sábado, 9 de julio de 2011

Hanna




Hanna es una película con la que Joe Wright deja el drama romántico de época (al que va a regresar tras esta) para realizar una película de acción donde le da el protagonismo a una niña que resulta ser una brutal asesina. Creo que Wright es un director muy interesante, que Atonement era una película muy bien dirigida y con algunas secuencias que realmente se quedaban grabadas en la memoria, especialmente en la primera mitad de la película. Y todo esto, perteneciendo Atonement a un género que normalmente me resulta cargante como el cine de época, tenía su mérito. Tras la considerada fallida El solista que no he visto, Joe Wright, en este cambio de rumbo, realiza una película cuanto menos interesante, algo irregular durante varios tramos pero siempre interesante. Cuenta una historia sencilla pero dándole su sello personal, con multitud de referencias a cuentos famosos (especialmente al de los hermanos Grimm, siendo bastante explicitas las de éste). Pero aunque pueda parecer que el director se la toma en serio, mucho más lejos de la realidad. Él la dirige a su manera, metiendo sus planos de lucimiento pero en todo momento parece que se ha querido olvidar de desarrollar una historia más profunda y de hacer que tanto él como los actores (especialmente los que interpretan a villanos) se lo pasen muy bien.




Pronto nos introduce Wright en la historia de esa asesina que ha sido criada por su padre bajo una protección elevada, aislándola del mundo y de cualquier contacto humano, privándola de todo tipo de experiencia y entrenándola para que esté preparada para defenderse ante cualquier amenaza. Cuando dejamos de lado el tramo inicial y la chica entra en contacto con otras personas y con el mundo, en esa mezcla entre la niña que es una brutal asesina y no duda en hacer cualquier cosa para sobrevivir y la chica inocente que empieza a vivir nuevas experiencias, a trabar amistad con otra chica, resulta muy interesante. Y lo resulta porque ese contraste está muy bien tratado por Wright. Entre medias de todo eso nos encontramos con algunas escenas del padre (impresionante el plano secuencia en la estación de tren), de esa bruja obsesionada con los dientes y con solucionar todo el tinglado y del asesino que parece que va a irse a jugar al tenis y la gente que lo acompaña. Quizá entra dentro del terreno de la irregularidad pero nunca me resulta vulgar y siempre tiene algún detalle que la eleva, destellos de calidad. Todos los personajes me resultan bastante interesantes y la resolución final me parece satisfactoria.




Joe Wright se encuentra muy cómodo insertando varios recursos para hacer más atractiva su película. Y me gusta mucho encontrarme con una cinta de acción lejana a la impersonalidad. Planos rápidos, música de Chemical Brothers a todo volumen, un plano secuencia, la cámara dando vueltas de un lado para otro en alguna escena, todo ello sirve para contribuir a ese toque de cuento oscuro, similar en tono a Tideland, pero con la gran diferencia que la cinta de Wright es para todos los públicos y no resulta tan desequilibrada como la película de Terry Gilliam. Las referencias de Wright funcionan bien y la historia se sigue bien debido a su sencillez. A ratos, en las escenas más violentas, en una película como ésta, esperaba ver más sangre pero tampoco importa demasiado. La película se apoya en una Saoirse Ronan espectacular, que resulta creíble tanto cuando entra en contacto con su amiga como cuando mata a varias personas. A su lado tanto Cate Blanchett como Tom Hollander tienen la presencia necesaria para hacer dos villanos carismáticos. Mientras que Eric Bana da el pego y es uno de los actores que mejor saben rodar escenas de acción. El resto de secundarios quizá un escalón por debajo de todos ellos, pero a buen nivel. Y un par de referencias culturales me resultaron muy divertidas. Incluida esa que suele molestar tanto de España, con el tópico del flamenco por en medio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario