miércoles, 29 de abril de 2009

Bailar en la oscuridad, Lost Highway, Distrito Apache: El Bronx

Como siempre, aviso de antemano, ya que puede que haya algún spoiler en los comentarios, así que si no has visto alguna de las películas no leas nada. Bueno, en la de "Distrito Apache" no hay spoilers.

Bailar en la oscuridad:

Debo reconocer que Lars Von Trier no es un director que me apasione, me cae bien porque es un tipo con un ego descomunal pero que intenta algo nuevo en cada película, alejarse de las convecciones del cine actual, no dudar en saltarse las reglas del dogma del que él fue uno de los creadores, para llegar a algo en concreto. Hay que reconocer la valentía del director danés en ese aspecto. Otra cosa son sus películas. Hay películas que reconozco que me gustan bastante como la que nos ocupa y hay películas que no puedo soportar como El jefe de todo esto, Los idiotas o el documental de 5 condiciones. Pero, bueno, reconozco que Lars es un tipo necesario dentro de esta industria que aporta algo nuevo, que sea acertado o fallido ya es otra cosa, pero al menos lo intenta y en unas cuantas ocasiones, lo consigue.

Es fácil sacarle fallos a “Dancer in the dark”. Los más evidentes son los siguientes: la historia es puro telefilm en la que Lars no duda en utilizar a sus personajes como marionetas, para hacer sufrir a la mujer más ingenua del mundo a base de trampas, manipulaciones y artificio puro y duro. Y a Lars no le importa que pueda parecer un telefilm o que sus personajes sean marionetas, él busca otras cosas en su historia y eso solo es un recurso para lograr llegar a donde quiere y para sacudir al espectador justo cuando lo necesita.

Lo que más me gusta de “Dancer in the dark” es la mezcla de realidad y fantasía que hace, con esa vida real tan difícil que lleva Selma (Björk) mezclada con esas ensoñaciones en las que escapa de la vida real para meterse en el mundo de los musicales a base de escenas musicales tan sencillas como bien hechas. Esa evasión del mundo real es lo que interesa tratar a Lars, como en momentos determinados en los que una persona está con la soga en el cuello, su mente se puede ir por otros derroteros para intentar darle a esa persona lo que necesita. La seguridad que tiene en esas fantasías es la que a Selma le falta en la vida real donde es una mujer muy, muy pardilla a la que acabarán matando porque su vecino le robó el dinero y porque no quiere que su hijo se quede ciego como ella. Y eso es lo que hace atractiva a la película de Lars.


Carretera perdida:

Una de las obsesiones del cine de David Lynch son las carreteras hasta el punto de que en muchas de sus películas son incluso protagonistas como en “Corazón salvaje” y como en la película posterior que dirigió a “Lost Highway”, el viaje del viejo Alvin Straight para reencontrarse con su hermano en la preciosa “A Straight Story”. Con el cine más alejado de la razón de David Lynch siempre se pone la misma excusa para atacarla, la razón de que la película no tiene argumento y que es incomprensible. Lynch no es surrealista ni juega a serlo, simplemente utiliza elementos del surrealismo y, está claro, que en más de una vez se ha inspirado en algunas películas surrealistas de Buñuel, pero ni “Lost Highway”, ni “Mulholland Drive”, ni siquiera ni “INLAND EMPIRE” son obras surrealistas, sin argumento (que lo tienen).

Pero el cine de Lynch es cine personal, alejado de los productos prefabricados y eso te granjea fans que ven que el director está apostando por un tipo de cine en el que el argumento no importa tanto como lo que la película te sugiera y también detractores que no dudaran en llamarte moderno por apostar por ese tipo de cine.

Lost highway” es una película atractiva porque Lynch juega con ella a mezclar géneros, no duda en homenajear al cine negro con una preciosa femme fatale que llevaría de cabeza a cualquiera, no duda en jugar con el thriller, con el drama, con una historia romántica e, incluso, con el cine de terror en ese principio devastador.

Lynch nos ofrece una atmósfera inquietante, mostrándonos que en “Lost Highway” en cualquier momento puede suceder cualquier cosa, tiene al espectador inquietado y puede hacerle a este un nudo en el estómago, hacerle reír o angustiarlo hasta límites insospechados. En el film que nos ocupa, además, Lynch es más explicito que nunca, pero para llegar a un punto, no duda en mostrarnos el cuerpo de la preciosa Patricia Arquette, para demostrar que esa mujer puede con cualquier hombre, no duda en utilizar la violencia (en el robo que montan Balthazar Getty con ella) en sus formas más efectivas, no duda en mezclar personajes de la primera historia con las del sueño, intercambiando nombres o actores (en Mulholland esto está llevado mucho más allá, también es cierto), no duda en sacudirte, en pensar que le puede haber pasado al pobre Fred Madison en dicha cárcel.

Lo que le pase es lo de menos, que Lynch te haga pensar sobre eso y tú saques tu propia conclusión es lo realmente importante. Sueño, pesadilla o ninguna de las dos cosas, Lynch te guía y te confunde, te hace sentir como una mierda, te lleva por un lado para luego cambiar y llevarte por otro. Y entrar en su juego es lo que importa. Lost Highway es un precioso cuento muy oscuro, uno que el adorado y venerado Tim Burton no sería capaz de dirigir en la vida. Y para mí, Lost Highway es una cosa por encima de todo: es el jodido Fred Madison dándole caña al puto saxo para alejarse de las malas pasadas que le juega su maltrecha memoria.


Distrito Apache: El Bronx:

La película de Daniel Petrie es una cinta más con todos los tópicos del género policíaco. Es más un drama en la que nos muestra que las calles están llenas de gente alejada del bien y que algunos policías son aún más cabrones que los mafiosos. Y unos corruptos que no veas. Y ahí es donde se interpone la figura de Paul Newman, ayudado por su novato compañero, al que todo le produce una gran indiferencia y se encuentra desencantado con el mundo. El problema de la película es que nunca se aleja de la historia que quiere contarnos, es todo muy lineal, y sí, puede resultar entretenida (dentro de lo muy tópica que es, claro) pero también fallida, que la ves y la olvidas en un segundo, uno de los males del cine de entretenimiento de hoy en día que no se puede quedar en tu cabeza cinco minutos después de verlas.

Ni los personajes están trabajados, ni los actores pueden lucirse en sus papeles (Paul Newman estaba en plena depresión y alcoholizado por la muerte de su hijo, aunque luego sería resucitado por un Sydney y por un Sidney -Pollack, en menor medida, y, especialmente, en la película de Lumet- ), ni el director nos ofrece una dirección digna más allá de lo convencional y del tufo a producto de Hollywood. Una pena porque la película tenía potencial.

Series que estoy viendo actualmente (spoilers)

Dollhouse (Primera temporada): Tengo sentimientos encontrados en los 10 capítulos que llevo vistos de Dollhouse. Puedo comprender el comienzo decepcionante, malo que puede tener la serie en los primeros capítulos (no tanto que la pasividad dure hasta el sexto capítulo). Luego nos coloca tres capítulos muy intensos y muy bien dirigidos (7º, 8º y 9º) para luego volver a otro capítulo flojo y decepcionante. Precisamente, ahora es el momento de Dollhouse, en el que tiene que dar el todo por el todo y demostrar que puede enganchar y que no es un simple entretenimiento más, es mucho más que eso. La senda que has comenzado a recorrer en esos tres atractivos capítulos es la que debes continuar recorriendo, ha resultado sorprendente y tienes que guiarte por ahí, no volver a lo anterior y mediocre. De momento, puedo decir, que el final de la temporada será lo que marcará si le doy una oportunidad a la segunda temporada cuando salga (sino la cancelan antes, claro).

Entourage (Quinta temporada): Entourage sigue siendo una serie muy adictiva, te puedes tragar varios capítulos sin darte cuenta, pero la sexta temporada le marcará mucho para ver si es capaz de renovarse o si muere dando más de lo mismo. Los creadores saben que Ari Gold es la pieza clave de la serie, la piedra angular, sigue siendo un secundario (como todos los personajes) pero cada vez con más peso, más importancia, son sus comentarios hacía Lloyd, su pobre asistente, lo que queremos oír en todo momento. Lo malo de la quinta temporada es que parecen haber desaprovechado lo que tenían. Vince está sin trabajo, su última película, “Medellin”, ha sido un absoluto fracaso, le cuesta conseguir trabajo, y cuando le consiguen uno gracias a su agente, el director lo despide y la película se va al traste por presupuesto. Ahí es cuando nos tenía que haber mostrado al actor y a sus amigos al borde del abismo, desquiciados, sin un futuro claro. Solo lo hacen por 5 segundos, todo se acaba solucionando gracias a unas pruebas que Eric le suplica a Gus Van Sant que vea, y pese a que este no le contrata, se las pasa a Scorsese que sí lo hace. Así que tenemos una nueva temporada en la que Vince ha trabajado con un grande, y en la que todo sigue igual. Veremos como se desarrolla todo.

Neon Genesis Evangelion: Es sorprendente como una serie tan mala en los 12 primeros capítulos y tan poco recomendable, tan infantil, tan olvidable y tan desquiciante, puede convertirse en una serie genial, filosófica, compleja en los últimos 10. Es incomprensible que lo que menos guste de la serie sea su final, que es lo mejor con mucha diferencia. No importa mucho las relaciones entre personajes, no me gustan como están tratadas la gran mayoría, pero cuando la serie empieza a escarbar en los miedos internos de los personajes, en sus dudas, cuando estamos dentro de la cabeza de ellos/as es cuando es imprescindible. Irregular, si puedes aguantar la primera parte serás recompensado al final. De momento, me faltan por ver finales alternativos y películas que ofrezcan un complemento ideal a la serie.

Servicio completo (Primera temporada): Supongo que he visto la primera temporada por dos cosas: porque la temporada era corta y la tenía a mano, y porque tenía curiosidad por ver como se mostraba el mundo de la prostitución. Bastante cohibida para tratar el tema que trata, incluso cuando nos muestra algún trío y cosas similares, la serie no despega ni es recomendable. La serie ya la he dado por terminada y no veré la segunda temporada.

United States of Tara (Primera temporada): Estoy considerando seriamente que hacer con esta serie. Tiene cosas que me gustan y muchas que me cargan. Y lo malo es que lo que más me carga es Toni Collette, su protagonista, cuyo desorden es el 90% de la serie (por no poner un porcentaje más alto). Tampoco la hermana de Tara me hace mucha gracia. Aunque reconozco que un actor que no me suele apasionar como John Corbett si me ha sorprendido y me parece creíble en su papel, que la hija es mona y que el crío es lo mejor de la serie. A veces quiere ir de mordaz y lo consigue, otras veces no. También es cierto que ha ido de menos a más, aunque tampoco ha terminado por apasionarme en su final, si que me ha convencido algo al menos. Ya veremos si le doy una nueva oportunidad o la acabo enterrando.

In treatment (Segunda temporada): Juzgar esta temporada con los pocos capítulos que llevo vistos hasta el momento es difícil. Aún no sé como de atractivos pueden ser sus personajes con solo dos sesiones. Lo que tengo claro es que prometen los pacientes del miércoles (el chico, Oliver, y sus padres) y el del Jueves (el viejo Walter) y que la terapia de Paul con Gina va a seguir igual de intensa de siempre con Paul perdiendo los papeles. No estoy muy seguro del personaje de Hope Davis, no tiene la pinta de que vaya a conquistarme y el de April ya veremos la compasión que pueda lograr despertar con su cáncer.

24 (Séptima temporada): La sorpresa. Me pareció sobrevalorada la tan venerada quinta temporada (primer capítulo cojonudo y luego bajón impresionante) y la sexta era muy triste (también comenzaba bien, pero los últimos diez capítulos eran demenciales y muy, muy, muy malos). No parecía tener buena pinta. La huelga de guionistas retrasó la temporada un año y los creadores decidieron hacer un telefilm (Redemption) que resultó decepcionante y fallido, quizá porque Jack Bauer en un país (ficticio) africano no es donde mejor funciona y vimos a un Jack excesivamente humanizado y que no lograba ser el que a todos nos gusta. Por todo eso y por meternos la resurrección incomprensible de un personaje (bendita resurrección al final, eso sí, como echaba de menos a ese jefazo que es Tony Almeida) la séptima pintaba mal. Y ha resultado sorprendente. Vuelve a los orígenes de la serie, y vuelve a ser tan adictiva como lo era, tan inverosímil, tan poco creíble y tan emocionante como siempre. Jack Bauer ha vuelto en su mejor versión. Ya veremos como termina, pero me alegra que haya sido capaz de volver a engancharme como antaño.

Y cuando acabe alguna serie tengo que ver la quinta de Lost y empezar con The wire o Deadwood.

lunes, 13 de abril de 2009

Señales del futuro (Knowing)



Fui a verla con algunos prejuicios y, tras verla en la pantalla grande, debo decir que me pareció una película, como mínimo, interesante. Aún así, reconozco que la película dirigida por Alex Proyas es muy irregular y que tiene defectos y detalles que han sido descuidados en su guión y que comprendo a la gente que la crítica por ello. No entiendo, eso sí, a la gente que se la carga solo porque esté protagonizada por Nicolas Cage. Todos sabemos que no es el mejor actor del mundo, y que en sus últimas películas no se ha lucido precisamente, pero siempre he considerado que debe de haber algo más para criticar tan duramente a una película y no solo su actor principal, que por muy limitado que sea, al menos en Knowing se esfuerza aunque la película le venga a Nick grande en muy determinados momentos. Pero "Nick is Nick" y sigue ahí en la cumbre, ha trabajado con directores como su tío Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Ridley Scott, Spike Jonze, Alan Parker, David Lynch, los hermanos Coen, Brian de Palma y Oliver Stone entre otros. En películas mejores (como Adaptation de Jonze) o peores (World Trade Center de Stone), pero siempre ha estado en la agenda de los mejores directores. No hay más que ver su futuro donde va a trabajar con John Carpenter y con Werner Herzog y ha estado en el punto de mira para los nuevos proyectos de Milos Forman y de Roman Polanski (y, creo, no protagoniza la de este por coincidencia de fechas con algún otro proyecto que va a protagonizar). Pero bueno, después de este tocho sobre Nick, intrascendente, vamos a hablar un poco de Knowing.




Alex Proyas, director de culto gracias a El cuervo y Dark City, dirige con solvencia, de hecho, la manera en que es dirigida es lo mejor de la película. Su ambientación, punto fuerte de Proyas, es increíble, las escenas de acción están muy bien integradas y resultan impactantes, muy bien rodadas y con fuerza, en una de ellas con un plano secuencia poderoso. Proyas no se atropella y saca lo mejor de sus personajes (aunque no de sus actores). Otra cosa es el guión. Abusa de sentimentalismo barato en más de un momento, de ese sentimentalismo que, por ejemplo, Steven Spielberg ha hecho gala en más de una ocasión y que nunca me ha hecho gracia. También se hacen un pequeño lío hacía el final con tanta mezcla de género, aunque intentan combinarla con eficacia, resulta muy irregular y tan solo la fuerza de las imágenes de Proyas (ese plano final) le otorgan credibilidad.


En cuanto a los actores, como ya he dicho, Nick se esfuerza, no gesticula demasiado, pero cuesta creérselo en el papel de padre borrachín (pero no pendenciero) que ha perdido la fe en todo lo que le rodea tras la muerte de su mujer. También a Rose Byrne se le nota desganada, en un papel secundario pero importante. Quizá pensaba más en la segunda temporada de Damages. El resto cumple, pero nadie destaca ni positiva ni negativamente.




No es una gran película, tiene errores de bulto, pero aún así me pareció digna y entretenida esta película de Proyas. Puede que no esté a la altura de sus dos mejores películas, la vibrante El cuervo y la inquietante Dark City pero tras la floja Yo, Robot, con Knowing al menos vuelve a recuperar el pulso. Aunque eso no lo creerá todo el mundo, claro, es fácil no introducirse en la propuesta de Proyas debido a sus errores.
En cierto punto, me recuerda un poco a lo que le pasó a Shyamalan y a su última película, The happening, que compartiendo puntos en común y siendo criticadas ambas por sus actores principales, resultan películas muy irregulares pero interesantes, con un punto de vista inquietante. Pero a Shyamalan y a Proyas les interesan cosas distintas en su cine y así lo demuestran por lo que las semejanzas que puedan existir se quedan ahí.

domingo, 12 de abril de 2009

In treatment - 1ª temporada (comentario repleto de spoilers)

Cuando me dispuse a ver esta serie, reconozco que me fije más en los nombres de los implicados que en su temática, pero que una vez visto el resultado final, no me arrepiento para nada ya que lo importante es haber visto una serie tan inteligente, tan bien cuidada, con tan pocos medios pero aún así tan elegante, con diálogos contundentes e inteligentes, con muchos silencios que a veces dicen más que dichas palabras. Me creí su primera temporada y esos 43 capítulos de algo más de 20 minutos fueron devorados en un instante. In treatment (En terapia en su título doblado al español) es un remake de una serie israelí titulada Be´Tipul que no he tenido oportunidad de ver pero a la que ya le agradezco haber sido fuente de inspiración (ya veremos algún día si es un plagio literal o no) de Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, y de su equipo. Cabe destacar que el tema padre-hijo es algo muy presente en In treatment como causante de algunos de los traumas de los pacientes.


Revisando un poco la filmografía de Rodrigo García, comprobamos que aparte de sus películas, también ha dirigido varios capítulos de series como A dos metros bajo tierra, Big Love, Carnivàle e incluso Los Soprano entre otras, por lo que tiene cierta experiencia en el medio televisivo y eso se acaba notando. Mirando un poco en su filmografía como director de cine, de sus tres películas dirigidas (me falta por ver Passengers, así que hablo de las dos primeras), hemos visto como el hijo del reputado escritor se ha decantado por introducirnos en el mundo femenino, en los temores y las dudas de las mujeres, en su soledad, en sus alegrías y sus amores, en definitiva, en el corazón de estas. Cosas que diría con solo mirarla tenía algo especial mientras que Nueve vidas, película dividida en nueve fragmentos protagonizados por diferentes mujeres, tenía algunos fragmentos de gran intensidad. Ahora pasemos a hablar un poco de la serie que nos ocupa.


Rodrigo García nos introduce en cuatro de las muchas sesiones de Paul (interpretado por Gabriel Byrne) que el psicólogo tiene de Lunes a Jueves. El Lunes se ocupa de Laura (Melissa George), una mujer que trabaja en un hospital, obsesionada con el sexo y enamorada de Paul, que no duda en usar todas sus armas para poner celoso a este cuando sea necesario (liándose con Alex, el paciente que Paul atiende los Martes) o intentando provocar a Paul y ponerlo entre la espada y la pared. También traumatizada por su padre, tuvo una aventura con un hombre cuando era menor de edad lo que la trastocó y la hace comportarse de manera inestable, acaba dejando la terapia porque Paul no se decide y para ella es incómodo verlo siempre de manera tan fría. Al final, Paul se decide a ir a buscarla pero, en el momento de la verdad, acaba huyendo quizá intuyendo que una relación con ella no puede tener mucho futuro.


El paciente de los Martes es Alex (Blair Underwood), que ya he citado antes que tuvo una relación sexual con Laura. Esta casado y tiene un hijo que admira, pero que es muy solitario y se dedica a jugar al ajedrez en vez de tener amigos. Alex trabaja en el ejército y tuvo un ataque por el que estuvo a punto de morir por lo que está de "baja" hasta que se recupere. Alex siempre quiere llevar las terapias a su terreno, como si fuera él el psicólogo y Paul el paciente, lo ataca sin compasión, siempre quiere demostrar que él lleva los pantalones en la consulta. Pero es un hombre asustado, traumatizado por su padre, que fue un hombre duro que mató a su padre (porque no tenía opción) y que se culpa a sí mismo de causar la muerte a bastante gente en una de las misiones del ejército. Solo se siente seguro sobre un avión pilotando, mientras que en la vida real se siente triste y perdido. Acaba muriendo en un vuelo de prueba, después de que Paul le aconseje no volar, pero, por lo visto, puede que dicho accidente sea ocasionado por el propio Alex, que se suicidara haciendo lo que quiere.


Los Miércoles son el único día de paz para Paul atendiendo a Sophie (Mia Wasikowska), una gimnasta a la que comprende y, probablemente, una de las pocas personas a las que Paul está realmente interesado en ayudar y que no duda en tratarla como a una hija. Sophie es una chica que ha intentado suicidarse, también traumatizada por la ausencia de su padre y por la mala relación con su madre a la que culpa. Pone a prueba a Paul, incluso poniendo su vida en peligro en terapia, pero aún así se establece entre ambos una relación especial, con mucha complicidad, aconsejándola todo el rato, mosqueándose cuando le cuenta cosas realmente duras (como cuando se acuesta con un chico durante una fiesta, o la relación que mantiene con su entrenador con el que parece haber tenido sexo siendo menor de edad la chica). La chica acaba perdonando a su madre y culpando a su padre y la vida que este le hizo llevar, unido al trauma de una infidelidad que vio de niña de su padre, y acaba sintiéndose segura en un sitio que no es una barra en un gimnasio, y ese sitio es la terapia a la que acude.


Los Jueves son día para un matrimonio formado por Jake (Josh Charles) y Amy (Embeth Davidtz). Una relación muy, muy difícil, en la que muchas veces parece que el matrimonio obliga a Paul a tomar decisiones que él no tiene que -ni quiere- tomar, y que, pese a que se quieren, no pueden evitar acabar discutiendo, con una gran obsesión por parte de Jake hacía la relación de Amy con otros hombres, especialmente su jefe, que hace que muchas veces Jake se comporte como una celoso sin control vigilando a su mujer hasta en la consulta y siempre intentando hacer ver a Paul que él lleva razón y que su mujer está equivocada y que la consulta no sirve para nada y no hará solucionar sus problemas. Amy también es inestable, y en ella hay también muchos traumas ocultos. La relación se ve marcada por la intensidad y por un final poco feliz para el matrimonio.


Los Viernes es el único día que no vemos trabajar a Paul porque debido a su crisis familiar y al empuje de Laura por tener algo con él, acaba decidiendo ir a terapia de una psicóloga retirada, Gina (Dianne Wiest). En dicha terapia, intenta poner sus cosas en orden pero el desquiciamiento de Paul, y una relación difícil con Gina pone las cosas difíciles, ya que muchas veces Paul se dedica a analizar en vez de a contar sus verdaderos problemas con su mujer, con sus pacientes e incluso con su hija. A algunas de estas terapias acude con su mujer Kate (Michelle Forbes), pero no consiguen solucionar nada, más bien solo sirve para que se echen cosas a la cara una y otra vez hasta que Kate cansada deja de ir y Paul en el último capítulo decide, sin éxito, ir a por Laura y poner fin a un matrimonio roto. Por supuesto, y una vez más, la figura del padre (parece que Paul quiere intentar repetir lo que hizo aquel) vuelve a estar presente.


Serie de mucha intensidad, la primera temporada es recomendable, algo distinto a lo que la televisión nos ofrece (y hay unas cuantas series de mucha calidad). La segunda temporada acaba de comenzar con nuevos personajes y le daré una oportunidad. Solo espero que esté a la altura aunque sea difícil.