viernes, 16 de septiembre de 2011

La deuda (spoilers)



Otro remake más, esta vez de una desconocida película israelí con el mismo nombre, en el que John Madden nos cuenta la historia de tres personas que forman parte del Mossad y que tienen que secuestrar a un antiguo doctor nazi para que sea juzgado. No sé hasta que punto será similar a la película original o si Madden ha decidido aportar algo nuevo a la historia (no tiene pinta), pero La deuda es una película bien dirigida y que resulta entretenida pero finalmente es fallida y con algunos defectos. No las tenía yo todas conmigo puesto que John Madden es un director que habitualmente me pone muy nervioso, del que he visto películas muy desaprovechadas que se acababan quedando a medias como era el caso de Golden Gate, película de gran ambientación pero ridícula trama, Shakespeare in love, película ligera y demasiado complaciente, o Proof, que probablemente era su mejor película y aún así era demasiado irregular. Pero La deuda, sin ser una gran película, las supera con gran facilidad y no sé hasta que punto puede ser esto mérito de Madden. Algo sí lo tendrá, como el hecho de no haberla fastidiado y de haber rodado con cierta eficacia pero probablemente se haya beneficiado para bien del desconocimiento general a la película israelí.




Destaca sobre todo la labor de Madden para hacer clarividente la trama pese a la multitud de cambios temporales sobre todo en su inicio, donde cambiamos de los años 60 a los 90 varias veces. Luego ya la trama se sitúa de manera continuada primero en los años 60 y al final en los 90. Y la primera parte supera en intensidad, en dirección y en varias cosas más a la parte de los 90. Madden saca provecho de la convivencia de los tres agentes, de su misión y del secuestro del doctor nazi y como éste va jugando psicológicamente con los tres para intentar ponerlos nerviosos y escapar. La sencillez de esta parte y la buena mano con la que esta llevada choca con cierta tosquedad en la parte de los 90. Principalmente porque a la premisa de la película, la de la deuda, tampoco le sacan demasiado provecho ni parece estar demasiado bien hilada la confesión final del personaje de la mujer, parece demasiado precipitada para algo que puede hundir a toda su familia, incluida su hija que ha escrito un libro falso del suceso y que no tiene la culpa de nada. De esta parte destaca especialmente la primera escena con David, el agente de los tres que más reservas tiene con todo lo que se ha generado, suicidándose después de un largo plano con él dirigiéndose al coche. Es una pena que no se saque más provecho de este personaje en esta época.




Además de esa escena destaca sobre todo el doble visionado de la huida del doctor nazi con diferentes finales, el inventado y el que sucedió de verdad. La primera secuencia, que es la que forma parte del libro de la hija, y la segunda se complementan, son crudas y están resueltas de manera soberbia. Destaca la labor de Jessica Chastain, muy natural e intensa, y de Jesper Christensen, que sabe jugar muy bien con los otros personajes. Marton Csokas también lleva de manera eficaz su personaje mientras Sam Worthington hace lo que puede, pero demuestra ser un actor muy limitado sobre todo en este tipo de películas. En la otra parte me pone muy nervioso la interpretación de Helen Mirren, me parece de un lucimiento ramplón, con la mirada desviada al infinito en multitud de ocasiones y con una cara de pena insoportable. Tom Wilkinson está bastante mejor pero tampoco se luce al igual que Ciarán Hinds pese a la brevedad de su papel. El caso es que John Madden ha realizado aquí su mejor película, que no es ninguna maravilla pero sí una película entretenida pero finalmente algo justa.


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