domingo, 11 de octubre de 2009

The unbelievable truth (La increíble verdad)

Cinta que supuso el debut de Hal Hartley, que hasta ese momento se había fogueado a base de cortometrajes y mediometrajes, con la que comenzó su andadura por el cine independiente, teniendo gran éxito en Sundance, permitiéndole proseguir con su carrera y hacerse un hueco en el cine, con películas con las que sin tener mucho dinero para hacerlas sí que se veía bastante talento a la hora de reflejar situaciones y de crear personajes. Hartley es pesimista, siempre crea personajes que tienen algún tipo de limitación, no son personas inteligentes, son personas muy desesperanzadas que parecen no encontrar su lugar en el mundo, pero que acaban encontrando un tipo de tabla de salvación en otra persona, la única con la que realmente se sienten a gusto y pueden mostrarse tal como son sin ningún tipo de temor.




Ya en "The unbelievable truth", de algún tipo de modo la hermana mayor de "Trust", Hartley comienza con ese realismo sucio que tan bien se le da retratar, con esos contrastes entre personajes diferentes pero que se necesitan, una chica de vuelta de todo que quiere estudiar en una universidad pero que su padre, bien por limitación de dinero, por tenerla controlada o por ser muy egoísta, la intenta retener y que la chica cumpla los deseos de él aunque ésta se lo ponga difícil, y un tipo que acaba de salir de la cárcel y solo busca tranquilidad, tener un sitio donde trabajar e ir tirando. A medida que avanza la cosa, Hartley muestra bien claras las cosas, dos personas que se quieren pero que por alguna cosa u otra parece que ellos no pueden acabar juntos, que siempre ocurrirá alguna cosa que limite la relación, ya sea el padre de ella, los celos o la progresión que toma el personaje de Adrienne Shelly. A Hartley se le da bien hablar de padres que explotan a sus hijos, que los tratan como si fueran sus dueños (la relación entre Martin Donovan y John MacKay primero y de Adrienne Shelly y Merritt Nelson después en "Trust" también es muy reveladora), de personas que quieren enfrentarse al mundo, de otras que tiran la toalla y dejan que la realidad les atice en la cara.




En cuanto a la carrera del director hay que decir que la formula le iría bien a Hartley con las siguientes películas, y aunque en "Amateur" rebaje el nivel, resulta digna y tiene cosas interesantes. Pero tras "Flirt" comienza un ciclo de irregularidad en su cine, la pedantería entra para colocarse como un elemento más y se hace muy habitual, y aunque sus siguientes películas tienen detalles de interés, nunca llegan a ser lo mismo que sus primeras obras y algunas incluso te provocan la más absoluta indiferencia. Aún así, "Henry Fool" es una película muy purulenta, que funciona, que te turba, que resulta desagradable pero fascinante. Pero ni "El libro de la vida" tiene interés, resulta vacía de contenido, ni "No such thing" es la sátira inteligente que el director cree. "The girl from Monday" resulta una distopía irregular aunque se deja ver, mientras que con la secuela de "Henry Fool", titulada "Fay Grim", Hartley da una vuelta de tuerca y ese realismo sucio solo lo posee en alguna ocasión, de hecho hay mucha elegancia en esta obra aunque resulte ser un thriller que intenta homenajear a otras películas emblemáticas del género pero que no te cuenta nada de interés ni lo hace con demasiado brillo. Espero que Hartley vuelva a tener el brillo de su primera etapa.
Como curiosidad, en "The unbelievable truth" aparece la directora de cine Kelly Reichardt, una mujer a tener muy en cuenta gracias a películas muy recomendables como "Old Joy" o "Wendy and Lucy".


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