sábado, 3 de marzo de 2012

Luces Rojas (spoilers)

Al igual que con las películas anteriores de Rodrigo Cortés, Red Lights tiene cosas que me gustan mucho y otras que no tanto. Y quizá esa irregularidad consigue que no termine de disfrutar del todo con su cine pese a resultar entretenido y tener momentos de muy buen cine. Me pasó con Concursante -Leonardo Sbaraglia, su protagonista, tiene un personaje secundario en Red Lights- y también con Buried. De antemano, podía esperar de esta nueva película cualquier cosa, ya he comentado que me parece el trabajo anterior del director mientras que del trailer poco podía decir, apuntaba a una película que podía tener sus momentos desequilibrados pero que podía ser eficaz. Y exactamente ese es el resultado final de la película.

Lo primero que cabe destacar de la película es su puesta en escena. Porque el director consigue escenas de tensión sin necesidad de muchos medios. Pero a su vez, Rodrigo Cortés no termina por ser demasiado eficaz en el montaje de la película intentando llevar una estructura a lo Shyamalan pero sin la eficacia del director indio. Quizá porque es incapaz de aprovechar el componente fantástico de su película, lo sobrenatural, siempre está jugando a que si alguien es capaz de hacer esas cosas es porque es mentira y está utilizando algún truco pero nunca deja ese componente fantástico como algo real. Aparece al final y sirve de justificación para la trama que Cillian Murphy sea quien sí los tiene, de hecho es incluso coherente que sea así, pero a la vez termina por resultar algo tosco quizá por la manera en que llegamos a ese final y por ese descafeinado enfrentamiento cara a cara entre Cillian Murphy y Robert de Niro.

Y es que el guión termina por lastrar las buenas ideas que había en el punto de partida, las buenas interpretaciones y la puesta en escena. Porque no llega a aprovechar nada para ponerlo a su favor. La relación madre-hijo o mentora-alumno entre Sigourney Weaver y Cillian Murphy tiene su aquel y quizá sea lo mejor de la película. Pese al apunte innecesario del hijo de ella que tiene a una máquina respirando por él, intentando encajarlo con su pasado con el personaje de Robert De Niro. La parte de este último parece también que puede acabar derivando en algo grande pero su ya mencionado clímax es decepcionante e, incluso, previsible. De hecho, es una de las primeras cosas que piensas, que su personaje no sea realmente ciego. Cuando muere el personaje de Sigourney y el personaje de Cillian poco a poco se va obsesionando con el de De Niro también esperas algo más, quizá no tanta precipitación.

La película se sustenta en sus interpretaciones. Cillian Murphy cumple. Pero quienes están muy bien son Sigourney Weaver y Robert De Niro. Los demás actores están más de relleno que otra cosa. Y es una pena por gente como Elizabeth Olsen, que estaba impresionante en Martha Marcy May Marlene, Toby Jones, actor que siempre está bien, o el ya citado Sbaraglia. Porque son gente con talento que podían darle más nivel a la película pero están en roles o muy secundarios o desaprovechados. La película cuenta con grandes escenas como esa en que Sigourney y su equipo pillan a Sbaraglia o el cara a cara en una habitación entre Cillian Murphy y De Niro. Pero aún así, Red Lights te deja con ganas de más. Y Rodrigo Cortés por el camino se está encontrando con multitud de comparaciones de su película con The Prestige de Christopher Nolan.

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