Se le puede acusar, o ya se le está acusando al menos, de ser cobarde en su resolución, de decir eso que quieren estirar el chicle. Probablemente sea cierto pero cuando se hace bien, como ha sido el caso, no termina por importarme. Decidí, acertadamente, tras ver un capítulo de Boardwalk Empire que las previews me destrozaron, dejar de ver los adelantos o posibles teasers que iban saliendo de los capítulos por lo que nunca sabía exactamente que iba a pasar y si iban a ser capaces de hacer volar en pedacitos al soldado. Pero siendo coherente, estando renovada la serie para una segunda temporada y siendo el Brody de Damien Lewis un pilar absolutamente fundamental en la serie, todo tenía pinta que al final iba a pasar algo para mantenerlo en el candelero, en su sitio esperando una nueva oportunidad para actuar o para volver a fallar a Abu Nazir.
A su lado, bueno, en varios momentos contra él, ha tenido a Carrie. En un principio se la veía como una mujer absolutamente obsesionada con su trabajo, sin vida personal. Y así ha sido hasta el final hasta que a medida que han avanzado los capítulos hemos visto que su enfermedad -o su trastorno- es bastante más serio de lo que en un principio parecía. Y en ese estado de esquizofrenia ha sido probablemente cuando más lúcida ha estado pero difícil es que la gente no la tome por loca cuando está en plan histérica. A eso se le suma el hecho de enamorarse del hombre equivocado, Brody, que en un momento dado termina por alejarla e incluso con amenazarla con tomar medidas más drásticas si su comportamiento sigue por el mismo camino, y que han terminado por hundir al personaje.
Ha visto algo de luz con la relación mentor-alumna con Saul. En un principio, en los primeros capítulos, hubo un distanciamiento porque ella decidió ir por su cuenta pero a medida que ha avanzado la serie hemos visto como él se preocupa por ella y como ha terminado por convertirse en una de las pocas personas que intentan comprenderla cuando se le va la cabeza. Pero también es otro personaje con una vida personal casi inexistente, como hemos podido comprobar en la nula relación que tiene con su esposa. Saul probablemente haya sido uno de los primeros en ser considerados como el topo que había dentro de la agencia y la serie quizá ha tenido un par de detalles que parecían indicar eso, pero finalmente se han terminado por dejar eso atrás y no parece que él lo sea. Que luego estas series juegan con cliffhangers y demás y en un santiamén lo convierten a él en el traidor pero por la forma de actuar en los últimos capítulos, enfrentándose a su jefe y al vicepresidente pero sin llegar a desvelarlo todo para no hundir aún más a su país y justificar un ataque de otros países, no hacen indicar que pueda serlo.
Ellos tres han sido los pilares de la serie, el triángulo mágico. Hay otros que han tenido bastante importancia como Tom Walker, un marine amigo de Brody que todos creían muerto pero luego resultó que solo se había cambiado de bando, o Jessica, la esposa de Brody que en un principio tenía una aventura con, topicazo al canto, el mejor amigo de éste. Quizá de este último personaje esperaba más presencia pero poco a poco fue desapareciendo. Y, por supuesto, la hija de Brody que ha ido de menos a más hasta poder considerarla como la principal razón que hace que Brody tome la decisión de no inmolarse -junto al hecho que el chaleco anteriormente ha fallado-, pero realmente es una de las pocas personas que aceptó a su padre tal como era, y preocupándose por él cuando ha visto un tipo de comportamiento más perturbado que no han visto otros.
Homeland además ha desarrollado con mucho acierto los personajes de mayor importancia y terminas por creértelos y por preocuparte por ellos. Y siendo uno de ellos un presunto terrorista desde luego no es poco, es esa imagen que tenemos hoy en día de querer comprender al tipo que hace cosas cuestionables o, directamente, deleznables (tenemos el caso de Dexter o de Breaking Bad, por no hablar de Boardwalk Empire, Deadwood, Los Soprano o, incluso, The Wire donde McNulty, siendo policía, no era ni mucho menos un gran ejemplo). Claro que todas estas series que he citado tienen algo en común y es que, o son buenas o excelentes series. Alguna mala habrá con esta característica pero he intentado evitarlas. Pero es fácil que termines por cogerle cariño o por comprender a varios de los personajes de esas series y con Homeland ha pasado eso.
Homeland tampoco ha fallado a la hora de generar tensión y aunque es una serie que también ha basado mucho en las sorpresas o los giros -durante unos cuantos capítulos hubo gente que dudaba de si Brody estaba aliado con los enemigos o no, hasta que finalmente lo dejaron claro y no demasiado tarde, eso por no hablar de otras cosas como lo ya mencionado de Tom Walker- pero esto no ha terminado por convertirse en lo más importante o, mejor dicho, impactante sino en algo más de la serie, que ni sube ni rebaja el nivel, mantiene la misma regularidad que lo demás. Lo único que espero para la segunda temporada es que mantengan el listón de la primera. Y quien sabe, quizá terminen por atreverse con lo que en la primera temporada se ha insinuado. No sé si lo harán aunque ahora seguramente haya muchas voces pidiéndolo. Espero que se relajen, dejen eso de lado a la hora de desarrollar la historia y sean capaces de volver a sorprender. Pero de momento queda mucho para eso y todos los responsables se han ganado un merecido descanso. Quizá para comprobar si la serie de origen, puesto que Homeland es un remake, se puede conseguir de alguna manera.
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