domingo, 18 de abril de 2010

Alicia en el país de las maravillas (2010)

No soy un gran fan del cine que ha dirigido Tim Burton durante toda su carrera como cineasta lo que no significa que no reconozca que tiene talento. Y desafortunadamente esta nueva versión que ha realizado de Alicia en el país de las maravillas me parece en todo momento fallida e indigna de un director, que aún pareciéndome algo sobrevalorado, es un tipo que ha conseguido llegar hasta donde ha llegado a base de crear universos personales y personajes de lo más extravagantes que iban a tono con la historia que querían contar. Ahí están la inconfundible Eduardo Manostijeras o las películas que más me gustan de las que ha dirigido que son Ed Wood y Mars attacks! a las que se suma Vincent, cortometraje que dirigió en sus comienzos y donde se muestra que como mejor me entra Burton es a pequeñas dosis.




En su última película, el universo que Burton crea para introducir al personaje de la adolescente Alicia en su segunda aventura en el país de las maravillas es de todo menos personal por mucho que quieran comparar esa rebeldía de la protagonista principal con un rasgo característico del cine del propio director y pese a contar con varios personajes que más que extravagantes, son idiotas perdidos que tienen momentos de muchísima vergüenza ajena. En ningún momento percibo el estilo burtoniano que dice tener más allá de algunos detalles visuales. Tan solo algún secundario da la talla como Helena Bonham Carter como la Reina Roja y el gato de Cheshire con la voz de Stephen Fry, insuficiente para un producto de este calibre. A ratos también la Reina Roja se me hace pesada con el tema de las cabezas, pero cuando se pone en plan caprichosa sobre quien se ha comido sus pasteles es cuando la película funciona un poquito. No se puede decir lo mismo de un pesado Johnny Depp, un Crispin Glover algo perdido y una Mia Wasikowska anodina, muy alejada de esa chica inquietante y morbosa que interpretó tan bien en In treatment.




Hay algunas películas en las que Tim Burton ha tenido guiones muy justitos y ha tirado de sus características habituales como director para intentar solventar esas historias, pero jamás se había notado tanto que tenía tan pocas cosas que decir como en la película que nos ocupa. Ni la locura de los personajes, ni el universo visual son capaces de sostener una película que se cae por si sola entre escenas que no aportan nada, uno se acaba cansando de tanto cambio de tamaño de Alicia, y entre un final que nunca parece acabar con una batalla bastante aburrida. Puede que visualmente sea esplendorosa, pero el 3D no aporta nada e incluso las gafas te acaban agotando la vista y las notas en todo momento, es lo que sucede cuando una película es concebida en 2D y por la moda actual acaban pasando los efectos a 3D. Eso es algo que en Avatar solo pasaba al principio, luego te acostumbrabas pero era una película realizada desde el principio en 3D. Espero que no se convierta en una costumbre lo de pasar de 2D a 3D y si se hace una película en 3D es porque desde el principio se tenía esa intención.


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