viernes, 20 de agosto de 2010

The Expendables (spoilers)



Nueva película de Sylvester Stallone tras unas secuelas muy dignas de sus dos personajes cumbre, Rocky Balboa y John Rambo, que levantó varias expectativas por el reparto de actores míticos dentro del género de acción que consiguió el director y actor, aunque le faltaron unos cuantos, como Van Damme, que rechazaron la oferta. Varios de esos actores a los que se suma el más moderno Jason Statham que forma pareja durante casi todo el metraje con el propio Sly. Stallone ha sabido vender su película y aunque la película está por debajo de las expectativas creadas, sí que resulta un buen entretenimiento con algunos momentos bastantes dignos.




Quizá existe demasiada acumulación de personajes y algunos de ellos no aportan demasiado. Del grupo de Stallone, Statham funciona al principio pero se acaba diluyendo y Jet Li aporta bastante poco aparte de que tiene pocas escenas cuerpo a cuerpo en las que podría lucirse. Terry Crews y Randy Couture tienen muy poco material con el que lucirse. Son un Dolph Lundgren imperial pese a que su personaje se desaprovecha y viendo lo genial que está merecía más minutos, un Mickey Rourke que necesita bastante poco para darle de manera excelente algo de drama a la película contando sus historias y un Eric Roberts, que compone el típico malo al que hay que odiar a la fuerza pero se le coge algo de cariño, los que llevan la batuta. Roberts se gana al público incluso con su discursito final antes de morir de una forma bizarra a manos de unos Stallone y Statham fusionados, el clásico y el moderno acabando con el malo. Stallone nos vende el producto como una vuelta a los 80 pero lo cierto es que moderniza bastante su película, le mete tics del cine actual que no pegan bien con la película y se nota para mal en su tramo final o en la escena donde Statham va a la cancha de baloncesto. Antaño, Stallone hubiera resuelto esa escena con la cámara fija, recreándose en cada golpe. Ahora, sin embargo, juega con la cámara, marea la acción y resulta algo molesto. No me gusta en exceso el tramo final y, especialmente, los combates cuerpo a cuerpo. Pero sin embargo hay escenas que merecen la pena: la del avión con Stallone y Statham está dirigida de manera bestial, notándose para bien la mano del Stallone director en todo el tiroteo en el puerto y en los tensos momentos donde Stallone tiene que ir corriendo para coger el avión y Eric Roberts y Steve Austin tienen que huir y tirarse al agua.




La trama es lo de menos en esta película. Es sencilla y no se le pide más, una excusa perfecta para homenajear a aquel cine. Y el comentado cameo resulta curioso, no está bien realizado pero se salva por ver a Bruce Willis, a Stallone y a Schwarzenegger haciéndose coñas entre ellos. Stallone es realista y finalmente no hace nada con la chica. Ahora se ve más en plan salvador pero sin acabar ligando lo que ciertamente resulta más realista, algo que no se le pide a la película pero que queda bien. Y cierto tono machista también le sienta bien, en ese sentido recupera el ambiente de ese cine, el momento en el que Eric Roberts coge a la chica, incluso la disputa en la cancha de baloncesto entre Statham y el otro por la mujer. Quizá a la película le falte la muerte de algún miembro del grupo de Stallone para ver a todos los compañeros en plan vengativos y desatando su furia.
Hubiera podido ser mucho mejor película, pero desde luego también podría haber sido perfectamente un bodrio y no lo es. Seguro que para la secuela consigue más actores míticos: no estarían mal unos Gary Busey, Tom Berenger o Keith David.


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