Creo que en un principio, antes de ver Martha Marcy May Marlene, comparé demasiado esta película con otra película independiente que se estrenó el año pasado y que me gustó bastante, Winter’s Bone. Injustamente porque lo único que tienen en común son cuatro detalles nimios con los que se podrían comparar un montón de películas muy diferentes: que ambas son dos películas independientes que tuvieron su éxito en Sundance, que en ambas actúa John Hawkes, que están protagonizadas por una chica joven y en la que la familia es una parte importante de la película.
Esas son las semejanzas entre ambas películas pero son diferentes. Por suerte, mientras la veía me he acabado olvidando de eso y he disfrutando del debut en el largometraje -anteriormente había dirigido algún corto que otro- de Sean Durkin, que realmente apunta buenas maneras pero al que no le veo situándose entre uno de los grandes, siendo sincero pero sí realizando películas interesantes.
La película cuenta la historia de su protagonista, Martha, y de sus dos familias. Sí, de dos familias. Lo que pasa es que una de sus familias la forman varios miembros de una secta en la que se encuentra. La chica consigue escapar de ella y reencontrarse con su hermana con la que empieza a vivir junto al marido de ésta. La historia va alternando el presente -la historia con la hermana- con el pasado de la historia de la chica -la de la secta- y como ella ha llegado a encontrarse tan desequilibrada ante la vida real, acostumbrada a otro tipo de reglas en el grupo.
Aquí es importante el tratamiento psicológico del personaje para hacerlo creíble, para ver como en el presente su comportamiento choca ante el de su hermana y el marido de ésta, como se ve superada por las circunstancias y como su pasado, que ella mantiene oculto ante ellos, vuelve para atormentarla sin conseguir haberse librado del todo de él. De hecho hay un momento en que le dice a su hermana que ella es una maestra y una líder solo porque anteriormente -aunque la escena la vemos después- el personaje de Hawkes se lo ha dicho a ella.
También cobra importancia los pocos minutos que tiene Hawkes en pantalla porque su relación con el personaje de Elizabeth Olsen es clave para entender el posterior comportamiento del personaje de ésta. Él es un tipo que realmente ve en ella algo especial y quiere aprovechar todo su potencial -ese momento con los gatos-, pero cuando ella la decepciona no duda en menospreciarla y en dar una especie de disculpa que a ella le sienta como una patada en el estómago, diciéndole que quizá había esperado demasiado de ella y que no le exigirá tanto.
Durkin saca bastante provecho del aspecto visual de la película. Su puesta en escena es tremenda, es una película fría pero que te sacude y con imágenes de mucha belleza, sacando también provecho del escenario -como el mar o la misma casa de la hermana entre otros-. También sabe sacar provecho de la expresividad de su actriz y no vulgariza la historia. Quizá se le puede achacar un par de tics de cine independiente pero que no terminan por rebajar el nivel de la película.
Durkin saca bastante provecho del aspecto visual de la película. Su puesta en escena es tremenda, es una película fría pero que te sacude y con imágenes de mucha belleza, sacando también provecho del escenario -como el mar o la misma casa de la hermana entre otros-. También sabe sacar provecho de la expresividad de su actriz y no vulgariza la historia. Quizá se le puede achacar un par de tics de cine independiente pero que no terminan por rebajar el nivel de la película.
Elizabeth Olsen está perfecta en su papel, creíble y, además, muy guapa. Bastante más que sus hermanas, por cierto. Dejando de lado eso, ella no se achanta ante su personaje y se tira a la piscina con él para hacer un retrato muy certero de ese personaje. A su lado, Hawkes está bien en los pocos minutos que tiene donde se luce tocando y cantando una canción con una guitarra, mientras que tanto Sarah Paulson como Hugh Dancy, como la hermana y el cuñado de Martha, están ante papeles más típicos pero que sacan adelante con entereza.
Martha Marcy May Marlene es una película pequeña, bien hecha y que, creo, puede ganar con el tiempo y que, además, tiene varias virtudes más allá de la interpretación de su protagonista pero que parece ser lo que más se recuerda por no decir que muchas veces es lo único que se destaca. Y resulta injusto aunque sea una interpretación maravillosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario