente complaciente con el Hollywood dorado, una obra a la que le falta toneladas de ironía y cinismo. Se ha preferido contraponer esa visión ingenua y simpática que tenemos de esos años clásicos ante una visión más cruel pero igualmente divertida. Y eso termina por convertir a The Artist es una película que no mata pero engorda. Porque te ofrece una hora y media de entretenimiento y ya está y películas que también te ofrecen eso ya hay muchas como para que una película como esta no pudiera darte algo más.

Porque material había de sobra y quizá eso es lo que más me molesta. El aspecto técnico luce a la perfección, la banda sonora reutiliza temas pasados de manera correcta -a mí también me chirrió lo de Vértigo, no hasta el punto de Kim Novak de sentirse violada por su utilización pero algo sí- y contamos con dos actores como Jean Dujardin y Bérénice Bejo que están perfectos en su papel. Él tiene ese punto Errol Flynn -aunque sin ese lado canalla del actor clásico- y ella está muy guapa y no se achanta ante el reto. Sin embargo, Uggie hace una interpretación lamentable. No es culpa suya, es que su personaje es un simple pegote. Una auténtica lástima que el pobre perro tenga que lidiar con esto. The Artist me parece una película de usar y tirar. No hay nada malo en eso, hay películas que buscan simplemente eso, pero ésta era una película que tenía ambición por ser algo más que solo eso. Y no lo es.

domingo, 22 de enero de 2012

Los descendientes (spoilers)

Es curioso que con el gran éxito que fue Sideways (Entre copas) en su año, Alexander Payne se haya tirado tanto tiempo sin dirigir un largometraje. Porque desde entonces solo ha hecho un fragmento de Paris, je t’aime y el piloto de la serie Hung -que no he visto-. No hace mucho revisé Election y me gustó bastante. Era una película cínica, que parodiaba bien el mundo político a través de unas simples elecciones para ser presidente del consejo de alumnos en un instituto pero el director sabía extrapolarlo a la perfección al mundo real y a un tipo de elecciones “más importantes”. Es una película que destacaba especialmente en el guión. En el caso de Los descendientes, el guión es importante pero creo que donde esta vez destaca la película de Payne es en la dirección.

En ese inicio en el que Payne nos muestra la escena de la mujer en su lancha -suponemos que momentos antes de tener el accidente- ya nos queda claro el tono que va a tener la película. Y Payne no se separa de él ni tampoco deja, en ningún momento, el accidente de lado. Porque aunque los personajes viajen a otros sitios o el protagonista intente llevar un negocio personal, todo lo que le ha pasado a su mujer finalmente va a servir como desencadenante de todas las historias. Desencadenante para que el protagonista se convierta en padre, que él y su hija mayor se reconcilien, que el negocio finalmente se vaya al traste... De lo que finalmente trata Los descendientes es del perdón. El de un hombre que busca al amante de su mujer no para pegarle ni destrozar su familia sino para que pueda despedirse de su mujer. Para que todas las personas que le importan a su mujer puedan despedirse de ella, por mucho que a él le duela.

Pero por lo que me gusta la película es porque me ha llegado. Porque me creo a ese hombre que lleva una vida gris amasando un dinero que no quiere gastarse y que, de pronto, se encuentra con una mujer a la que van a desconectar del aparato que respira por ella, a unas hijas que no le hacen ni caso y a las que no sabe tratar y a una infidelidad inesperada que iba a derivar en un divorcio que no llegó por el accidente. Tiene que pasar de ser un marido y padre ausente a ser el padre de familia, algo que nunca ha sido y que no sabe hacerlo. También me creo a esa hija ebria que le echa en cara a su madre todo lo que corresponde a la infidelidad, incapaz de perdonarla y, finalmente, siendo el gran apoyo de su padre para que éste no termine por derrumbarse.

Y Payne nos guarda escenas de una belleza tremenda. Se recrea en el escenario, consiguiendo imágenes bellas de Hawai, recreándose en las casas y los paisajes de allí. Y es una película dramática con golpes cómicos que funcionan a la perfección. Esa carrera que Clooney se echa desde su casa hasta la casa de unos amigos es completamente tragicómica, porque va a intentar descubrir quien es el amante de su mujer pero, a su vez, hay algo de graciosa en ella. O esa encrucijada entre él y su hija al amante de su mujer, para que ambos puedan quedarse a solas y charlar. Tiene mucho de drama, de un tipo que casi les está suplicando que no destrocen su familia mientras intenta mantener las apariencias ante su mujer.

Aunque tiene un par de detalles artificiales que terminan porque Los descendientes sea solo una película notable y no una sobresaliente. En primer lugar, me mosquea algo el comportamiento de la hija pequeña en el inicio y sobre todo a la hora de mostrar a una amiga suya a su madre. Por suerte, Payne se olvida de eso y finalmente desarrolla su historia tirando por otro camino. También la visita de la mujer del amante de su mujer me parece una escena algo impostada, está bien que, como ya he dicho, esta sea una película sobre el perdón y ella también tenga que dárselo por el hecho de haberle intentado arrebatarle a su marido. La escena posterior de Clooney despidiéndose de su mujer quizá sea menos conmovedora que el resto pero está bien. Todo lo contrario que la escena en que el padre se despide de su hija, una escena muy desconsoladora con la que me emocioné, con los tres -el protagonista, la hija y el chico- mirando por la puerta alborotados.

Y Los descendientes acaba con el padre y las hijas compartiendo sofá, helados y una manta después de esparcir las cenizas en el mar. Un plano tan necesario como triste y bello, el ver a tres personas que tienen que seguir adelante e intentar disfrutar más de la vida. Las interpretaciones de los actores están muy bien, se ajustan a sus personajes a la perfección. Clooney y Shailene Woodley están estupendos como padre e hija. Me ha gustado mucho esta nueva propuesta del director, esta vez haciendo más hincapié en el drama que en la comedia -que no deja de lado-, pero igual de refrescante que sus anteriores películas.


sábado, 21 de enero de 2012

Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2011) (spoilers)

Poco más de un año después de La red social y todo lo que generó, vuelve David Fincher con otra película. Pero no con cualquiera sino con una nueva adaptación de la primera parte de la trilogía Millennium, que ya fue llevada a la pantalla hace dos años en una producción sueca. De la trilogía sueca tan solo vi la primera parte, que no me gustó casi nada, por lo que las expectativas con la nueva película de Fincher estaban divididas. Quizá lo que esperaba de esta nueva adaptación era un producto más libre, no tan dependiente de la novela y con el sello Fincher. Es muy probable, y muy injusto a la hora de valorar la película, que tenga demasiado en cuenta la versión anterior pero es que el director en ningún momento parece querer evitar esa misma comparación, que uno olvide que no está ante otra adaptación sino ante una nueva película. Y eso, al menos para mí, me ha acabado pasando muchísima factura sobre todo en lo referente a nivel argumental.

Porque a nivel tanto de dirección como técnico no hay ningún problema, de hecho es donde más se puede valorar la película y donde más diferente se siente de la adaptación anterior. Se ha dejado atrás todo el aspecto de telefilm que tenía la adaptación sueca para darle un tono cinematográfica, que es recomendable ver en el cine. Y eso es lo que se establece como la principal diferencia entre ambas adaptaciones y que consigue que esta última sea superior. Fincher, un tipo que siempre cuida los créditos iníciales -algo que a mí me encanta y que hoy en día hay muchísimas películas donde no los realizan, otra cosa que le debemos al bueno de George Lucas…-, le cedió el testigo a un amigo suyo para que le creara unos créditos muy atractivos a nivel visual y que no poca gente ya ha colocado como lo mejor de la película.

En cuanto a Fincher, donde más cómodo se le siente es a la hora de tratar la atmósfera. Quizá en Millennium no llegue al nivel malsano de otras películas suyas, de tensión incluso en momentos aparentemente tranquilos -la charla en aquella cafetería entre Freeman y Paltrow en Se7en, la obsesión de Gyllenhaal estando con su familia en Zodiac, incluso Kristen Stewart sacando de los nervios a todos jugando con su patinete y con el ascensor de la casa en La habitación del pánico-. Aquí esa atmósfera existe, pero quizá Fincher haya momentos en que la relaje para dedicarse, tal como hacía en La red social, a plasmar el guión en la pantalla que ya de por sí cuenta con escenas crudas que le permiten al director plantear esto así. Pero por poner un ejemplo, me parece mucho más interesante todo lo que tiene que ver con la investigación por la desaparición de la sobrina, aunque la considere una trama algo desaprovechada, que la relación entre el tutor depravado y Lisbeth, que por algo de dinero tiene que devolverle el favor.

A nivel técnico Millennium también es muy destacable. La banda sonora, tanto los temas escogidos para acompañar como la música que emplean Trent Reznor y Atticus Ross, es, para mí, lo más destacable de esta nueva adaptación. A ratos es hipnótica y contribuye a aumentar esa atmósfera que posee la película. Y siempre me resultan atractivas estas películas que transcurren en ambientes fríos, al menos el que tiene ese pueblo al que va Mikael para investigar. Es algo más que ayuda a que esa sea la parte que más me gusta de la película. Imagen siempre bastante limpia incluso en escenas que podrían ser justamente lo contrario -la violación y la posterior venganza de Lisbeth pese a estar en una habitación oscura, siempre cortando la escena en el momento justo, o la escena con Skarsgård teniendo a Craig en esa habitación secreta que está bastante iluminada-.

A nivel argumental, como ya he dicho, es donde no termina por convencerme. Porque pese a ser una película de más de 2 horas y media, todo me parece demasiado ligero e, incluso, algo deslavazado o falto de interés, como si a algunas cosas le faltaran desarrollo. Lisbeth y Mikael se juntan casi tras una hora de película. En esa primera hora tenemos a ambos por separado desarrollando sus conflictos -Mikael todo el asunto en juicios que tiene mientras que acepta investigar sobre la desaparición, Lisbeth lo de su tutela-. Buen trabajo de montaje que sabe dividir las dos partes durante ese tramo pero las historias de ambos personajes no terminan por convencerme. Cuando ambos se juntan, mejora. Pero da la sensación que hay precipitación, que la chica consigue en 2 minutos lo que el periodista en todo el tiempo que ha estado con el caso. Y la investigación funciona más por acumulación que por la brillantez de algunos de los personajes, porque sean intuitivos o porque estén obsesionados con el caso. Y teniendo en cuenta que es una investigación donde un tío obsesionado no ha resuelto ni siquiera lo más básico -el personaje de Plummer- resulta algo pobre que todo se vaya dando así. El asunto es que, aún con eso, se le puede perdonar por ser una simple excusa para desarrollar ese tramo y porque mejora en el tratamiento de esta parte, en cuanto Mikael empieza a tratar con la familia intentando sonsacar información. Pero el climax de toda la investigación de la familia sigue siendo decepcionante. Después de eso, tenemos otro tramo más de película en que Lisbeth ayuda a Mikael, que no está mal pero tampoco es especialmente destacable.

A nivel de interpretaciones si que no la veo demasiado superior a la versión sueca. O al menos eso lo creo en uno de los dos personajes principales -Lisbeth-, mientras que en el otro la cosa está igualada -Mikael-. Los secundarios están entre anodinos o desaprovechados, siendo Stellan Skarsgård quien más intenta lucirse al tener el personaje más aprovechable. Daniel Craig está anclado en el único registro que tiene -igual que en Cowboys & Aliens y en las últimas películas que ha hecho- y en Millennium, en muchos ratos, a su personaje le conviene pero en otros habría que exigirle más, sobre todo en su relación con Lisbeth donde la química entre ambos no es demasiado elevada. Una relación también llevada con precipitación, desde el momento en que ella se entrega a él, a cuando decide confesarle lo que ocurrió en su infancia. Rooney Mara está bien y le reconozco la valentía a la hora de lanzarse al papel y el empeño puesto en varias escenas que le toca protagonizar, pero también le falta ese punto, a ratos de algo más de garra, que sí le otorgaba Noomi Rapace, que era lo único destacable de la versión sueca.

Creo que más que considerarla una mala película, a esta película de David Fincher la considero más decepcionante que otra cosa. Y que eso se debe al nombre del director pues las expectativas por ver una nueva adaptación de Millennium no eran altas. Y que, si no se hubiera hecho con tanta prisa, el director podría haber pulido más ciertos detalles. A un director como Fincher, pedirle que su película tenga atmósfera es lo mínimo exigible, luego tiene que aportarte algo más. Sea como sea, me parece la peor película que hasta ahora ha dirigido Fincher, a falta de volver a ver The Game, pese a ser un retorno al thriller, género donde se maneja a la perfección, y pese a la crudeza que hay en la historia. Quizá en una revisión, sin priorizar ciertas cosas a la hora de verla y sin tener en cuenta la adaptación anterior, puede hacer que la valore mejor ya que, como ya he dicho, no la considero una mala película, pero de momento ya estoy servido de Larsson hasta dentro de unos años. O quizá hasta antes del estreno de la segunda parte, como una oportunidad para ver si me reengancho o definitivamente dejo la saga.


sábado, 14 de enero de 2012

Homeland (spoilers)

La primera temporada de Homeland me ha gustado mucho. Se podrá hablar de ella como una serie que está bastante bien, que es entretenida pero que no va a jugar entre las grandes ligas en el terreno de las series. Puede que no lo haga pero, de momento y para una primera temporada, me ha parecido superior a algunas series que se consideran que sí juegan en esa liga (Breaking Bad). Si 24 me entusiasmó en su momento, con Homeland tenía que pasarme lo mismo. Ambas tienen la misma gente detrás y se nota que Homeland bebe de la primera aunque tengan sus diferencias. En primer lugar, 24 era más vibrante, más rápida, tenía más acción y aunque se adentraba a la perfección en la vida personal de Jack Bauer, casi siempre lo importante era la misión o el objetivo que tenía que cumplir por encima de su familia, aunque en la serie su hija tuvo bastante importancia, sobre todo en las primeras temporadas. En el caso de Homeland, la vida personal de Brody y todo lo que le ha pasado resulta determinante para intentar comprender -pero nunca justificar- su comportamiento. Por lo tanto nunca queda de lado eso y su relación con su esposa o su hija -con su asesinable hijo no- han resultado claves para la serie.

Se le puede acusar, o ya se le está acusando al menos, de ser cobarde en su resolución, de decir eso que quieren estirar el chicle. Probablemente sea cierto pero cuando se hace bien, como ha sido el caso, no termina por importarme. Decidí, acertadamente, tras ver un capítulo de Boardwalk Empire que las previews me destrozaron, dejar de ver los adelantos o posibles teasers que iban saliendo de los capítulos por lo que nunca sabía exactamente que iba a pasar y si iban a ser capaces de hacer volar en pedacitos al soldado. Pero siendo coherente, estando renovada la serie para una segunda temporada y siendo el Brody de Damien Lewis un pilar absolutamente fundamental en la serie, todo tenía pinta que al final iba a pasar algo para mantenerlo en el candelero, en su sitio esperando una nueva oportunidad para actuar o para volver a fallar a Abu Nazir.

A su lado, bueno, en varios momentos contra él, ha tenido a Carrie. En un principio se la veía como una mujer absolutamente obsesionada con su trabajo, sin vida personal. Y así ha sido hasta el final hasta que a medida que han avanzado los capítulos hemos visto que su enfermedad -o su trastorno- es bastante más serio de lo que en un principio parecía. Y en ese estado de esquizofrenia ha sido probablemente cuando más lúcida ha estado pero difícil es que la gente no la tome por loca cuando está en plan histérica. A eso se le suma el hecho de enamorarse del hombre equivocado, Brody, que en un momento dado termina por alejarla e incluso con amenazarla con tomar medidas más drásticas si su comportamiento sigue por el mismo camino, y que han terminado por hundir al personaje.

Ha visto algo de luz con la relación mentor-alumna con Saul. En un principio, en los primeros capítulos, hubo un distanciamiento porque ella decidió ir por su cuenta pero a medida que ha avanzado la serie hemos visto como él se preocupa por ella y como ha terminado por convertirse en una de las pocas personas que intentan comprenderla cuando se le va la cabeza. Pero también es otro personaje con una vida personal casi inexistente, como hemos podido comprobar en la nula relación que tiene con su esposa. Saul probablemente haya sido uno de los primeros en ser considerados como el topo que había dentro de la agencia y la serie quizá ha tenido un par de detalles que parecían indicar eso, pero finalmente se han terminado por dejar eso atrás y no parece que él lo sea. Que luego estas series juegan con cliffhangers y demás y en un santiamén lo convierten a él en el traidor pero por la forma de actuar en los últimos capítulos, enfrentándose a su jefe y al vicepresidente pero sin llegar a desvelarlo todo para no hundir aún más a su país y justificar un ataque de otros países, no hacen indicar que pueda serlo.

Ellos tres han sido los pilares de la serie, el triángulo mágico. Hay otros que han tenido bastante importancia como Tom Walker, un marine amigo de Brody que todos creían muerto pero luego resultó que solo se había cambiado de bando, o Jessica, la esposa de Brody que en un principio tenía una aventura con, topicazo al canto, el mejor amigo de éste. Quizá de este último personaje esperaba más presencia pero poco a poco fue desapareciendo. Y, por supuesto, la hija de Brody que ha ido de menos a más hasta poder considerarla como la principal razón que hace que Brody tome la decisión de no inmolarse -junto al hecho que el chaleco anteriormente ha fallado-, pero realmente es una de las pocas personas que aceptó a su padre tal como era, y preocupándose por él cuando ha visto un tipo de comportamiento más perturbado que no han visto otros.

Homeland además ha desarrollado con mucho acierto los personajes de mayor importancia y terminas por creértelos y por preocuparte por ellos. Y siendo uno de ellos un presunto terrorista desde luego no es poco, es esa imagen que tenemos hoy en día de querer comprender al tipo que hace cosas cuestionables o, directamente, deleznables (tenemos el caso de Dexter o de Breaking Bad, por no hablar de Boardwalk Empire, Deadwood, Los Soprano o, incluso, The Wire donde McNulty, siendo policía, no era ni mucho menos un gran ejemplo). Claro que todas estas series que he citado tienen algo en común y es que, o son buenas o excelentes series. Alguna mala habrá con esta característica pero he intentado evitarlas. Pero es fácil que termines por cogerle cariño o por comprender a varios de los personajes de esas series y con Homeland ha pasado eso.

Homeland tampoco ha fallado a la hora de generar tensión y aunque es una serie que también ha basado mucho en las sorpresas o los giros -durante unos cuantos capítulos hubo gente que dudaba de si Brody estaba aliado con los enemigos o no, hasta que finalmente lo dejaron claro y no demasiado tarde, eso por no hablar de otras cosas como lo ya mencionado de Tom Walker- pero esto no ha terminado por convertirse en lo más importante o, mejor dicho, impactante sino en algo más de la serie, que ni sube ni rebaja el nivel, mantiene la misma regularidad que lo demás. Lo único que espero para la segunda temporada es que mantengan el listón de la primera. Y quien sabe, quizá terminen por atreverse con lo que en la primera temporada se ha insinuado. No sé si lo harán aunque ahora seguramente haya muchas voces pidiéndolo. Espero que se relajen, dejen eso de lado a la hora de desarrollar la historia y sean capaces de volver a sorprender. Pero de momento queda mucho para eso y todos los responsables se han ganado un merecido descanso. Quizá para comprobar si la serie de origen, puesto que Homeland es un remake, se puede conseguir de alguna manera.

domingo, 8 de enero de 2012

El niño de la bicicleta (spoilers)

Quien conozca el cine de los hermanos Dardenne no creo que se lleve ninguna sorpresa con El niño de la bicicleta puesto que llevan haciendo el mismo tipo de película desde hace mucho tiempo y siempre con buenos resultados. Quizá el caso es que considero que los Dardenne no tienen ni una película mala pero tampoco ni una película maravillosa, lo que han realizado hasta el momento son buenas películas, algunas me gustan bastante de hecho, y con algunos momentos estremecedores. De su filmografía, curiosamente las dos películas que menos atractivas me resultan son las dos con las que ganaron la Palma de Oro, Rosetta y El niño, mientras que La promesa y sobre todo tanto El hijo como El silencio de Lorna son películas que me gustan bastante. El niño de la bicicleta estaría con las de este último grupo, es de lo que más me ha gustado de los directores belgas.

Se hablaba que El niño de la bicicleta era el paso de los Dardenne hacia un tipo de cine más optimista. Tras verla ese paso se ve levemente, en parte porque sigue teniendo esa cruda realidad en la que parece que el protagonista lo va a pasar bastante mal. Y es que para comenzar, su padre le abandona, y cuando se reencuentra es incapaz de decirle que no quiere volver a verlo hasta que por exigencia de la mujer que acompaña al crío, no le queda otra que hacerlo. Por no hablar que empieza a frecuentar malas compañías –aunque uno le deje echarse un vicio a la Play3- y que se dedica a atracar a personas dejándolas inconscientes. Pero por suerte tiene a la mujer que decide ser su tutora que intenta llevarle por el buen camino -pese a llevarse cuchillazos por eso-, se preocupa por él e incluso le ayuda cuando el chico tiene que asumir responsabilidades sin dedicarle una mala mirada. Pero el niño quizá por una infancia dura, no es fácil de tratar y se rebela. Es el universo particular que han creado los directores desde su primera película.

Hacía el final, cuando el dealer le da la espalda, sí que existe finalmente ese acercamiento a la mujer. Anteriormente ya había algo especial entre ellos -ella deja a su novio por el crío- pero estaba demasiado marcado por el comportamiento del crío, mientras que tras el incidente que marca la película –el atraco con el bate de beisbol- sí que acaban unidos y él acepta llevar una vida más tranquila. Pero, como se suele decir, el pasado no perdona y se vuelve a encontrar con el hijo al que agredió. Él acaba volando cual Superman desde un tejado. Y quizá aquí es donde sí cambia un poco la visión de los hermanos Dardenne. Probablemente en anteriores películas de los realizadores, en ese momento hubieran dejado al niño morir tras esa caída y, durante varios minutos, es lo que tú crees que ha pasado. Hay mucha tensión con el otro padre y el hijo mirando y decidiendo que hacer tras lo sucedido. Pero los realizadores deciden que el niño se levante por sí solo ante la incrédula mirada de los dos y que siga el camino a su casa con la bicicleta. Un pequeño pero a la vez enorme paso hacia ese optimismo del que se hablaba.

Esa visión quizá sea lo único que cambia El niño de la bicicleta respecto a otras películas de los Dardenne porque el resto de la película es como todas las películas de los Dardenne. Un estilo seco, que sigue al personaje principal allá donde va, con unas relaciones familiares entre los personajes casi siempre quebradas. Pero a mí El niño de la bicicleta tras verla me deja un regusto dulce, de película que va ganando con el paso del tiempo. Quizá la gente no la considere su cima, pero creo que es lo mejor que he visto de ellos. Los actores hacen un muy buen trabajo, desde la más conocida del reparto, muy guapa sale Cécile de France, hasta los más desconocidos, con el crío resultando muy natural pese a su inexperiencia. La película no será una obra maestra pero sí es una obra notable y que con muchísima facilidad entra en mi top de las mejores del año.