miércoles, 25 de agosto de 2010

The Last Airbender (spoilers)



Puedo confirmar, a medias, todos los comentarios negativos que se han vertido sobre la última película del indio M. Night Shyamalan. Desde luego que algo han exagerado, quizá no sea un bodrio infumable, pero sí que es una película mala en la que poco hay que rascar. Esta vez no me ha pasado lo mismo que con The Happening, película que también llegó precedida de críticas nefastas pero luego me encontré con una obra muy interesante, sino que estoy de acuerdo con muchas cosas de las que se han dicho aunque no con todas. Antes de la película pude ver la primera temporada de la serie en que se basa la película, Avatar: La leyenda de Aang, y resultaba el típico entretenimiento infantil con mucho humor- en la película salvo un par de detalles no hay demasiado y se nota para mal- que se dejaba ver sin ser ninguna maravilla.





El primer fallo de la película está en el guión. Vale que es difícil resumir los 20 capítulos de la primera temporada en 100 minutos pero probablemente se podría haber escrito uno mucho más compacto y menos precipitado. Todo va a una rapidez increíble, no deja tiempo para la relación entre los personajes, excepto un poco la de Zuko y su tío Iroh, ni para el aprendizaje del Avatar del elemento del agua. La precipitación con la que lleva Shyamalan la película le pasa a todo el conjunto mucha factura. No se comprende si no es porque los productores han metido muchos tijeretazos a la hora de montarla. Otro defecto bastante grave son los actores. Los adultos no están demasiado bien, pero tampoco horribles, mientras que los más jóvenes resultan insoportables. Quizá de los cuatro el que más atinado está es Dev Patel como Zuko, tampoco sin pasarse, pero los tres principales no pegan entre ellos, están horribles y encima tanto Noah Ringer como Nicola Peltz tienen un montón de primeros planos donde no demuestran nada. The Last Airbender también falla en una de las especialidades de Shyamalan: la puesta en escena. Casi todo es demasiado impersonal, no tiene el estilo del director pese a tener algún tema muy común de su cine, la película no se diferencia demasiado de como la hubiera dirigido cualquier director y la historia está contada con demasiada sosería. Donde sí que muestra algo de talento en esta película Shyamalan es en los momentos en que la película se separa de su tono infantil: un poco la parte final en la Tribu Agua del Norte, pese a la también precipitada y ridícula historia de amor de Sokka y la princesa, y las batallas. El momento en el que sacrifican a la princesa para restablecer la luna, también presente en la serie, está bastante bien adaptado. Y de batallas, especialmente, la del barco cuando Aang escapa tras superar la prueba y la que está rodada con Aang y los maestros de la tierra en un plano secuencia impresionante. Destellos de personalidad que no logran tapar la impersonalidad de la propuesta.





En muchos momentos de The Last Airbender las imágenes parecen estar en un sitio y la música de James Newton Howard en otro. Está tan por encima la banda sonora de Howard que en varios momentos parece no pegar adecuadamente con lo que nos está contando. Hay otros momentos, eso sí, donde la música es la que eleva la calidad de la obra, y es el único aliciente para disfrutar de la película, muy por encima de las imágenes. Lo más destacado de una película, quizá no horrible, pero sí bastante mediocre. Y Shyamalan amenaza con la secuela. Lo peor de esto es que va a estar alejado un par de años de donde mejor se mueve, películas de suspense con un presupuesto no muy elevado. Aunque quizá haya aprendido un poco para que la secuela le salga mejor.


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