
Fui a verla con algunos prejuicios y, tras verla en la pantalla grande, debo decir que me pareció una película, como mínimo, interesante. Aún así, reconozco que la película dirigida por Alex Proyas es muy irregular y que tiene defectos y detalles que han sido descuidados en su guión y que comprendo a la gente que la crítica por ello. No entiendo, eso sí, a la gente que se la carga solo porque esté protagonizada por Nicolas Cage. Todos sabemos que no es el mejor actor del mundo, y que en sus últimas películas no se ha lucido precisamente, pero siempre he considerado que debe de haber algo más para criticar tan dura


Alex Proyas, director de culto gracias a El cuervo y Dark City, dirige con solvencia, de hecho, la manera en que es dirigida es lo mejor de la película. Su ambientación, punto fuerte de Proyas, es increíble, las escenas de acción están muy bien integradas y resultan impactantes, muy bien rodadas y con fuerza, en una

En cuanto a los actores, como ya he dicho, Nick se esfuerza, no gesticula demasiado, pero cuesta creérselo en el papel de padre borrachín (pero no pendenciero) que ha perdido la fe en todo lo que le rodea tras la muerte de su mujer. También a Rose Byrne se le nota desganada, en un papel secundario pero importante. Quizá pensaba más en la segunda temporada de Damages. El resto cumple, pero nadie destaca ni positiva ni negativamente.

No es una gran película, tiene errores de bulto, pero aún así me pareció digna y entretenida esta película de Proyas. Puede que no esté a la altura de sus dos mejores películas, la vibrante El cuervo y la inquietante Dark City pero tras la floja Yo, Robot, con Knowing al menos vuelve a recuperar el pulso. Aunque eso no lo creerá todo el mundo, claro, es fácil no introducirse en la propuesta de Proyas debido a sus errores.
En cierto punto, me recuerda un poco a lo que le pasó a Shyamalan y a su última película, The happening, que compartiendo puntos en común y siendo criticadas ambas por sus actores principales, resultan películas muy irregulares pero interesantes, con un punto de vista inquietante. Pero a Shyamalan y a Proyas les interesan cosas distintas en su cine y así lo demuestran por lo que las semejanzas que puedan existir se quedan ahí.
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