sábado, 6 de noviembre de 2010

Amer



Varias cosas había escuchado y leído sobre esta película belga antes de verla. Casi todas provenientes del festival de Sitges del 2009. Así que intuía con que tipo de película me podría encontrar. Ciertamente iba con varios prejuicios pero que por suerte se esfumaron desde que dio comienzo la película codirigida por Hélène Cattet y por Bruno Forzani. Cuando terminé Amer me encontré fascinado con lo que acababa de ver. Es una película difícil de ver y en la que hay que sumergirse, pero cuando estás dentro de ella es capaz de proporcionar varios tipos de sensaciones. Amer es una película que va a tener (ya las está teniendo) opiniones encontradas, de amor y de odio aunque dichas opiniones están lejos de la indiferencia. Es fácil que haya mucho público al que la película le parezca detestable. Yo me encuentro en el otro grupo, a mí me ha gustado bastante Amer y me he dejado llevar por ella.



La película belga de Hélène Cattet y de Bruno Forzani me ha parecido preciosa y a la vez angustiosa, muy incómoda, poética, puede que respecto a este último punto tenga alguna cosilla molesta e impostada que pretende homenajear a algunos clásicos del giallo, pero que no terminan por empañar el resultado final de Amer. Las imágenes que componen la película y como juegan con ellas ambos directores durante todo su metraje es impresionante, te cautiva por el riesgo que poseen y por lo personales que resultan, Amer también te atrapa con su absorvente juego de estilo y por como juegan con los tonos de la película, desde ese rojo oscuro (aquel título de una película de Dario Argento) que predomina en ciertas fases de la película como otros y con la locura que poseen las escenas y sus personajes. Amer es una película que está muy bien hecha, que juega de manera soberbia con los elementos que se poseen, con los planos y que se aprovecha en primer lugar del punto de vista de la niña, en segundo de ese viaje y el despertar sexual y en último lugar de una violencia incómoda de ver pero brutal. Es un homenaje precioso al giallo, un género que, por otra parte, nunca me ha apasionado.



Para finalizar, Amer es una película que debe verse de noche y con las luces apagadas para hacer el visionado más recomendable. Es la mejor manera para sumergirse en la película y dejar que te provoque cosas, que te angustie, que te resulte incómoda pero aún así no puedas dejar de mirar la pantalla, de pararla en algún momento y luego retomarla o de dejar la película a medias. No es fácil pero Amer es una película capaz de proporcionar cosas. Pero también es cierto que si no te gusta Amer es capaz de hacerte pasar un rato malo, largo (pese a ser una película que no llega a los 90 minutos) y muy aburrido, de parecerte incoherente e inconexa y de que encuentres muchísimas escenas que hacen aguas y te parezcan que sobran. Pese a eso, yo seguiría recomendando ver Amer. Es una experiencia muy especial.


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