sábado, 21 de enero de 2012

Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2011) (spoilers)

Poco más de un año después de La red social y todo lo que generó, vuelve David Fincher con otra película. Pero no con cualquiera sino con una nueva adaptación de la primera parte de la trilogía Millennium, que ya fue llevada a la pantalla hace dos años en una producción sueca. De la trilogía sueca tan solo vi la primera parte, que no me gustó casi nada, por lo que las expectativas con la nueva película de Fincher estaban divididas. Quizá lo que esperaba de esta nueva adaptación era un producto más libre, no tan dependiente de la novela y con el sello Fincher. Es muy probable, y muy injusto a la hora de valorar la película, que tenga demasiado en cuenta la versión anterior pero es que el director en ningún momento parece querer evitar esa misma comparación, que uno olvide que no está ante otra adaptación sino ante una nueva película. Y eso, al menos para mí, me ha acabado pasando muchísima factura sobre todo en lo referente a nivel argumental.

Porque a nivel tanto de dirección como técnico no hay ningún problema, de hecho es donde más se puede valorar la película y donde más diferente se siente de la adaptación anterior. Se ha dejado atrás todo el aspecto de telefilm que tenía la adaptación sueca para darle un tono cinematográfica, que es recomendable ver en el cine. Y eso es lo que se establece como la principal diferencia entre ambas adaptaciones y que consigue que esta última sea superior. Fincher, un tipo que siempre cuida los créditos iníciales -algo que a mí me encanta y que hoy en día hay muchísimas películas donde no los realizan, otra cosa que le debemos al bueno de George Lucas…-, le cedió el testigo a un amigo suyo para que le creara unos créditos muy atractivos a nivel visual y que no poca gente ya ha colocado como lo mejor de la película.

En cuanto a Fincher, donde más cómodo se le siente es a la hora de tratar la atmósfera. Quizá en Millennium no llegue al nivel malsano de otras películas suyas, de tensión incluso en momentos aparentemente tranquilos -la charla en aquella cafetería entre Freeman y Paltrow en Se7en, la obsesión de Gyllenhaal estando con su familia en Zodiac, incluso Kristen Stewart sacando de los nervios a todos jugando con su patinete y con el ascensor de la casa en La habitación del pánico-. Aquí esa atmósfera existe, pero quizá Fincher haya momentos en que la relaje para dedicarse, tal como hacía en La red social, a plasmar el guión en la pantalla que ya de por sí cuenta con escenas crudas que le permiten al director plantear esto así. Pero por poner un ejemplo, me parece mucho más interesante todo lo que tiene que ver con la investigación por la desaparición de la sobrina, aunque la considere una trama algo desaprovechada, que la relación entre el tutor depravado y Lisbeth, que por algo de dinero tiene que devolverle el favor.

A nivel técnico Millennium también es muy destacable. La banda sonora, tanto los temas escogidos para acompañar como la música que emplean Trent Reznor y Atticus Ross, es, para mí, lo más destacable de esta nueva adaptación. A ratos es hipnótica y contribuye a aumentar esa atmósfera que posee la película. Y siempre me resultan atractivas estas películas que transcurren en ambientes fríos, al menos el que tiene ese pueblo al que va Mikael para investigar. Es algo más que ayuda a que esa sea la parte que más me gusta de la película. Imagen siempre bastante limpia incluso en escenas que podrían ser justamente lo contrario -la violación y la posterior venganza de Lisbeth pese a estar en una habitación oscura, siempre cortando la escena en el momento justo, o la escena con Skarsgård teniendo a Craig en esa habitación secreta que está bastante iluminada-.

A nivel argumental, como ya he dicho, es donde no termina por convencerme. Porque pese a ser una película de más de 2 horas y media, todo me parece demasiado ligero e, incluso, algo deslavazado o falto de interés, como si a algunas cosas le faltaran desarrollo. Lisbeth y Mikael se juntan casi tras una hora de película. En esa primera hora tenemos a ambos por separado desarrollando sus conflictos -Mikael todo el asunto en juicios que tiene mientras que acepta investigar sobre la desaparición, Lisbeth lo de su tutela-. Buen trabajo de montaje que sabe dividir las dos partes durante ese tramo pero las historias de ambos personajes no terminan por convencerme. Cuando ambos se juntan, mejora. Pero da la sensación que hay precipitación, que la chica consigue en 2 minutos lo que el periodista en todo el tiempo que ha estado con el caso. Y la investigación funciona más por acumulación que por la brillantez de algunos de los personajes, porque sean intuitivos o porque estén obsesionados con el caso. Y teniendo en cuenta que es una investigación donde un tío obsesionado no ha resuelto ni siquiera lo más básico -el personaje de Plummer- resulta algo pobre que todo se vaya dando así. El asunto es que, aún con eso, se le puede perdonar por ser una simple excusa para desarrollar ese tramo y porque mejora en el tratamiento de esta parte, en cuanto Mikael empieza a tratar con la familia intentando sonsacar información. Pero el climax de toda la investigación de la familia sigue siendo decepcionante. Después de eso, tenemos otro tramo más de película en que Lisbeth ayuda a Mikael, que no está mal pero tampoco es especialmente destacable.

A nivel de interpretaciones si que no la veo demasiado superior a la versión sueca. O al menos eso lo creo en uno de los dos personajes principales -Lisbeth-, mientras que en el otro la cosa está igualada -Mikael-. Los secundarios están entre anodinos o desaprovechados, siendo Stellan Skarsgård quien más intenta lucirse al tener el personaje más aprovechable. Daniel Craig está anclado en el único registro que tiene -igual que en Cowboys & Aliens y en las últimas películas que ha hecho- y en Millennium, en muchos ratos, a su personaje le conviene pero en otros habría que exigirle más, sobre todo en su relación con Lisbeth donde la química entre ambos no es demasiado elevada. Una relación también llevada con precipitación, desde el momento en que ella se entrega a él, a cuando decide confesarle lo que ocurrió en su infancia. Rooney Mara está bien y le reconozco la valentía a la hora de lanzarse al papel y el empeño puesto en varias escenas que le toca protagonizar, pero también le falta ese punto, a ratos de algo más de garra, que sí le otorgaba Noomi Rapace, que era lo único destacable de la versión sueca.

Creo que más que considerarla una mala película, a esta película de David Fincher la considero más decepcionante que otra cosa. Y que eso se debe al nombre del director pues las expectativas por ver una nueva adaptación de Millennium no eran altas. Y que, si no se hubiera hecho con tanta prisa, el director podría haber pulido más ciertos detalles. A un director como Fincher, pedirle que su película tenga atmósfera es lo mínimo exigible, luego tiene que aportarte algo más. Sea como sea, me parece la peor película que hasta ahora ha dirigido Fincher, a falta de volver a ver The Game, pese a ser un retorno al thriller, género donde se maneja a la perfección, y pese a la crudeza que hay en la historia. Quizá en una revisión, sin priorizar ciertas cosas a la hora de verla y sin tener en cuenta la adaptación anterior, puede hacer que la valore mejor ya que, como ya he dicho, no la considero una mala película, pero de momento ya estoy servido de Larsson hasta dentro de unos años. O quizá hasta antes del estreno de la segunda parte, como una oportunidad para ver si me reengancho o definitivamente dejo la saga.


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