domingo, 26 de junio de 2011

The Hangover Part II (Resacón 2 ¡Ahora en Tailandia!) - Spoilers



Más que una secuela que repite la estructura, se podría hablar de Resacón 2 como una especie de remake de la primera parte que no solo repite la estructura y la historia cambiando la ciudad y el país, sino también varios de sus gags. Algo similar a lo que hizo Sam Raimi con Terrorificamente muertos, secuela de Posesión infernal que funcionaba como remake de ésta, nos encontramos con la última película de Todd Phillips. Y es que la primera parte fue todo un hype para lo bueno y para lo malo: para lo bueno porque fue un gran éxito de taquilla, recibió muy buenas críticas y llegó a ganar algún que otro premio importante. Para lo malo porque tal vez con todo eso el globo se infló demasiado decepcionando a varias personas que la vieron esperando algo que no era para tanto. Sea como sea, Resacón en Las Vegas funcionaba, fue una película muy entretenida que sabía sostenerse en la química entre sus tres actores principales y la multitud de situaciones disparatadas que tenía. Resacón 2 explota todo eso hasta cuanto Phillips puede, ofrece más de lo mismo y yo me doy por satisfecho porque lo que veo es justamente lo que estaba esperando. Ni más ni menos.




En este caso, el personaje que se casa es uno de los tres protagonistas, Stu, y no uno de los secundarios. Y quien conozca la saga, ya sabemos que el aparentemente tranquilo Stu cuando sale de juerga es muy amigo de las prostitutas. El hecho de cambiar Las Vegas por Bangkok, de cambiar de cultura, le favorece a la película. En esta nueva juerga, acompañan al trío el futuro cuñado de Stu, que no logra congeniar con Alan lo que llevará a las catastróficas consecuencias (es el principal motivo por el que terminan así, al confundir la bolsa de nubes que iba para el chico) de levantarse con una resaca bestial habiéndola liado parda la noche anterior. No escatima en momentos vulgares aunque a mí estos me han parecido graciosos, tiene su punto el humor escatológico que posee a ratos. Y grandes escenas como Stu al enterarse que ha sido penetrado y que una aparente prostituta se le ha corrido dentro, con varias referencias posteriores al suceso, el mono haciendo felaciones o la revelación de Alan, viéndolo todo con el punto de vista de un chiquillo, quedando clara la mentalidad de este, son capaces de hacerte reír. A la juerga vuelve el chino traficante, para mí lo mejor de la primera película, que creo que en esta ocasión ha rebajado su nivel aunque tiene sus puntos y se suma ese buen actor que es Paul Giamatti, en un papel breve, al que siempre es agradable ver en pantalla y la impresionante Jamie Chung, en el típico papel florero, como la chica que se va a casar con Stu. Algunos cameos más, drogas, persecuciones y disparos se mezclan en la coctelera dando un resultado ya conocido pero eficaz.




Para terminar, al igual que en la primera parte, Todd Phillips vuelve a dejar lo mejor para el final de la película, en este caso, para los créditos finales. Y es que esa serie de fotografías que vemos de la noche de desmadre de estos tipos son impresionantes. Ver al chico como pierde el dedo, a Alan ciego de coca o a Stu penetrado no tiene precio. La química entre Bradley Cooper, Ed Helms y Zach Galifianakis vuelve a resultar clave por los distintos contrastes entre los tres personajes. Todd Phillips tira mucho de Galifianakis, de su carácter desquiciado, de su mentalidad de crío pequeño y de su aspecto físico para provocar risas. Y lo consigue porque el actor lo da todo y funciona al lado de cualquiera. Ya lo demostró en Salidos de cuentas del mismo director al lado de Robert Downey Jr., otra buena muestra que el contraste de ambos personajes y su química acababan por funcionar y por darle un toque especial a la película. Y en este caso acompañado de Ed Helms, que es un tío que tiene su punto, y por Bradley Coooper, que cumple, también lo consigue. Y no nos olvidemos del mono, impresionante. No es ninguna maravilla, como tampoco lo fue la primera parte, pero es una película con la que se pasa un muy buen rato.


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