En la serie nos narran el pasado de Rubén Bertomeu a través de pequeños flashbacks que sirven para perfilar las relaciones de este personaje con la gente de su entorno. Así vemos esas pequeñas cosas que sirven para que veamos como las relaciones, en el tiempo presente, han acabado así, de esa manera. Y también para que conozcamos un poco más al hermano de Rubén, su relación con el amigo que le traiciona, sus inicios con la mafia rusa y su peculiar relación tanto con su madre como con su hija. Los flashbacks están bien integrados en la trama y, por suerte, no ocupan mucho y llegan cuando la trama los requiere.
Al final, lo que más le importa a Rubén es no caer, estar en lo más alto. Pero es precavido, no quiere dar pasos en falso y aún así en la serie vemos como casi todo se le pone en contra, incluso con gente de su confianza actuando a su espalda pese a que quieren ayudarlo -ese perro interpretado por Vicente Romero yendo al hospital o la novia cogiendo el dinero para librarlo-. Muchas veces acompañado por su fiel abogado, que al final no es tan fiel, todo se le viene cuesta arriba porque todos parecen ir contra él, incluso cuando intentan hacer justamente lo contrario.
Como ya he dicho, mucha importancia tiene la familia de Rubén. La madre con la que no se lleva bien y a la que solo ve cuando resulta obligatorio, la hija con la que mantiene una relación de amor-odio y la nieta a la que intenta ayudar pero tampoco quiere que descarríe. La relación de estas últimas también es digna de un libro. Que tu hija vaya a follarse a tu amante, sabiéndolo perfectamente, dice mucho de la relación que mantienen estas dos, con la madre intentando que su hija se valga por ella misma y esta última intentando aprovecharse de todos los lujos que le ofrece su abuelo.
Crematorio es una serie que está lejos de ser perfecta. A veces algunas reacciones pueden parecer un tanto exageradas. Creo que la mafia rusa, aunque tiene su punto esa especie de Abramóvich del personaje con más importancia, está un tanto desaprovechada. Al menos más allá de los primeros capítulos donde sí que cobran cierta importancia. Pero es una serie en la que dejarse atrás los prejuicios y sentarse a disfrutar. Bebe de muchísimas fuentes, de muchas películas del género y, por supuesto, como ya se ha dicho, también bebe de algunas series de la HBO. Respecto a los créditos iniciales, más que con los créditos con lo que me quedo es con la soberbia canción de Loquillo. Pero a diferencia de la serie, esto no es ninguna sorpresa.
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